En pocos meses el aficionado valencianista ha recuperado la sonrisa, el optimismo y la fe en su equipo. Los blanquinegros han comenzado la Liga con un triunfo y dos empates «dignos de mención», como dice su entrenador, frente a Real Madrid y Atlético. Pero por encima de los resultados, por ahora, el público prefiere quedarse con las sensaciones. Con esas vibraciones que desde el campo los protagonistas irradian a la grada. La actitud combativa de los jugadores contra el duro bloque de Simeone permitió que la predisposición positiva con la que los seguidores acudieron, incluso, a recibir al equipo dos horas antes del choque se prolongara durante los 90 minutos.

Marcelino García Toral es el ‘culpable’ del cambio en la atmósfera de Mestalla, un estadio alicaído en los dos últimos cursos como consecuencia del pobre rendimiento de su Valencia, perdido en zona de nadie. Sin nada por lo que competir. Una palabra, competir, que vuelve a cobrar verdadero sentido en el coliseo de la Avenida de Suècia. «El cambio es muy grande con respecto al año pasado, la mano dura del técnico se nota, se ve en como corren los jugadores», decía al salir del Valencia-Atlético Jaime Ochoa, de Riba-roja del Túria. La suya es una opinión generalizada. El aficionado vuelve a sentirse orgulloso de la defensa de la camiseta que están haciendo los pupilos de Marcelino.

El encuentro frente al Atlético, menos aún a principio de temporada, no debería tomarse como un indicativo definitivo en los niveles de asistencia. Sin embargo, la presencia de más espectadores en las gradas (43.859) que en las dos visitas precedentes de los colchoneros -40.857 y 43.327- sí puede entenderse como una señal de recuperación. Uno de los objetivos importantes que el cuerpo técnico trata de inculcar en el vestuario es la necesidad de reconquistar a la afición y hacer de Mestalla un fortín del que se escapen muy pocos puntos.

Preguntado por la presencia de casi 44.000 personas en las gradas, el míster asturiano del Valencia respondió: «Hay que mantenerla y mejorar la asistencia. Es de agradecer... La afición es inteligente y está viendo a unos jugadores que se esfuerzan y compiten, que demuestran en todo momento que quieren ganar. Si queremos llegar a la parte alta de la tabla, necesitamos a los aficionados. Fue bonito como entrenador del Valencia vivir este partido con este gran ambiente».

La comunión equipo-afición, junto a la construcción de un bloque competitivo, fueron las dos tareas más importantes con las que Marcelino aterrizó en València. El hecho de comprobar que por el momento está cumpliendo con ello hace que el técnico se muestre tremendamente satisfecho por sus inicios en el banquillo blanquinegro. Sin embargo, en su filosofía no hay espacio para la relajación ni para el deleite. «Competimos muy bien contra dos grandes rivales, algo que es para estar satisfechos, aumentar nuestra autoestima, hacer que la afición crea y continuar unidos para obtener más victorias. No nos vamos a conformar, el objetivo es estar en la parte alta de la tabla», indicaba tras el partido el entrenador, que hace partícipe del proyecto a «la afición» en casi todas sus frases.

«Hemos vuelto a demostrar que vamos a ser un equipo competitivo, que los chicos se esfuerzan, compiten, quieren ganar, tienen ambición, ilusión... valores con los que, unidos a la capacidad, si podemos mantener y potenciarlos, daremos muchas satisfacciones a esta gran afición», apuntó la persona que goza de mayor credibilidad para el público a día de hoy. En la encuesta de SUPER que todavía se encuentra en funcionamiento, con cerca de 6.000 votos, el preparador asturiano ha sido elegido como el mejor de los fichajes por encima de los siete jugadores que han reforzado la plantilla este verano: Kondogbia, Murillo, Gabriel, Maksimovic, Neto, Guedes y Andreas.

El atractivo valor defensivo

«La mejora es grande», «esto es diferente, juegan con más energía», «me encanta como se entregan», «el Valencia no tiene nada que ver con el equipo que acabó la Liga con 65 goles en contra», «¡hemos vuelto! Un equipo tiene que empezar por la defensa»... Estas son algunas de las valoraciones que ‘Superdeporte’ captó a la conclusión del partido del sábado. La ilusión ha regresado a buena parte del valencianismo de la mano del nuevo entrenador y su estilo. Los éxitos del pasado -por ejemplo la Liga de 1971 o la era con Ranieri, Cúper y Benítez entre 1999 y 2004- han provocado que los entrenadores que priorizan la solidez en la defensa y el orden táctico, como hace Marcelino, caigan con mejor pie en Mestalla que aquellos que apuestan por el intercambio de golpes y la brillantez ofensiva. Pese a no disparar entre palos a Oblak, el sábado la lucha del Valencia contentó a una hinchada necesitada de intensidad y emociones. Marcelino y los suyos tienen las cartas para seguir ganándose al valencianismo.