No es la primera vez que el Villarreal se lleva la victoria de Mestalla aunque sí la primera que lo hace con menos méritos que el rival y escasa ambiciónVillarreal Mestalla . Todos los factores que podían influir en el resultado se le pusieron a favor. Marcó en la primera contra que consiguió montar y el árbitro le concedió el gol aunque Bacca estaba en el límite del fuera de juego. Sí anuló más tarde uno al Valencia aunque en este caso muy claro. Después, el colegiado cometería el error más grave del partido del que también salió favorecido el cuadro amarillo, unas manos clarísimas e intencionadas de Trigueros en el área que no señaló como penalti. Y para colmo, dos amarillas a Zaza en poco más de un minuto que dejaban al Valencia con diez.

Es el resumen de un partido en el que el Valencia puso mucha más voluntad que acierto, algo que le está fallando últimamente y que le ha llevado a sumar tres derrotas después de un largo periodo en que el equipo de Marcelino se había mantenido invicto. El 0-1 definitivo deja las cosas arriba como estaban, salvo el Barcelona perdieron todos los que pelean por puestos Champions y el que se reengancha a esa lucha es el propio VillarrealBarcelona , que de quedarse ya a 13 puntos del Valencia si perdía está ahora a solo siete con la victoria.

El Villarreal encontró lo que buscaba superado el minuto 23 de partido. Una contra conducida por Fornals con balón en profundidad para Carlos Bacca, al que dejó totalmente suelto Montoya para que encarase a Neto y subiera el primero y al final único gol del partido al marcador. El colombiano rayaba posición de fuera de juego, casi en línea con Paulista que se encontraba en el centro de la defensa. El colegiado, el canario Trujillo Suárez, lo dio por bueno y al Valencia le tocaba remontar, una nueva sensación en Mestalla que acabaría con el amargo sabor de la primera derrota en casa de la temporada.

Hasta ese momento, el balón había sido de los de Marcelino, con buenos movimientos en diagonal de Andreas Pereira que llevaron el peligro al área. En una de esas, asistió a Zaza que estuvo a punto de adelantar al Valencia. Aunque costaba romper el orden y la acumulación de jugadores amarillos en su terreno, que apenas dejaban margen de maniobra a Parejo. El Valencia lo buscaba por ambas bandas, sobre todo con llegadas de Lato por la izquierda, que doblaba continuamente a un Guedes que todavía no es el de antes de la operación. Y cuando va, lo detienen a base de faltas.

Acabó la primera mitad volcado el Valencia y tras el descanso salía lanzado. Estaba a punto de empatar tras una asistencia perfecta de Rodrigo que remató Zaza pero encontró la mano de Asenjo para desviar la pelota a córner. Apenas hbían transcurrido dos minutos y ya se empezaba a ver lo que sería la segunda mitad, los de Marcelino volcados y el Villarreal replegado a la espera de una buena contra para hacer el segundo, pero sin presión, tampoco es que la buscaban de manera insistente.

El minuto 59 fue clave en el desenlace del partido. Primero es Andreas el que encara la salida desesperada de Asenjo, una jugada que termina con remate de Zaza que bloquea Mario Gaspar y amarilla para el italiano por protestar unas posibles manos del defensa que no existían. El lanzamiento desde la esquina lo remataba Paulista al larguero y, tras varios rechaces, en el intento de rematar Zaza llega tarde y golpea a Bakambu. El árbitro le muestra la segunda amarilla en poco más de un minuto y el Valencia pasa del posible empate que ya merecía a quedarse con uno menos y por debajo en el marcador.

Con diez el Valencia echó el resto y peleó hasta la extenuación en busca al menos del empate. Un único cambio de Marcelino ubicó a Mina junto a Rodrigo prescindiendo de Lato, buscando Guedes sorprender desde una posición algo más retrasada. Si hubiera estado en plenas condiciones quizá hubiera funcionado, pero al portugués le faltaba fuelle en los últimos metros. El Villarreal cazó dos contragolpes, uno que Soriano resolvió fatal y la otra con remate de Cheryshev, que había entrado en la recta final, desviado.

La afición mostraba su enfado al colegiado pero era el equipo el que estaba levantando a Mestalla en busca de la victoria. La temperatura subía todavía un poco más cuando en el 83 se iba Trigueros con la segunda amarilla, aunque de ahí al final se jugaría más bien poco por las continuas interrupciones y el marcador ya no se movería.