Zaza todavía luce en la rodilla las señales de la artroscopia a que fue sometido hace poco más de una semana, una prueba que reveló que la articulación no había sufrida esa tremible rotura. Nada puede con Simone Zaza. Ni siquiera las lesiones. El delantero italiano ha conseguido lo que se proponía a principios de semana, entrar en la convocatoria para el partido contra el Betis, y ahora sueña con ser protagonista en el once que sacará Marcelino en el Benito Villamarín. El ´9´ está preparado. Este sábado se cumplía una semana y un día del susto de su vida. Un percance sucedido en el transcurso del partido de entrenamiento ante el Eldense que le obligó a retirarse con una dolencia en la rodilla y que hizo que todos se temieran lo peor.

El futbolista respiraba aliviado horas después, una vez se sometió a pruebas médicas. Todo quedaba en una distensión, algo que, sin embargo, no evitaría que estuviera fuera de los terrenos de juego alrededor de dos semanas. Esa fue al menos la estimación que hicieron los médicos una vez conocido el alcance exacto de su lesión. Mientras cruzaba la puerta de salida de la clínica, sin embargo, Zaza ya tenía en la cabeza la convicción de intentarlo hasta el final. Su objetivo era llegar al encuentro contra el Betis, canceló el viaje que tenía previsto para el fin de semana libre y trabajó fuerte en su recuperación, algo que le permitió saltar al césped el lunes por la tarde junto a sus compañeros: su recuperación exprés fue una sorpresa para todos.

Después de entrenar el italiano pasó una prueba de control, los médicos calcularon los riesgos reales que entrañaba la posibilidad de seguir trabajando a alta intensidad y ayer completaba la semana goleando, con buenas sensaciones. Zaza cicatriza sus heridas -ayer, tal y como se aprecia con nitidez en las fotografías de SUPER, todavía lucía el agujero de la artroscopia que se le practicó hace unos días en la rodilla izquierda- y hoy amenaza al Betis de Quique Setién.

El delantero a día de hoy se resuelve ni más ni menos que como la metáfora más evidente del cambio de este Valencia en el que todos los futbolistas están enchufados y donde ninguno se quiere perder un partido porque este equipo -en contraste con los dos últimos años y gracias al impulso que ha supuesto la llegada de Marcelino a todos los niveles- disfruta y hace disfrutar. Actuaciones como la suya inspiran al resto del grupo. El ´9´, pura rebeldía, escenificó su buen tono marcando varios tantos en el último entrenamiento antes de poner rumbo a Sevilla junto al resto de la expedición. Lo hizo en el ejercicio de contragolpe y definición que acaparó la parte inicial de la sesión, así como en el partido reducido que realizó el equipo en el último tramo, donde demostró que está sobradamente preparado para bregar, saltar, acelerar en carrera y golpear con violencia. Está listo.