A los 16 años dejó Argentina con una sola maleta para empezar en Guadalupe su sueño de ser futbolista. Medio zurdo de violento disparo, el Valencia le echó el ojo en Montpellier en 2010. Ahora, a los 32, Tino Costa ha vuelto a España con el Almería.

Cuando todo el mundo pensaba que había regresado a Argentina para quedarse en casa, Tino Costa ha vuelto a la liga española. La suya es la historia de un trotamundos.

Tuve la suerte de jugar al fútbol en varios países, entre ellos, uno tan importante en lo futbolístico como es España. Había decidido volver a casa porque jugar en Argentina era lo único que me faltaba en mi carrera. Soy un agradecido al fútbol. Este deporte me ha tantas cosas en lo deportivo y en lo personal: enseñanzas, viajes, países, amigos, formas de ver la vida, etc. Si uno sabe aprovechar todo eso al final de una carrera sale muy fortalecido. Cada país presenta muchísimas cosas diferentes: cultura, lengua, clima, millones de cosas... Por ejemplo, en Francia desde muy joven pude aprender un idioma y sacarle partido. Eso es muy bueno.

¿Le pasó más tarde con el ruso y el italiano como con el francés?

(Sonríe) El problema con el ruso es que es un poquito más complicado, pero sí logré aprender bastante y manejarme día a día. No puedo decir que hablo ruso, pero sí aprendí bastante. Con el italiano me moví muy bien y lo hablé rápido.

Idiomas y experiencias más allá. Por lo que usted indicó en una carta para los aficionados en las redes sociales el técnico de San Lorenzo, Diego Aguirre, le dijo que no contaba mediante... ¡un audio de whatsapp!

Parece increíble que a esta altura de la vida sigan pasando cosas de ese tipo, tan raras... Escribí esa carta para no ir contestando uno por uno, quise mostrar y expresar a la gente qué había pasado realmente... Es que, un ejemplo, ni al panadero de reemplazo puedes mandarle un whatsapp y decirle: «mira, mañana no vengas porque tengo a otro». Lo mínimo es llamar y decir las cosas como son. Mi salida de San Lorenzo me dolió porque es mi club de corazón, de mi familia... No había sido un año muy bueno, entonces, es lo que decíamos antes, uno sale de estas cosas fortalecido para el futuro. No sólo se trata de fútbol, hay muchas más experiencias en este deporte en las que tenemos que salir adelante. En este caso yo tuve un año muy difícil. Nunca me había pasado el quedarme fuera cuatro o cinco convocatorias seguidas, no jugar más de 10 a 15 partidos al año, situaciones que uno se lleva para casa, donde está molesto, fastidioso. No son fáciles de superar.

En el Valencia CF, en cambio, jugó una media próxima a los 40 partidos por cada una de las tres temporadas en las que aquí estuvo, 2010 a 2103. ¿Es cierto que, una vez cuelgue las botas, planea vivir aquí?

Para mí, València es muy particular. Lo fue en mi carrera profesional y en mi vida. Hice muchos amigos fuera del fútbol y la verdad es que cada vez que tengo un fin de semana me voy para València. La idea es esa, vivir allí, me estoy construyendo mi propia casa para vivir ahí el día de mañana. Me marcó mucho. En lo futbolístico fue para mí un salto de calidad: jugar en el Valencia CF, un gran club, una gran afición, un estadio increíble, una entidad que a uno le permite o le abre las puertas de la dimensión internacional del fútbol. Yo con el Valencia jugué Champions, Europa League, debuté con la selección argentina... vivencias que a uno lo marcan para siempre.

¿Cómo recuerda esa etapa?

En esos tres años tuvimos realmente unos equipazos, estuvimos siempre jugando Champions... no puedo pedir más. Fue algo muy bonito lo que me pasó en la ciudad y en el club.

¿Está pendiente del Valencia actual, tercero tras años duros?

Sin duda, lo sigo muy de cerca. Hubo muchos cambios desde que me fui, demasiados diría... Como publiqué alguna vez, el Valencia siempre se levanta. Me acuerdo de esa campaña no hace mucho -febrero de 2016-. De los compañeros sólo quedaban Parejo y alguno más, pero me sentía mal porque quiero al club, es muy importante para mí. Hoy en día cuando hablo de fútbol y la Liga española, lo primero que viene a mi cabeza es el Valencia CF.

