La apuesta de Marcelino es clara: quiere a Carlos Soler jugando como interiorCarlos Soler . En su mente hay una sala de máquinas formada por Parejo y Geoffrey Kondogbia, en la que Soler tiene sitio partiendo desde la banda. Así lo ha probado en los tres últimos amistosos, donde el canterano siempre ha competido desde la izquierda. La solución ha envuelto al centrocampista en un nuevo proceso de adaptación, no fácil. El debate está presente y también las dudas, que van a continuar porque Marcelino ha alejado a Carlos de su rol nuclear en la creación. Sin embargo, eso no significa que el '18' pierda importancia en la estructura. Todo lo contrario.

La buena noticia es que el centrocampista ofreció un salto -importante- respecto a su rendimiento ante el Werder Bremen. Ante el Atalanta, participó más y creó más, sobre todo, en los primeros 45 minutos, donde formó una sociedad realmente prometedora con José Luis Gayà, seguro y fino en ataque ante un adversario que sabe como generar superioridades en banda y que ataca con dos -Kurtic-Hateboer- más el apoyo de un mediocentro Freuler o Cristante. El lateral izquierdo pasó una prueba no fácil y se le vio acertado en ataque. Una pena que el árbitro decidiera marcarle fuera de juego tras firmar un golazo; gran desmarque, buen pase de Rodrigo y definición genial. Gayà tuvo protagonimos continuo, pese a que al comienzo del segundo acto, Joao Cancelo decidió ponerse en el escaparate consciente de que, siendo italiano el rival, Juve e Inter no iban a perder detalle. El portugués estrenó dorsal de extremo y como tal se comportó. Una lástima que su mentalidad no sea esa siempre, porque tiene cualidades importantes, más allá de la toma de decisiones. Uno de los fogonazos de la noche rompió tras un gran centro de Gayà y una chilena, que no se fue tan lejos de Simone Zaza.

Enlace, defensa y llegada

Con Gayà llegando y Carlos Soler enlazando, la banda izquierda puede funcionar. Los dos trabajan en la misma dirección. El proceso no va a ser sencillo para Carlos, pero tiene ventaja: quiere jugar por encima de todo, entiende el juego y es rápido, de cuerpo y mente. Su función no es la de desbordar pegado a la cal. Marcelino casi siempre ha contado con un jugador así en sus equipos: Soler es enlace, un paso intermedio entre el centro del campo y el ataque que debe activar sociedades por fuera (lanzar al lateral) y por dentro, tiene que poner de cara al gol a los delanteros, crear y llegar al gol. Además, defender la banda. Sus responsabilidades se multiplican. Con balón, tiene libertad para aparecer por el centro, como se hizo evidente durante los mejores minutos ayer. Sin balón, debe recuperar la posición y formar pegado a la banda. En la recta final de la temporada pasada (con Voro), ya desempeñó un rol con puntos en común como escudero de Orellana.

El proceso está destinado a convertir a Soler en un jugador más completo. No tiene por qué suponer una limitación. Es un principio, sin olvidar que Carlos lleva sólo tres semanas de pretemporada, después de participar en la Eurocopa Sub-21, junto a Gayà o Cancelo.

La medular funciona

El examen importante llegará ante Las Palmas dentro de una semana. La pretemporada ha dejado buenas sensaciones y ha potenciado la importancia que pueden tener jugadores como Medrán. Kondogbia tendrá competencia.