Entrevista a Evans Kondogbia, hermano y agente del mediocentro del Valencia CF

De niño Geoffrey Kondogbia soñaba con guantes de boxeo, pero su madre lo veía muy «peligroso» y lo mandó con Evans a jugar al fútbol. Con él se curtió en Nandy jugando contra chicos cuatro años mayores. Los dos son uña y carne; amigos, futbolista y agente.

Hola, Evans. ¿Todo perfecto, no? ¿Esperaba que a su hermano, Geoffrey Kondogbia, le fuera todo tan bien desde que aterrizó en València?

—Sí, sobre todo, porque el conocía la liga española, el ambiente. No ha sido una sorpresa... Estaba seguro de que le iba a ir bien, aunque confieso que a este nivel súper alto, tan pronto, no. Pero sí sabía que con Marcelino y su conocimiento del fútbol español tenía claro que las cosas funcionarían. En verano tuvimos muchas propuestas de clubes en Inglaterra y Francia, aún así resistimos para venir solo al Valencia CF por el convencimiento del buen trabajo que haría aquí.

—Usted lo dice, hubo un momento en el que Geoffrey sólo quiso jugar con el club de Mestalla. ¿Qué hizo el entrenador para conseguir del jugador esa voluntad firme?

—Porque Marcelino nos mostró un discurso franco. Cuando dos personas cuentan con buena personalidad y hablan el mismo lenguaje futbolístico no existen dudas. Después de hablar dos o tres veces por teléfono con Marcelino, Geoffrey y el míster sintieron las mismas cosas. Para mi hermano era una evidencia que debía escoger el Valencia y para Marcelino, igual, fue algo evidente que él viniese a su equipo. No hubo ningún problemas. Fue rápido. Después de dos conversaciones los dos estaban convencidísimos.

—¿De qué habla con su hermano sobre el equipo? Por ejemplo, ¿creen que pueden seguir jugando así de bien toda la temporada?

—Eh... todo dependerá de la atmósfera que han creado dentro del equipo. Creo que nadie se esperaba al Valencia en el lugar de la tabla en el que está ahora, pero ellos han sumado muchísimos puntos, se sienten con confianza, Geoffrey se siente con confianza... todo el equipo. Cuando hay euforia no sé hasta cuándo puede continuar o terminar. Nos toca disfrutar del presente. Todos estamos felices y espero que se alargue más en el tiempo.

—¿Para los futbolistas cuál es la clave de este éxito? El secreto.

—No hay secretos, es el trabajo. Cuando se tiene un gran entrenador que aporta ideas buenas y claras, y encima hay un equipo muy joven con ganas de seguir aprendiendo, los resultados suceden. De verdad, no se trata de claves especiales. Ellos trabajan mucho, son ambiciosos y, según me ha dicho Geoffrey, existe un muy buen ambiente entre todos. Los futbolistas acuden a la Ciudad Deportiva con ganas de trabajar y el técnico sabe qué quiere. Eso es... Mi hermano me cuenta que todos están contentos de formar parte del Valencia en este momento.

—Por cierto, Evans y Geoffrey, dos hermanos futbolistas en la misma familia. ¿Cómo es posible?

—(Sonrisas) Cosa del papá. Nuestro padre jugaba al fútbol. Yo soy mayor y él me metió en el mundillo del balón y luego yo metí a Geoffrey, cuatro años más pequeño. En la actualidad ya estoy retirado porque he tenido en mi carrera muchos problemas de lesiones, etc. Y he encontrado mi espacio en el mundo del fútbol porque soy un enamorado de este deporte, miro multitud de partidos al día. Tengo un equilibrio, mi sociedad de representación de jugadores. A día de hoy, pese a dejar el fútbol, estoy muy satisfecho de mi labor. Se trata de otra forma de presión, de vivir... a través de Geoffrey sigo mucho este mundo y me ocupo también de sus asuntos y de otros jugadores.

