Carlos Soler está haciendo buena la apuesta de Marcelino con rendimiento. Actuando por izquierda, ante la UD Las Palmas, fabricó la jugada para el gol de Simone Zaza. Como interior derecho, con el Madrid como adversario, firmó el gol del empate (1-1) y completó un partido sobresaliente a todos los niveles. Martilleó a Marcelo, tumbó a Modric y Casemiro tuvo que hacerle la guadaña para cortar en seco sus carreras. Soler fue la respuesta valencianista a Marco Asensio. Carlos nació como delantero, llegó al primer equipo como mediocentro, explotó como centrocampista de ataque con Voro y Marcelino está convencido de que puede potenciar su evolución partiendo como interior (desde cualquiera de los dos perfiles) dentro del 4-4-2. Pese a las dudas y el debate que está generando su reconversión, las estadísticas insisten en su adaptación -positiva- a la banda. Respecto a la temporada pasada, interviene más en el juego, ha aumentado su número de pases, mantiene su llegada a gol y también su volumen de regates por partido. Además, recibe más faltas y -sobre todo- genera más ocasiones; promedia más pases clave, como reconocen las estadísticas. La muestra es de sólo dos partidos y el funcionamiento del bloque ha mejorado con Marcelino y ayuda, pero se dibujan pasos en la dirección adecuada y justifican las buenas sensaciones.

Marcelino ya advirtió en pretemporada que cuenta con Carlos para «dos o tres posiciones», incluso podría ser segundo delantero. Por personalidad, obvio que Soler se veía jugando por dentro -como referencia de la sala de máquinas- pero desde el primer día aceptó el reto y entendió el cambio como una fase más dentro de su crecimiento, como un desafío táctico al que ha respondido con hambre y responsabilidad. Si Marcelino estaba convencido, él también. Las ganas de aprender y de crecer con el míster asturiano han sumado en la dirección adecuada.

Un jugador capaz de percutir como extremo, Kondogbia-Parejo y Soler. Ese era y es el plan de Marcelino. Soler ha liquidado las dudas respecto a su adaptación a la filosofía y la estructura marcelinista porque muchos analistas no consideraban dos de los valores principales de Carlos: su potencia atlética y su inteligencia. La temporada pasada, el valenciano rompió como uno de los centrocampistas más rápidos del campeonato. En el radar oficial de LaLiga marcó 34,34 km/h, sólo por detrás de Mateo Kovacic (34,59 km/h) y Saúl Ñíguez (34,45 km/h). El resto lo ha hecho su conocimiento del juego. Soler aplica la lógica en cada jugada y toma buenas decisiones a mucha velocidad (física y mental). Encuentra la solución justa para la jugada y acompaña con un puntito de genio. Es un llegador estupendo y ahí están los golazos que dejó ante Celta y Villarreal en el Estadio de la Cerámica, que ha pasado desapercibido, pero define sus ADN a la perfección.

Su rol ahora no es tan diferente al que desempeñó con Voro en algunos partidos, cuando sin balón cubría la banda para hacer la cobertura a Orellana. Fuera-dentro, dentro-fuera. Es el jugador de engarce entre el centro del campo y la delantera. Lanzador, conductor y finalziador, se mostrando como una baza ideal para los mecanismos de contragolpe y atraque rápido del Valencia. Si hay que verticalizar es el mejor corriendo. Si hay que tocar, aplica de maravilla los principios de posición. Está jugando cada partido mejor que el anterior. Ante Las Palmas no tuvo una presencia total, pero dejó la asistencia del 1-0, además jugó un tramó de la segunda parte junto a Parejo en el eje de la sala de máquinas. Esa opción está absolutamente viva y presente para el cuerpo técnico. Hace tres días, en el Bernabéu, fue mucho más protagonista y dejó un golazo. Fue tras la conexión Lato-Gayà en la izquierda. «Sabía que Lato me la iba a poner al primer palo», aseguró el futbolista para El Golazo de Gol desde la concentración de la Sub-21 en Las Rozas. Precisamente, su pretemporada ha estado condicionada por la participación en la Eurocopa de la categoría. Carlos se incorporó en recta final y eso condicionó sus primeros partidos (desde la banda izquierda), pero ante el Atalanta -en la presentación- ya dejó buenas señales junto a José Gayà durante la primera parte.

El mejor de LaLiga

Hay un dato que llama poderosamente la atención en estas dos primeras jornadas. Carlos Soler ha multiplicado por cinco su media de pases clave o asistencias de remate. En la primera jornada fue el número uno de LaLiga en este apartado con seis key passes. Soler está por delante de Dani Parejo en un apartado que el cosladeño ha dominado en el Valencia de las últimas temporadas. Parejo está en dos, por ahora. El mérito de Carlos es que lo está haciendo sin el plus del balón parado; lanzar faltas y saques de esquina tiene valor en los números porque permite a los especialistas sumar asistencias de remate. Por eso, Faycal Fajr (cinco, Getafe) y el levantinista Enis Bardhi (4.5 de media) mejoran el promedio de Soler en estas primeras jornadas. Es el mejor futbolista nacional.

Carlos ha aumentado su coeficiente en el número de pases (34.4 por 35) pese a que ha salido del centro, ha perdido precisión(84.3 % por 86.1%), pero sigue desequilirando igual (un regate con éxito por partido), arriesga más y recibe más faltas. Sólo ha bajado un poco en tackles (1.5 por 1) y disparos (1.2 por 1). Hay un salto: ha pasado de tener un 6.66 en valor estadístico a 7.35, un rating que sólo mejoran Kondogbia (8.11) y Zaza (7.43).

Partido a partido

Soler es consciente de que tiene cosas que mejorar (juego aéreo, recuperación), pero la base para evolucionar está. El trabajo físico y táctico de Marcelino va a producir un salto global. La mentalidad de grupo es fundamental. Soler pasará los próximos días centrado en los partidos ante Italia y Estonia con la Sub-21...pero el Atlético ya está en la mente de todos.