Ferran Torres, el 'xiquet' de Foios, por primera vez desde su salto al primer equipo, se sienta a analizar su irrupción. El último año ha sido «un cambio brutal», no esperaba que pasara todo «tan rápido». Ferran vive su sueño y está preparado para la segunda temporada... De ver la Champions en la grada, a jugarla en Mestalla.

Hay una cantidad increíble de niños para ser la primera edición de su campus. Este año ha conectado.

Sí, la verdad es que no me esperaba que hubiera tantos niños, es un orgullo para mí ver que tantos se han involucrado en mi primer campus, estos días estoy disfrutando mucho con ellos aquí en Foios.

¿Se divierte?

Soy un niño más (ríe), estoy disfrutando más que ellos incluso. Ver que me tienen como un ídolo o un referente para mí es algo muy bonito... Y extraño al mismo tiempo.

¿Qué le dicen los niños?

Es muy curioso, cuando me ven no se lo creen, empiezan a decir 'ese es Ferran Torres'. Yo todavía no me he acostumbrado a esto y tengo que decir que me da un poco de vergüenza todavía.

¿Cómo lleva eso de ser un referente para los más pequeños? En Foios todos quieren ser Ferran Torres.

Me lo estoy tomando con toda la naturalidad y la tranquilidad del mundo. Que los niños se fijen en ti más que halagador diría que es una responsabilidad, yo intento ser para ellos lo mismo que han sido para mí los referentes que yo he tenido.

¿Ha jugado alguna vez aquí, en el campo del polideportivo municipal?

Nunca... ¿Lo puedes creer? Solo he jugado aquí un partido amistoso con el Valencia CF contra el Foios en alevines. No jugué en el equipo del pueblo. Cuando era un niño fui al campus del Valencia CF y a partir de ahí comencé a jugar en la cantera. Jugaba al fútbol en mi colegio y me llamaron para ir a hacer las pruebas en Paterna. Tenía seis años y me fichó el Valencia CF con siete.

¿Qué tal van las vacaciones?

Muy bien, me han servido para desconectar tanto mental como físicamente y ya estoy descontando los días para volver y empezar la pretemporada con el equipo.

Creo que está entrenando todas las mañanas porque ha afrontado un salto físico para ponerse al nivel de sus compañeros y convertirse en un jugador más fuerte y decisivo.

Sí, estoy trabajando con un planning que ha pasado el club para no estar parado porque si no cuando volvamos costará adaptarse. Una de las cosas que más cuesta cuando subes al primer equipo es coger el nivel físico de los demás, se nota mucho. Al final de temporada me costó aguantar los partidos pero estoy intentando dar ese salto físico para ser un jugador de primera división de todas todas. Toca trabajar para que eso llegue cuanto antes.

Ha sido un año muy intenso, le ha pasado de todo y a toda velocidad... Su cabeza agradecerá el descanso.

Sí, entre el año pasado y este tuve muy pocos días para descansar en vacaciones. A nivel mental sí que ha sido un año intenso, me han sentado muy bien los días de vacaciones. No imaginaba que todo esto pasara tan rápido, para nada. El otro día lo hablaba con mi representante, yo todavía no soy consciente de que tengo mi propio campus, mi página web, mi logo personal... Todavía no soy consciente, habrá que ir asimilándolo y decir que esto es real.

¿Le ha cambiado la vida?

Mucho. Ha sido algo radical, un cambio brutal. De estar en junio del año pasado en el Juvenil División de Honor a estar en el primer equipo y clasificado para la Champions... Mi ilusión, desde pequeño, siempre había sido esto pero ha sido todo de la noche al día, no me esperaba que sucediera tan deprisa. Cuando subes al primer equipo la gente te reconoce allá donde vas y en un club como el Valencia CF eso es a nivel mundial. He sentido el cariño de la gente, eso es muy bonito.

Ha pasado al primer equipo después de muy poco tiempo en el filial.

La Segunda B te hace aprender muchas cosas. Es el otro fútbol. El poco tiempo que estado me ha servido para estar donde estoy. ¿La gente dice que un jugador debe estar dos años en el Mestalla antes de dar el salto al primer equipo? Creo que depende de cada jugador.

Recapitulemos este año inolvidable. Comienza en el Mundial Sub-17.

Veníamos de jugar el Europeo pero conforme llegamos a la India, boom, nos dimos de frente con una realidad que desconocíamos por completo. Fue chocante ver cómo viven allí, con lo que viven... Todo. Nos costó también adaptarnos al clima, era durísimo. Y eso nos perjudicó en la final ante Inglaterra. Fue una experiencia inolvidable, única y que repetiría una y mil veces.

¿Qué le enseñó esa realidad desconocida que conoció en la India?

Me enseñó que hay que tener siempre los pies en el suelo. Somos unos privilegiados... Hay gente que vive con nada. Pienso que no tenemos que conformarnos nunca, que hay que ir siempre a por más porque hay gente que no tiene oportunidades de cumplir sus sueños.

