Mateu Alemany ha reconstruido el primer equipo con su apuesta por Marcelino García Toral y la creación de un área técnica bajo la dirección de Pablo Longoria. El siguiente paso es potenciar la estructura de la Academia. Así lo anunció en la Junta General de Accionistas el pasado mes de noviembre. «Fichar jugadores de menos de 16 años de fuera de Valencia me parece un error. ¿Por qué? Porque se van a querer ir, y ya tenemos problemas continuos y están cada año amenazando con irse porque no tienen esa implicación con el escudo. Nuestra apuesta va a ser hasta los 16 años trabajar en el 99 por ciento de los casos con jugadores valencianos porque tenemos suficiente material humano y talento para hacerlo y porque queremos gente que esté implicada con el club». La idea del Director General era apostar por un modelo de escuela propio que elevara el nivel competitivo de la cantera y asegurase que ningún futbolista de proyección podía salir de la Comunitat Valenciana sin estar bajo el radar del Valencia. Ese ambicioso proyecto ya es una realidad. El club lo pondrá en marcha el próximo 1 de julio con el objetivo de controlar alrededor de 3.000 jóvenes y asegurar el futuro del equipo con más Gayàs, Carlos, Latos y Ferranes. Al menos habrá un plan. Algo que, tal y como reconocen los propios responsables de Paterna, no ha existido en los últimos años.

El objetivo del Valencia CF es desarrollar un centro de alto rendimiento para los jóvenes promesas de la Comunitat que potencie el talento y la formación de futbolistas con proyección de primer equipo. La Academia solo trabajará desde la próxima temporada con canteranos de élite becados íntegramente por el propio club en su camino hacia el fútbol profesional. Se optimizarán los esfuerzos en la formación de canteranos del Juvenil A y B, los tres cadetes -A, B y Fundación-, los tres infantiles y solo las líneas de élite de Fútbol-8. El resto de líneas, el denominado fútbol social, desaparecen. El club ha decidido prescindir de 12 equipos de pago de Fútbol-8 renunciando así a las cuotas anuales de 1.300 euros que abonaban los padres de los canteranos por temporada. Ni suponía una fuente de ingresos económicos rentable, ni tenía un retorno social, ni permitía una apuesta deportiva de calidad. Los técnicos de Paterna asumen que el volumen de canteranos era desmesurado hasta ahora y eso distorsionaba el verdadero foco de atención. La Academia conseguirá de esta forma que los técnicos estén más atentos a la formación del jugador que cada vez es más importante en edades tempranas, para fidelizarlos y que tengan una identidad con el club. El objetivo lo tuvo claro Mateu desde el primer momento: evitar la salida de canteranos valencianos formados en Paterna como los internacionales de la generación 2000 de Ferran Torres

¿Quiere esto decir que el Valencia cierra la puerta a todos esos canteranos del fútbol de pago? Todo lo contrario. Hay un proyecto detrás. El club ha hecho una inversión para generar una estructura para que todos esos futbolistas prosigan su formación en escuelas vecinas. El plan es reubicar a esos 180-200 futbolistas en diferentes clubes de fútbol asociados que contarán con entrenadores propios formados en Paterna y metodologías de trabajo similares. Todos esos niños tendrán un seguimiento técnico por parte del club y tendrán la posibilidad de ganarse en el campo un retorno al Valencia en calidad de becados. El club les buscará acomodo en alguno de los trece clubes de la Comunitat con los que el Valencia ha firmado convenios de colaboración. Hasta la fecha son el Onda CD de Castellón; el Colegio Salgui, Alboraya, Torrent CF, GPS Museros, Barrio de la Luz, Alzira UD, Gandia CFB y FEB Ontinyent de Valencia y el Denia FB, La Nucia CF, Lacross Babel CF y Benferri CF de Alicante. El club trabaja para llegar a más acuerdos en los próximos cuatro meses para ampliar el abanico de opciones de formación. Desde ayer se están realizando reuniones con los padres de los jugadores en Paterna para explicar la nueva política.