—¿De qué jugaba Evans Kondogbia?

—Medio derecho o medio izquierdo, también como delantero. Por esas zonas del campo.

—¿Dónde desarrolló su carrera?

—Jugué en primera división belga (Charleroi), en segunda de Francia, en Segunda B en España (Jumilla), en Italia en Serie C (Renate)...

—¿Cómo lo pasó en Jumilla?

—Uf, muy mal. Fueron meses difíciles con muchos problemas. El club no pagaba a los jugadores, el propietario que me llevó para allí no tenía dinero y en estos momentos se encuentra en manos de la justicia. Es un italiano. El grupo de jugadores nos ayudábamos y lo pasamos bien, pero con la dirección del club no fue nada agradable.

—¿Evans enseñó a Geoffrey a jugar al fútbol cuando eran niños?

—No, no. Geoffrey me acompañaba siempre cuando yo iba a jugar con mis amigos. Él siempre estaba conmigo. Nos llevamos cuatro años de diferencia. Desde pequeñito aprendió a enfrentarse a los mayores y, por eso, siempre estuvo por encima de los chicos de su misma edad. El fútbol se encuentra en los genes, en la sangre, de los Kondogbia. Mi padre futbolista, yo, luego mi hermano. Disfrutamos viendo fútbol por la televisión... Aunque, al principio, Geoffrey no quería jugar al fútbol, decía que lo suyo era el boxeo. Mi mamá dijo: «¡No! Es muy peligroso». Y le dijo que jugase al fútbol como su hermano. Y, por eso, estaba siempre a mi lado.

—En la última entrevista que le hicimos comentó que le apasionaba el baloncesto.

—Sí, sí. Le gusta mucho, ve mucho baloncesto por la televisión. Pero lo que le encantaba de muy niño era el boxeo, pero la mamá no quiso. Y optó por el fútbol.

—Ahora que lo ha contado. ¿Ya era el mejor cuando se enfrentaba a chicos cuatro años mayores que él?

—No, aún no. Éramos grandes para él (sonríe) pero, ojo, su nivel sí se acercaba mucho al de la mayoría. Y cuando jugaba con los pequeños de su edad el más fuerte era él.

—¿Se inició como centrocampista?

—No, como mediapunta, atacante y a los 11 ó 12 años ya se retrasó más en el centro del campo.

—El otro día Didier Deschamps ofreció la lista de convocados para los amistosos frente a Gales y Alemania. No pudo ser, ¿la esperaban con nerviosismo esperando oír el apellido Kondogbia?

—Sí. Actualmente, hay mucha competencia en el mediocampo de la selección de Francia. Es normal que Deschamps tenga sus elecciones, la competencia ahí es muy fuerte, así que a Geoffrey le queda seguir trabajando duro y elevar todavía un poco más su nivel y veremos. Aún quedan seis o siete meses para la Copa del Mundo, que es el objetivo de mi hermano.

—Como dice, la competencia es alta en el mediocampo de los franceses, pero él está jugando mejor que muchos de los elegidos. Por ejemplo, el sevillista N´Zonzi.

—Sí, su nivel es alto, pero de esto hace sólo tres meses. N´Zonzi hizo toda una temporada muy buena con el Sevilla. Pogba también mantiene al menos un año ese nivel, Kanté... Geoffrey comprende las decisiones de Didier Deschamps y yo también. No hay ningún problema. Vamos a ver en el mes de marzo. Si Geoffrey continúa como ahora por entonces no habrá ningún secreto. Estoy seguro de que estará en el equipo nacional si en marzo sigue jugando al fútbol como en este inicio de temporada con el Valencia.

—¿Cree que, cuando acabe la cesión por parte del Inter, su hermano se quedará más años en el Valencia? Parece bastante posible.