En su época jugaba en un ´trivote´, en el que a veces coincidía con Dani Parejo. Ahora él forma un doble pivote con Kondobgia, clave en el resurgir del equipo. ¿Cómo lo ve?

De Dani no tengo ninguna duda, siempre estuvo comprometido con el club. Fue criticado durante mucho tiempo, vi partidos en los que fue pitado por la grada, pero la grada del Valencia es complicada, no sólo para Dani, sino para todo el mundo. Son exigentes, pero también están en los momentos duros, Dani supo superar eso y hoy es el capitán, el ´10´ del equipo. Lo veo muy bien, con mucha confianza... Con este arranque de Liga sólo pueden venir cosas positivas, esperemos que este año el equipo termine en esas posiciones que todos queremos, estar otra vez en la Champions, sentir de nuevo ese himno increíble los martes y los miércoles con ese estadio que, para mí, es un teatro... Es algo especial, muy bonito, jugar en ese campo de Mestalla.

Dice «exigente», pero cuando el Valencia le da argumentos forma una comunión perfecta con el equipo que hace uno de los estadios más difíciles de conquistar, ¿no cree?

Sí, lo que te decía antes. Nosotros en esos tres años tuvimos la suerte de estar arriba, terceros, cuartos... y también a nosotros la gente cuando perdíamos uno o dos partidos ya nos metía ahí atrás diciendo: «¡Muchachos, vamos, despertad!». Tuvimos la suerte de que anduvimos bien y la mayor parte del tiempo la afición estuvo con nosotros, y yo sólo puedo hablar muy bien del valencianismo.

A pesar de que este fin de semana no pudo jugar por molestias en el gemelo, ha empezado bien con el Almería. Dos goles en casi 300 minutos.

No era fácil, todo lo que pasó en San Lorenzo me dejó tocado en lo personal y en lo futbolístico. Las cosas se dieron así y a Almería llegué tarde, sin hacer casi pretemporada. Además, la segunda división española es muy competitiva, dura. En ese contexto, lo primero para mí era volver, estar en forma, sentir otra vez las ganas y la chispita para ser importante en un equipo. Todo eso era lo que deseaba por encima de todo. Lo conseguí, logré la titularidad en dos o tres partidos, metí dos goles y me siento muy cómodo. Estoy feliz en Almería.

El disparo con la zurda de Tino sorprende por allí, aquí ya le conocen. ¿Recuerda su gol en la Champions al Bursaspor?

Sí, hubo goles en el Valencia muy bonitos y ojalá pueda repetir alguno en Almería. Ahora metí dos, uno de cabeza... Esto es largo, acaba de empezar, el fútbol es semana tras semana, pero igual que el Valencia está bien arrancar bien y aprovechar los buenos momentos.

¿Qué gol con el Valencia tiene grabado en su cabeza?

¡Uf! Fueron muchos momentos, más allá del gol y lo bonito, me quedo con aquel al Bursaspor. Fue mi partido como titular en el Valencia, ya había debutado en la Liga, pero ese partido fue el primero en la Champions, competición con la que soñaba desde niño... toda la jugada, antes del gol, el gol, después. Es el gol que me marcó más.

Lo celebró con una mirada y gestos en la cámara de televisión, ¿se acuerda de aquello?

Así, es había hablado con mis padres. Unas horas antes Unai me dijo que sería titular, hablé con mis hermanos también, toda la familia estaba mirando la previa, y les comenté que si marcaba buscaría la primera cámara y el gol sería para ellos que están siempre a mi lado.

En 2009 ascendió en Francia de Ligue2 a Ligue1 con el Montpellier, ¿repetirá este año con el Almería?

Es algo muy difícil. Lo que viví con el Montpellier es un momento único, por esos instantes de éxito me considero un afortunado. En segunda división se sufre mucho para subir y en España es más complicado, son 42 jornadas... queda mucho y espero aportar mi máximo al equipo para el objetivo.

La última. Argentina tiene que ganar a Ecuador para no perderse el Mundial... ¿muchos nervios? ¿Qué le pasa a una selección que tiene a Messi, el mejor del mundo?

Creo que sí vamos a ir. No es fácil jugar con esa camiseta y más ahora. Como Argentino, hincha de la selección y por la amistad con algunos jugadores deseo fuertemente que ese último partido sea bueno y veamos a Argentina en Rusia 2018.