El Valencia acabó el partido volcado sobre el área de Antonio Sivera en un intento de aclarar definitivamente un partido que se había puesto muy oscuro. Pero mucho. Ya había avisado el Alavés de sus intenciones en el inicio de partido y fue mediada la segunda mitad cuando, con un enorme zapatazo del área desde fuera del área al que no llegaba Jaume, dejaba a todo Mestalla con el corazón en un puño.

La insistencia y la fortuna llevarían a los de Marcelino a dar la vuelta al marcador en esa recta final con un gol de Guedes, en el que como en Riazor colaboró de nuevo el portero, y otro de Rodrigo tras una buena combinación con Mina. Buen marcador para como pintaba la cosa y contando con el mal partido en líneas generales de su equipo, aunque obliga a echar el resto dentro de siete días en Vitoria, donde se decidirá el pase a semifinales con ligera ventaja para el Valencia.

Al Valencia CF le costó muchos minutos sacarse el susto de encima. Y con razón, porque los dos latigazos del Alavés cuando apenas habían transcurrido cinco minutos eran para echarse a temblar. Primero Sobrino cruzando demasiado ante Jaume y después Hernán Pérez, con un precioso derechazo que se fue a estrellar en el poste. La eliminatoria, como quien no quiere la cosa, podía estar prácticamente sentenciada con casi todo por jugar, es lo que pasa cuando hay un equipo qcon la mentalidad adecuada y las pulsaciones a mil desde el primer minuto y el otro no.

La suerte para los de Marcelino era poder hacer borrón y cuenta nueva todavía con empate a cero en el marcador. Lo hacía cerrando vías de agua en defensa y frenando ese ímpetu en la contras del Alavés, para recuperar el control de la situación y generar peligro. Aunque no demasiado y, como siempre, canalizado por Guedes.

Si después de todo, de una primera mitad de alternativas y desgaste, los dos equipos se fueron al descanso sin goles, tuvo que ser todavía porque Jaume sacó una mano imponente a otro buen disparo de Hernán Pérez para desviar la pelota a córner.

Todo lo que no hizo el equipo con Vietto y Zaza, muy desafortunados los dos e incapaces de zafarse de los defensas blanquizules, salió en una jugada de manual entre Mina y Rodrigo. Desmarque del primero, asistencia del segundo y remate al primer palo del hispano-brasileño, que ya había rozado el gol nada más salir por Andreas Pereira con una volea que se marchaba fuera.

A partir del minuto 73, en el que llegaba el empate de Guedes, el Valencia acabaría adecentando este primer asalto en el que se vio sorprendido por la determinación y la fortaleza defensiva del equipo de Abelardo, que acabó además metido atrás con solo diez jugadores por la expulsión de Diéguez en el 78 por una merecida doble amarilla.