Ambición y exigencia son elementos determinantes, día a día, en la fórmula del éxito del Valencia CF de Marcelino García Toral. Con el asturiano al frente, el equipo ha abierto la mayor brecha en diez jornadas con respecto a los rivales por las plazas europeas desde 2003, es decir, desde la temporada del Doblete. Sin embargo, pese a las distancias con los perseguidores, el técnico del Valencia Valencia es consciente de que resta mucho camino por recorrer y antes de la visita del CD Leganés ha vuelto a recordar a la plantilla la necesidad de seguir "mejorando" y mantener al límite la tensión competitiva.

El entrenador arengó a los jugadores en la parte final del calentamiento. "Entrenamos para mejorar, no para sufrir... Quiero hora y media de entrenamiento de calidad, mañana va a ser menos. Hay que estar concentrados, no hagamos tonterías, porque aún tenemos que mejorar... en el último partido cometimos errores que se pueden corregir", decía Marcelino alzando la voz mientras el grupo se ejercitaba a las órdenes del preparador físico, Ismael Fernández. Poco después la sesión prosiguió con el míster liderando un trabajo táctico donde los futbolistas respondieron al mensaje con la intensidad que acostumbran.

Los blanquinegros han protagonizado el mejor arranque de la historia del club en el primer cuarto de competición. Aún así, Marcelino quiere más. Días antes de la visita al Benito Villamarín ya alertó al equipo para reducir las concesiones defensivas que hicieron peligrar la victoria frente al Athletic en la segunda mitad (3-2). El mismo modus operandi utilizado en la previa del Valencia-Sevilla, partido en el que el equipo brilló y logró dejar la portería a cero tras tres jornadas consecutivas encajando goles.

Desde entonces, hasta recibir al Barça el próximo 26 de noviembre, el perfil de los rivales ha cambiado pero no el proceder diario del técnico. El objetivo es perfeccionar una máquina de ganar mientras la aleja de la euforia y de cualquier tentación de relajarse frente a adversarios menos atractivos como fue el Alavés o los que ahora aguardan, Leganés y Espanyol. Como sucedió antes del viaje a Vitoria, Marcelino exige al equipo máxima atención defensiva, ya que no recibir goles es la manera más sencilla de volver a ganar gracias a la alta eficacia que está mostrando los delanteros.

Los blanquinegros han superado el arranque del Valencia Valencia eléctrico de 1943, también los registros de goles a domicilio de aquel equipo en los cinco primeros partidos (14) y han igualado la serie de seis victorias de los bloques de Quique, Benítez y Encinas. Este sábado los de Marcelino pueden empatar el récord de siete triunfos obtenido por los de Pasarín entre los cursos 46/47 y 47/48; e incluso, Zaza tiene la posibilidad de cazar a Mundo, goleador en siete envites de Liga seguidos.

Sin embargo, para hacer verdaderamente historia las grandes motivaciones de este Valencia se hallan en el presente. Entre el cuerpo técnico y los futbolistas subyace el ferviente deseo de llegar al próximo descanso, a causa de las selecciones, con la segunda plaza todavía más consolidada y sacando ventaja de estos cara a cara: Barcelona-Sevilla y Celta-Athletic. Hace un año el Valencia estaba a once puntos de la Champions, a día de hoy le saca cinco al quinto y siete al séptimo, precisamente, el Leganés. La renta más amplia desde los siete puntos con que el equipo de Benítez, líder, aventaja a principios de noviembre de 2003 al Barcelona, quinto por entonces. El séptimo quedaba a nueve.