El Valencia no pierde ritmo y se coloca tercero en la clasificaciónclasificación empatado a puntos con el Atlético. El conjunto de Marcelino, que sufrió defensivamente, supo aprovechar cada circunstancia en un partido en el que perdió su imbatibilidad en Mestalla pero aprendió una lección: que ganar sufriendo también vale. Zaza, Parejo y Rodrigo pusieron los goles y Mestalla sigue relamiéndose con los suyos después de dos años de depresión. El equipo tardó 20 minutos en contrastar la presencia de Kepa Arrizabalaga bajo palos después de un tramo inicial de bajo voltaje. Ocurrió gracias a un disparo de José Luis Gayà desde media distancia, directo a las manos del guardameta. Era la primera aproximación de un equipo que no pierde más energías que las justas en armar construcciones colectivas. El Valencia de Marcelino muerde y ataca, manifestándose a zarpazos y traza caminos sin escalas, directo a la portería rival. El protocolo está muy asumido. Lo intentaría también Guedes, sin éxito, después de que un central desviara su disparo por encima del larguero y en el 26’ llegó el tanto inicial a cargo de Zaza.

El italiano, de dulce, se sirvió de un envío lleno de intencionalidad de Gayà desde la banda al punto de penalti para fusilar a Kepa, alargar el mejor inicio de temporada de toda su carrera e igualar con seis goles sus cifras de la temporada anterior. Todo ello, además, sin haber provocado ni una sola falta en más de 200 minutos. Se le ponía de cara el encuentro al Valencia y eso es mucho para un equipo que ya ha demostrado que no es fácil de voltear: tan solo ha ido por detrás en el marcador diez minutos desde que arrancó el campeonato. A toque de corneta, explotando los caminos más primitivos, los de Marcelino fueron abriendo poco a poco el boquete de un Athletic con poca frescura. Envío largo de Neto, prolonga Zaza en el aire y Rodrigo, a la carrera, desabotona a la defensa para ponerse mano a mano, pero su disparo iría al cuerpo de Kepa. Soler, que respondió con una naturalidad asombrosa al desafío de hacer de Kondogbia, demostró que está preparado para jugar de lo que sea... Como si se trata de hacerse cargo de la megafonía del estadio.

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El ‘18’ recuperó un balón dividido y lanzó al Valencia a la media hora en un contragolpe que propició el penalti de Kepa sobre Rodrigo. Parejo, sin titubeos, perforó con un disparo por el centro. Vibraba Mestalla, que antes del descanso, eso sí, se llevaría un pequeño susto después de un buen cabezazo de Vesga a balón parado que desvió Neto antes de que el balón pegara en el poste. La jugada retrató la falta de tensión de Paulista, una realidad que iría haciéndose cada vez más patente a medida que pasaron los minutos. A la hora de partido el Athletic recortó distancias tras una gran acción de Aduriz, que hizo bueno un centro desde la izquierda con un sensacional control orientado a la espalda de Gayà, un recurso de altísimo nivel que le dejó a solas frente a Neto. El delantero, camino de cumplir los 37, sigue a lo suyo y el desenlace estuvo a la atura del control: al brasileño no le quedó otra que recoger el balón del fondo de su portería.

Primer gol en contra en Mestalla en lo que va de temporada, aunque no sería el único. Unai Núñez remató a solas minutos después con la complicidad de Paulista, de nuevo fuera de la fotografía, aunque le faltó precisión. Y del posible 2-2 se llegó al 3-1 tras un buen remate de Rodrigo, que firmó el cuarto gol en los últimos cuatro partidos tras un centro diagonal de Montoya y Guedes pudo anotar el cuarto, pero la defensa rojiblanca sacó su disparo en la línea de gol. La distancia en el marcador no era definitiva pero serviría para amortiguar el estrés de los compases finales, donde el Athletic, tras marcar el segundo Raúl García, puso a prueba los nervios de un Valencia que también sabe ganar sufriendo.

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