—Sí, él está muy feliz en València, la familia también, su mujer, sus hijos... Todos lo están pasando muy bien aquí, pero en el fútbol nunca se sabe. Geoffrey tiene todavía un contrato en vigor con el Inter de Milán. Él, por su parte, se siente genial en el Valencia CF y le gustaría quedarse. No se sabe nunca qué pasará, pero ya digo que tiene contrato con el Inter. Yo mismo debo hacer mi trabajo para encontrar la solución que guste al Valencia, al jugador y al Inter.

—¿No le parece que este sol y esta ciudad son el lugar ideal para vivir unos cuantos años?

—Sí, claro que sí. Por la familia y por Geoffrey así es. En València se vive bien, se come bien, el clima es perfecto, la ciudad es magnífica, preciosa. Sobre el campo de fútbol todo va sobre ruedas... Para mí, Geoffrey puede quedarse varios años. Pero, como dije, todo depende de las dos entidades.

—¿Podemos soñar con la Liga?

—Es muy difícil, esta es la mejor liga del mundo con grandes equipos: Barça, Madrid, Atlético... Creo que podemos acabar entre los cuatro primeros e ir a la Champions. El Barcelona es muy fuerte.

—¿Qué tipo de relación tienen, el lazo fraternal se extiende a una muy buena amistad?

—Siempre estamos juntos. Es la educación de nuestros padres con todos nuestros hermanos y hermanas. Geoffrey y yo somos la misma cosa, el mismo alma. Cuando a él le pasa algo es mi problema, y al revés. En una sola persona es mi hermano, mi amigo. Para mí es todo. Simplemente, somos dos hermanos que se quieren mucho, sin problemas.

—Para acabar, ustedes dos son como uña y carne, ¿recuerda algún consejo que le ha dado y del que se sienta orgulloso?

—Muchos, hablamos de muchas cosas. Todos los momentos que pasó junto a él son geniales. Hablamos mucho, pasamos mucho rato con nuestros hijos. No se trata de un consejo en especial porque consensuamos lo mejor a hacer para nuestras vidas, para las familias, por nuestro país, por África... lo que hacemos juntos es lo importante.

En marcha para "prolongar la aventura"

A principios de septiembre Geoffrey Kondogbia ya desveló en SUPER la idea con la que vino al Valencia, cedido por el Inter. Los de Mestalla cuenta con una opción de compra de 25 millones de euros. ¿Quiere continuar? «Sí, por supuesto... Hoy se debe pensar en ayudar al equipo a cumplir con los objetivos. Al final de temporada, si todo el mundo está contento, intentaremos prolongar la aventura... Tengo que demostrar que merezco seguir en el equipo», respondía por entonces el futbolista.

El hermano confirma los deseos de Kondogbia y asegura que trabaja para «encontrar la solución» que deje contentos a los dos clubes y al futbolista. «Sí, él está muy feliz aquí y su familia también, su mujer, sus hijos», indica en la entrevista de la edición de hoy. Por el momento, Geoffrey siente que tiene todo en València, una ciudad maravillosa para vivir y un equipo con el que se puede competir al más alto nivel futbolístico. Por eso, Evans no duda en confesar que, por la parte del jugador, la voluntad es la de jugar «varios años» más con la camiseta del Valencia CF.

EN CORTO

Solidarios con África

República Centroafricana, país en guerra, es el lugar de origen de sus padres. En Bangui los hermanos han creado ´Kihsan´, fundación que financia servicios básicos -instalaciones sanitarias, acceso a agua potable y útiles escolares-. «Esto es esencial para el futuro de estos niños. Queremos que vayan a la escuela con buenas condiciones».

Evans, víctima de un mafioso

Evans colgó las botas, tras pasar por modestos en Italia, Foligno y Seregno, el curso pasado. Antes, la experiencia en Jumilla fue «horrible». Por los impagos de un inversor italiano, Nobile Capuani. Este personaje se hizo cargo del Eldense más tarde, en abril fue detenido por amaño de partidos y tiene una causa penal abierta.