En cuanto el colegiado señala el final del encuentro Santi Mina se tira de rodillas y celebra la victoria del Valencia CF. Suyos han sido los dos goles que le dan los tres puntos pero además, se ha dado una panzada de correr y parece realmente agotado. Encima, en los minutos finales tiene que bailar con la más fea porque Gabriel Paulista no está en el campo por un golpe en la cabeza y él se coloca en banda izquierda, la de Odriozola. Mal partido del Valencia que no termina de arrancar en cuanto a sensaciones se refiere, y tampoco deja la portería a cero, pero suma los tres puntos que es lo que más importa llegados a estas alturas de la temporada.

Dani Parejo robó el balón en el centro del campo, lo tiró a la derecha desde donde Montoya centró al área, un defensa donostiarra peinó le pelota y dejó descolocado a su portero, y por el segundo palo apareció Santi Mina para hacer el primer gol del Valencia con un remate de cabeza. Así finalizaba el primer tiempo, con victoria justa y momentánea para el equipo de Marcelino, que sorprendió a propios y extraños dejando a Simone Zaza en el banquillo, pero visto el rendimiento de Santi Mina, acertó el asturiano premiando al gallego.

El tanto de Mina, además de hacer justicia con el Valencia, que lo intentó más y mejor al menos en el primer tiempo, al margen de que en estático no terminara de jugar fluido, dejaba el panorama perfecto. El equipo de Marcelino no tiene problemas en esperar atrás y defender juntito para robar y salir a la contra. No tiene problemas para hacerlo en casa cuando juega ante la Real Sociedad, pues menos problemas para esperar atrás y salir a la contra cuando va por delante, que para ello tiene a tipos como Rodrigo y sobre todo Guedes, que con espacios marca diferencias letales.

Pero como no hay manera de que este Valencia mantenga la portería a cero, Oyarzabal aprovechó un error de Murillo en la salida de balón para batir con clase a Neto. Si justa era la victoria valencianista en el primer tiempo, de justo se puede calificar el empate porque los de Marcelino salieron con empanada tras el descanso, lo que permitía al conjunto vasco combinar por primera vez en el partido la posesión con jugadas de peligro. Pero no contaban los valencianistas con que iban a tener un aliado inesperado que no era otro que Toño Ramírez, el portero de la Real Sociedad. Y mira que venía avisando. Le costó levantarse para ir a por un rechace tras un disparo de Coquelin en el primer tiempo, y en el segundo dejó que un baló botara prácticamente en el área pequeña sin salir a por él. Tan nervioso estaba el hombre que en una transición rápida del Valencia Rodrigo metió el balón al área desde la izquierda y lo que debía haber sido un balón fácil terminó en gol porque no lo atrapó€ se le escapó de las manos de manera incomprensible.

El Valencia recuperó la ventaja en el marcador pero no en el juego. Los donostiarras, con Canales canalizando el juego ofensivo, dieron fe de la fama que les precede como equipo; tocan bien y combinan pero son blanditos en las dos áreas. De hecho, la mejor ocasión para empatar que tuvo la Real fue tras una falta que Canales sacó avispadamente al palo corto pero por allí apareció Neto sacando el balón prácticamente desde la misma línea de gol. Además, el rechace llegó a un jugador vasco que remató desde el área pequeña y el brasileño sacó el codo para hacer la parada del partido. Pese a su mucha envergadura, Neto destaca más por sus reflejos y su capacidad para llegar abajo, que por el juego aéreo. Al final, tres puntos para los de Marcelino que siguen en los puestos de Liga de Campeones. Como dice el asturiano, en el cómputo general poco se le puede reprochar al equipo, pero es evidente que en lo que al juego se refiere, necesita mejorar.