El cuerpo técnico del Valencia CF ha creado una capa de protección capaz de aislar al equipo de cualquier desbarajuste exterior, ruido como el que ha generado en el entorno el editorial lanzado a través de los canales oficiales del club por Anil Murthy, presidente, en nombre de Meriton Holdings Limited. El único foco de entrenadores y futbolistas es la competición, si bien, esta semana han podido tomársela como el necesario 'descanso del guerrero', ya que no hay Liga debido a los compromisos de las selecciones nacionales. Marcelino García Toral está siendo hábil para aislar a los suyos de cualquier inconveniente distracción. En la mañana de ayer el equipo rompió la rutina con una jornada lúdica en la que se cambiaron balones y botas por palas y pequeñas pelotas amarillas de pádel. Más tarde, el grupo continuó reforzando los vínculos con los técnicos gracias a una comida en un restaurante no demasiado alejado de la Ciudad Deportiva de Paterna.

La única preocupación que Marcelino quiere que ronde la cabeza de los futbolistas es lo deportivo, el fútbol, es decir, el partido del próximo domingo 19 frente al Espanyol... Pero eso será a partir del lunes. Ahora toca desconectar y disfrutar de familia y amigos durante un largo fin de semana. Por eso, el entrenamiento matinal de hoy no se ha adelantado a las 9:30 y no durará demasiado. Mientras por la tarde el club celebre la Junta General de accionistas, una mayoría de los futbolistas estará en casa totalmente desconectados de números, balances o pérdidas e, incluso, algunos en sus lugares de origen más cerca de los suyos de lo habitual.

A las 10:30 jugadores, técnicos y demás staff abandonaron la Ciudad Deportiva rumbo a un centro deportivo cercano. Allí los futbolistas, sin los seis internacionales, disputaron por parejas partidos de pádel. Las risas, también de los entrenadores, el buen ambiente y la destreza con la pala de Gayà, Gabriel, Parejo o Garay sorprendieron a más de uno. Pasadas las 12:00 los jugadores comenzaron a regresar al cuartel general en Paterna. Los últimos en hacerlo, capitanes como Parejo y Gayà, y los técnicos. No tardaron mucho en ducharse, cambiarse y salir con sus vehículos hacia un restaurante para una comida de hermandad en la que, según fuentes del club, no hubo dirigentes. Solo jugadores y cuerpo técnico, como ya sucedió hace un mes en el anterior paréntesis de selecciones. El míster premió la excelente racha del equipo con pádel y un menú mucho más relajado que el estricto que tienen que degustar a diario.

Minutos antes de las tres de la tarde, SUPER desveló el cónclave gastronómico de un Valencia que trató el asunto con sumo secretismo. El objetivo no es otro que aislarse en un clima de tranquilidad, fomentar la unión con otros motivos más allá de lo meramente futbolístico y el lunes regresar con las pilas cargadas para centrarse, ya a tope, en el Espanyol de Quique.