Dos golpes en los últimos minutos sirvieron para tumbar en la lona de la Copa al Real Zaragoza. Tras los goles de Rodrigo Moreno y Dani Parejo el Valencia CF regresó de La Romareda con el pase a los octavos de final del torneo del K.O en el bolsillo. Marcelino debió echar mano de la artillería pesada de la plantilla para resolver un duelo que pudo complicarse más de la cuenta, especialmente, si a la hora de juego Rai hubiera aprovechado una ocasión de gol clara a pase de Vinícius. El ex delantero blanquinegro fue de lo mejor en un Zaragoza ViníciusZaragoza que, como el Valencia, apostó por un once B pensando más en el objetivo prioritario del ascenso a Primera. La vuelta de los dieciseisavos, programada para el 29 de noviembre, se presenta como un trámite en el que el técnico asturiano podrá seguir dosificando las piezas más valiosas y dando oportunidades a hombres menos habituales como Maksimovic, Vezo, Fabián Orellana o Nacho Gil.

Precisamente, el extremo valenciano demostró actitud y aptitudes para hacerse un hueco en este Valencia. La banda de los ‘Nachos’ funcionó mejor que la izquierda, donde Andreas Pereira estuvo más desdibujado de lo habitual. El principal mérito de Gil fue competir con la misma ambición del minuto 1 al 90, quizá por ello, Marcelino decidió dejarlo hasta el final acompañándolo con tres atacantes de lujo: Rodrigo, Guedes y Guedes Soler. El mayor dinamismo con ellos, ayudado por el miedo que los tres provocan, desmontó la resistencia ordenada que los de Natxo González habían ofrecido durante 80 minutos. Los maños, incluso, en el segundo tiempo contaron con un par de llegadas peligrosas.

En lo primeros 45 minutos la mejor ocasión del Valencia la tuvo Orellana con la pierna izquierda. Un disparo desde la frontal que obligó a la estirada de Ratón. Poco antes Nacho se plantó muy bien delante del meta, pero definió lanzando por arriba. El mediapunta chileno, por su parte, disfrutó de sus primeros minutos de la temporada después de más de dos meses sin contar para Marcelino. La suya no era una misión sencilla, jugando entre dos líneas de cuatro que había montado para cerrar espacios el Zaragoza, pero siempre lo intentó. Del mismo modo que ha hecho entrenamiento a entrenamiento para poder jugar.

A la vuelta de los vestuarios, arengados por el técnico, los valencianistas dieron unos cuantos pasos en busca de la eliminatoria. Durante 15 minutos el Valencia encerró a los locales, pero no encontró las ocasiones necesarias. La Romareda, además, se animó ondeando bufandas y aumentando los decibelios después de los arreones de Vinícius y Rai y Pombo (70’). Los peores minutos del Valencia, con un Parejo incómodo y presionado, hicieron que Marcelino no tardase en reaccionar. Rodrigo se convirtió en el primero y más determinante de los cambios.Rodrigo Diez minutos después de entrar al campo, el hispano-brasileño hizo buena rematando en plancha una pelota colocada por Dani Parejo a la zona más dañina del área, la pequeña. Previamente, el ‘10’ había sacado el córner en corto. A partir de ahí, el Zaragoza bajó sus ánimos. Ya había hecho bastante durante tantos minutos ante el equipo más en forma del país, el Valencia. Así se hablaba ayer en la capital maña de la ‘máquina’ de Marcelino. Guedes dejó también su sello en los minutos finales que le tocó jugar. Un taconazo del luso lo recibió en el área Nacho Gil. Fue frenado de forma ilegal, con un penalti. Parejo firmó la sentencia.

Primero Rodrigo en la celebración de su gol -enchufado en todos los aspectos- y después todo el equipo dedicaron el triunfo a los valencianistas desplazados. A ellos miraron y aplaudieron. El deseo de la afición es a ganar un título tras diez años de sequía. Los jugadores lo saben y la Copa es camino más corto. El Valencia suma y sigue, lo hizo con una versión menos eléctrica, aunque también fiable.