Eran las doce del mediodía cuando en el entrenamiento del martes sucedió la imagen de la semana. El trabajo había terminado. Ferran Torres, subcampeón del mundo sub-17, paró en su camino a los vestuarios para saludar y estrechar la mano de Mateu Alemany, director general. Luego hizo lo mismo con Voro. El joven dudó durante un par de segundos con Marcelino, con el que había intercambiado algunas palabras a primera hora de la mañana. La autoridad del jefe directo impone, más aún, con sólo 17 años. Pero el entrenador bromeó con él y animó al diamante de la Acadèmia a acercarse. «¿A mí no me saludas? ¡Ven aquí, hombre!». El asturiano abrazó a Ferran de manera afectiva mientras Alemany y Voro presenciaban el gesto con una sonrisa.

La acción de Marcelino no da lugar a la incertidumbre. Ferran Torres se marchó a casa -en un coche conducido por un familiar, ya que aún no tiene edad para conducir- con la certeza de que el cuerpo técnico cuida con celo su evolución. El plan trazado es que el extremo se entrene a diario con el primer equipo y compita hasta el mercado de enero con el filial, donde lo ha hecho desde principio de temporada. A partir de 2018 lo pactado con su renovación hasta 2020 es que pase a ser a todos los efectos jugador de la primera plantilla con dorsal entre el 1 y el 25. El de Foios, que peleará por un hueco y minutos en el equipo de Marcelino, va a tener una nueva cláusula de rescisión de 25 millones.

El extremo derecho, uno de los futbolistas con mayor proyección del país, vive con naturalidad este importante salto en una carrera precoz. La idea del cuerpo técnico es que así sea. El discurso del «partido a partido» o «paso a paso» se extiende también a un caso particular como el suyo. El primer objetivo es «empezar» a asimilar los hábitos fijados a la primera plantilla: Los desayunos en Paterna, la exigencia de las sesiones, comidas o cenas posteriores en grupo, los tuppers, los batidos, el descanso...

El primer día tras el revuelo mediático, los nervios o el madrugón para desayunar bien temprano con el grupo le hicieron sentirse un tanto extraño. Sin embargo, las palabras calmadas del míster, diciéndole que esté tranquilo y saque su fútbol, y el apoyo de los compañeros facilitaron el momento. Además, para el joven valenciano el impacto va a estar perfectamente limitado gracias a una integración que se inició en verano. Desde principio de curso su presencia, junto a Fran Navarro o Gonzalo Villar, en algunas sesiones no ha sido extraña.

En su primer día como el primer equipo tras el Mundial de India, Ferran Torres no tuvo como compañero a Gonçalo Guedes, futbolista que le entusiasma por su habilidad para deshacerse de rivales en la banda. El luso es uno de los seis internacionales que esta semana causa baja en los entrenamientos por los compromisos internacionales. Los otros cinco son Rodrigo, Zaza, Maksimovic y los sub-21 de la Rojita Carlos Soler y Lato, dos ejemplos en los que se fija el de Foios.

La jornada arrancó con una hora de circuito físico en el gimnasio. Después el grupo salió a la popular ´jaula´ para terminar con una sesión relajada jugando al ´futvolley´. Los focos de las cámaras se lanzaron sobre el joven talento. Alemany y Vicente Mateo, director de la Acadèmia, tampoco quisieron perderse el estreno de Ferran con la plantilla de Marcelino, una vez que antes del campeonato mundial en Asia se decidió ejecutar la cláusula para su blindaje ante los intereses crecientes de grandes de Europa, entre los que estaban Madrid y Barça.

Ferran participó, integrado y sonriente, en un entrenamiento marcado por la armonía y las bromas, ya que hasta la semana que viene los futbolistas pueden dejar de pensar en la competición. Los jugadores no cargaron excesivamente las piernas y se fueron retirando paulatinamente. Andreas, Montoya o Mina fueron los primeros. Torres estuvo hasta el final haciendo equipo de ´futvolley´ con Murillo y Gabriel. Los dos centrales y Orellana estuvieron pendientes de que Ferran se sintiera cómodo con todos. El valenciano, que cumplirá 18 años en febrero, es ya uno más. Hasta enero con ficha filial, como Lato, Nacho Vidal o Nacho Gil. Con una sola diferencia: hasta enero se cambiará todavía en el vestuario del filial. Marcelino prioriza que juegue y así lo hará dos meses con el Mestalla, pero puede hacerlo también con el primer equipo. La puerta está abierta.

Por la tarde, Ferran no quiso perderse el reestreno de Salva Ruiz jugando al fútbol en Alboraia después de haber superado una grave enfermedad. Torres estuvo con sus compañeros del filial y con Lubo Penev, míster del Valencia Mestalla.