Bordalás advirtió que venía a Mestalla a buscar un triunfo de prestigio y lo consiguió. Lo demostró con el once -cero rotaciones- y con la mentalidad colectiva de su equipo, sobresaliente. Compromiso, pelea constante, rigor absoluto, intensidad mental al cien por cien y las ideas muy claras. Dos errores... quizás tres, dos goles en contra. El pizarrazo del entrenador alicantino fue tremendo ante Marcelino y ante un equipo Champions. No hay casualidades, para bien y para mal. El bloque madrileño le ha ganado los dos partidos a los valencianistas con la misma receta: orden para atacar y orden para defender. Ideas muy claras a la espera del error y máxima eficacia para aprovecharlos. La imagen de la frustración fue Dani Parejo. El '10' se perderá el partido de Balaídos por sacar el codo ante Jorge Molina. Fue un impacto limpio, pero fuera de cobertura. Poco se puede reclamar. El capitán se marchó a vestuarios dando golpes a todo -reventó la tablilla de los cambios- y tendrá un partido para reflexionar.

Marcelino confió en exceso en su unidad B. La ausencia de Kondogbia se sintió, también la no presencia de Carlos Soler o Rodrigo en el once titular. La efervescencia local en la recta final tuvo que ver con el paso atrás de los visitantes -con todo el trabajo hecho- y con la entrada de Soler, Ferran y Rodrigo. El partido marcó las costuras del Valencia y las limitaciones de futbolistas como Andreas o Vietto. La encuesta que realizó Superdeporte lo refleja con claridad. No gustó la propuesta del míster y la petición para Peter Lim es rotunda: Peter LimGuedes.

Neutralizados por completo

Los duelos indiviuales fueron casi siempre del Getafe y esa es la peor conclusión que dejá el encuentro. Para un equipo que vive de la intensidad y el vértigo es un punto para reflexionar. El Valencia fue un adversario previsible para la tela de araña de Bordalás. Marcelino lo reconoció en zona mixta: su planteamiento pudo ser equivocado y Bordalás lo neutralizó por completo.