Kevin Gameiro cumple muchos de los requisitos que Marcelino demanda en un delantero. El perfil cuadra. Después de cinco temporadas en el fútbol español, el francés no necesita presentación: buenos movimientos, velocidad, destreza en la definición. Conoce LaLiga a la perfección y ha demostrado que en ese contexto es una garantía, también para Europa. Si el Valencia busca certezas para competir con solidez en el triple foco Champions, LaLiga, Copa del Rey la próxima temporada, Gameiro encaja como respuesta. En las últimas cinco temporadas siempre ha estado por encima de los diez goles. Desde que su carrera tomó velocidad en el Lorient, el atacante galo sólo ha estado por debajo de la decena en una campaña: PSG 2012/13, cuando se quedó en nueve. Jugó muy poquito. En el Sevilla fue básico en la rotación y en su última campaña antes de dar el salto al Atlético firmó 29 dianas, con siete pases de gol. En este último curso como colchonero ha conquistado once jugando 1.744 minutos. En LaLiga ha promediado un gol cada 160 minutos y en más de la mitad de jornadas arrancó desde el banquillo. Marcelino lo quiere por el mismo motivo que lo quiso Diego Pablo Simeone: es un seguro. Sus mínimos son máximos.

La cadena desde la temporada 2016/17 refuerza esa sensación de solvencia: 16, 29, 17, 21, 9, 14, 24, 19, 13. Los números no son de killer radical, pero sí suficientes. Es una cuestión de perfil también. Kevin Gameiro está entregado a la causa. El verano pasado no pudo salir del Atlético por la sanción FIFA -los rojiblancos no podía fichar y le cerraron la puerta- y en el mercado de invierno tuvo un pie fuera por la llegada de Diego Costa, pero empezó a tomar protagonismo y a hacer goles. Simeone prefirió retenerlo y ha terminado como la tercera alternativa en ataque. Ahora, 'KG' busca nuevos retos, competir de igual a igual y para el 4-4-2 de Marcelino es perfecto. Con 31 años, conoce la competición y tiene camino hecho en Champions.

Hombre y no nombre

Gameiro no es un nombre luminoso, pero su capacidad toma forma a través del rendimiento. Es una apuesta de seguridad a partir de la que poder reforzar y reconstruir el ataque. Los técnicos entienden que con Gameiro están fichando un delantero de 15 goles, como mínimo. En plena madurez, su situación en el Atlético puede facilitar la operación y brindar una oportunidad de mercado. El Sevilla lo fichó del París-SG por 7,5 millones de euros. El Atlético tuvo que poner treinta para sacarlo de Nervión. En estas dos temporadas a las órdenes de Simeone le ha pesado la dimensión de Diego Costa y algunos errores puntuales. El Atlético no ha reproducido el contexto de confianza total y rol referencial que tuvo en el Sevilla. Marcelino quiere cuatro delanteros para combinar y competir. Gameiro está acostumbrado a la dinámica, a la exigencia y al estilo.

Hace una década que Gameiro pudo llegar al Valencia. Braulio quiso firmar al delantero desde su etapa en la Ligue 1 con el Lorient. El francés estuvo muy cerca, pero entonces se decantó por el PSG... por la recomendación del seleccionador Laurent Blanc. El entrenador francés le insistió en el club parisino para conquistar un rol protagonista en la selección. Quería venir, pero pesaron más Les Bleus. Después, hubo un nuevo intento, pero el Sevilla apostó más fuerte. Con 31 años, puede llegar como delantero de rendimiento inmediato.