La lluvia no ablandó al entrenador del Valencia CF. El equipo trabajó de modo intenso durante algo más de una hora en el campo más exterior de la Ciudad Deportiva. A pesar de que los titulares se quedaron dentro, la sesión fue de lo más productiva reuniéndose sobre el césped hombres de ataque que serán titulares el domingo frente al Betis. Carlos Soler, Gonçalo Guedes, Rodrigo y Mina. Marcelino aprovechó para centrar los trabajos tácticos en la necesidad de mejorar los ritmos y la fluidez del juego de ataque, un factor donde el Valencia ha bajado las espectaculares prestaciones que ofreció en el primer tramo de la temporada.

Con los protagonistas presentes en el entrenamiento de campo la faceta ofensiva acaparó todo el protagonismo. Asimismo, con la presencia de laterales como Martín Montoya y Toni Lato, que en la próxima jornada podrían recuperar protagonismo en el equipo y dosificar el esfuerzo de sus compañeros en las bandas de San Mamés. Marcelino insistió en combinar con rapidez, al primer toque y entrando por los costados del ataque. Si por un lado, el Valencia debe subir el ritmo con el que ataca, por el otro, la disposición táctica de un Betis ofensivo, que acumula mucho jugador en campo rival, invita también a buscar sorprender con contragolpes o veloces transiciones defensa-ataque. Precisamente, los de Quique Setién conforman un bloque, con el balón, domina también la variante de atacar con rapidez.

"¡Dale, mueve rápido! ¡Toca ya!". Marcelino no se cansaba de repetir una y otra vez esta consigna de forma enérgica mientras el equipo realizaba un trabajo táctico intenso, serio y lleno de concentración. Combinaciones veloces que debían concluir con centros y disparos. El entrenador prestó especial atención a las definiciones y remates de futbolistas como Rodrigo o Gonçalo Guedes, con el que cruzó comentarios e indicaciones en una fase de la sesión.

El entrenamiento finalizó con un partido en dimensiones reducidas en el que, aparte de Garay y Andreas, estuvieron los jugadores del filial Cristian Rivero, Morgado, Márquez y Gonzalo Villar. A las siete de la tarde el manto de agua caía con mucha fuerza, pero aún así el Valencia aguantó unos cuantos minutos acabando con su trabajo.