Ferran Torres se ha marcado este verano como un punto de inflexión, una frontera en su crecimiento futbolístico y personal. Si hace unos días aprobaba el examen para obtener el permiso de conducción, el extremo de Foios se ha impuesto ahora un desarrollo en sus capacidades físicas para acabar de completar su adaptación a la élite. El salto está en marcha. Su irrupción ha ido acompasada por una alimentación estricta y una pauta de trabajo físico específico ideada para que consiga llenar la estructura de 1,84 metros y se convierta en un jugador más explosivo y determinante, un proceso por el que antes han pasado Carlos Soler o el madridista Asensio, por ejemplo, para romper el molde.

A lo largo de los últimos 5 meses Ferran ha adoptado todas las rutinas del primer equipo, lo que le ha permitido ganar 6 kilogramos desde que se incorporó el 7 de noviembre tras disputar el Mundial Sub-17 en la India, donde perdió tres debido a la humedad, el calor y los esfuerzos. Volvió con 67 y ahora está en 73, según los datos de las últimas antropometrías de la temporada llevadas a cabo por los médicos del club. Tras disfrutar de unos días de descanso, el futbolista tiene previsto concentrar todas sus energías en seguir potenciando su desarrollo para llegar al comienzo de la próxima Liga hecho todo un hombre.

Ese pasito que está persiguiendo le permitirá ser más potente y avanzar en la rotación de activos de Marcelino para convertirse en un jugador más importante. Quiere ponerse al nivel físico de sus compañeros y sus previsiones dependen ahora mismo de la convocatoria para disputar los Juegos del Mediterráneo, que se celebrarán del 22 de junio al 1 de julio en Tarragona. El Valencia CF, mediante la intervención de Mateu Alemany, lleva un tiempo trabajando con la RFEF y el Comité Olímpico Español para tratar de evitar que forme parte del combinado Sub-18 que disputará el torneo. El club quiere que disfrute de las vacaciones, que descanse y vuelva lanzado a la pretemporada.

El anuncio de la lista de convocados es inminente y en Mestalla, aunque respetan los planes de la selección, consideran que se trata de una situación extraordinaria: argumentan que es jugador de Primera División y se escudan en que los del Madrid y Barça se han ausentado de las últimas convocatorias y, probablemente, lo hagan también de la lista definitiva. Está en el aire. El Valencia CF ya evitó que acudiera a una llamada de la Rojita y lo trajo de vuelta antes de hora de la Copa del Atlántico para jugar en el Camp Nou. Si acude al torneo, el jugador podría tener únicamente dos semanas de vacaciones antes de la pretemporada. En estos casos el club suele retrasar la fecha de regreso para aquellos jugadores que han disputado compromisos internacionales, como ocurrió el pasado verano con Soler y Gayà tras jugar la Eurocopa Sub-21. Sin embargo, la idea del jugador es presentarse en Paterna el primer día de la pretemporada. Lo tiene claro. Quiere arrancar con el resto.

Un año de máxima exigencia

En el caso de no ir finalmente convocado con la selección, Ferran ya tiene previsto ponerse en manos de un preparador físico para trabajar. Un especialista que controle las cargas, examine sus progresos y asegure resultados de mejora. Nada de ir a Ibiza, donde coincidirán la mayoría de jugadores del Valencia CF dentro de unas semanas, en su cabeza solo está quedarse en Foios para limpiar la mente tras un año de máxima exigencia, donde ha pasado del filial a la Champions, y trabajar para ser cada vez mejor. Se ha tomado el verano muy en serio.