Qué lástima la derrota en la final ante Inglaterra.

Ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido pero también una en las que más he llorado. Lo teníamos ahí, íbamos 2 a 0 en el minuto 20 y ya pensábamos que estaba ganado pero ellos físicamente iban un punto más, en el momento que metieron el 2-1, antes del descanso, nos vimos abajo. Fue toda una lección. Podemos decir que somos campeones de Europa y subcampeones del mundo.

Estando en la India es cuando el Valencia CF decide que le ejecuta el contrato profesional y le sube el primer equipo en una apuesta sin precedentes por parte de Mateu Alemany. ¿Cómo vivió todo aquello?

Me pilló de camino a un entrenamiento. Te leí en SUPER esa noticia y nada más verlo mandé un mensaje a mis representantes porque no sabía nada. Me dijeron que en cuanto acabara de entrenar me llamarían y ahí ya pensé... Ojo, a ver si me toca volverme. Después hablé con ellos y me dijeron que sí, que el Valencia CF había decidido hacerme ficha del primer equipo.

Su foto estaba en todas las portadas y el suyo era el nombre del momento. Se generó muchísimo ruido.

Si te digo la verdad no me enteré mucho porque yo estaba centrado en el Mundial y quería hacer un buen papel, no presté mucha atención. Si me lo dicen antes de ir a la India no me lo creo, pero conforme estaba saliendo el Mundial yo me vi preparado para dar el salto y dar por finalizada mi etapa en el filial.

¿Cómo fue el primer contacto con Marcelino al volver a Paterna?

Muy positivo. El míster me ha dado todo su apoyo, me ha cuidado como uno más desde el primer día y le estoy muy agradecido. También los compañeros se han involucrado mucho y me han ayudado a integrarme porque yo llegué a mitad de la temporada. Les debo mucho.

¿Cuál es la mejor lección que extrae de estos meses con Marcelino?

Que hay que trabajar siempre como el que más, que la recompensa siempre llega.

En sus primeros entrenamientos trabajó especialmente la definición a portería y a romper por dentro.

Una de las cosas que más se me han quedado marcadas del míster es que un jugador para ser completo tiene que ser polivalente, saber jugar tanto por dentro como por fuera, atacar y defender. Eso lo he aprendido de Marcelino y me ha servido mucho para ser futbolista de Primera División.

¿Estaba nervioso el primer día?

Bueno, el primer entrenamiento fue distendido por suerte, unos ejercicios de fútbol-tenis. Mi equipo ese día eran Paulista y Murillo, dos tipos de diez. Cuando llegas a cualquier sitio tienes que ser humilde y saber donde entras.

Su adaptación ha sido buenísima y la prueba de que ha encajado es el tortazo que se llevó en el vestuario después del partido ante el Betis.

La famosa tarta de cumpleaños (ríe). Yo no sabía ni que había tarta. Acabó el partido y estaban todos duchándose, todo normal. Yo estaba con el móvil y empiezo a ver cómo se empiezan a meter para adentro dos o tres de los capitanes mientras le dicen a la gente que se calle... Soplé las velas, eran los 18 años, y cuando hacen la foto ya empiezo a notar como alguien me coge por detrás... Era Paulista y entonces Jaume me estampó la tarta en toda la cara. Al principio dije 'esto no es posible' (ríe). Fue algo muy bonito, me gustan estos detalles.

¿Cuál es la mayor diferencia que ha encontrado en el salto a la élite con respecto al fútbol en inferiores?

Sobre todo el ritmo. Cambia bestialmente, es una de las cosas que más me ha costado. También la calidad, en el Valencia CF hay jugadores de una calidad inmensa, de nivel mundial, y cuesta adaptarse.

Seguro que recordará toda su vida aquel partido de Copa del Rey ante el Barça en el Camp Nou.

Seguro. Jugar contra uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol (Messi) es increíble. Lo ves tan cerca... Y hace dos días estaba viéndolo por la televisión, decía ¿este jugador de dónde es? ¿Es del FIFA? No puede ser de otro sitio... (ríe). Tenerlo a unos centímetros es algo que no olvidarás fácilmente.

Lejos de acobardarse, miró a Messi a los ojos y le tiró la carrera.

Sí, pero porque cuando estoy en el campo no pienso contra quién juego, hago mi fútbol, lo que llevo haciendo los doce años que llevo en el Valencia CF y nada, eso me ha hecho llegar donde estoy.

¿Qué pasó después del partido? Porque no se llevó su camiseta...

No... Es una espina que tengo ahí, al final yo era el más joven del equipo, muchos jugadores veteranos fueron a pedírsela y no me la iba a dar a mí, que era el novato... Me dio un poco de vergüenza.

¿Cómo se vio en su primera titularidad? Dio una asistencia de gol a Kondogbia en San Mamés.

Todo el mundo dice que tendría que estar nervioso... Para nada. ¿Nervioso por qué? Si esto es fútbol, es hacer lo que llevo haciendo toda la vida. Creo que es el partido que menos nervioso estaba, los compañeros me ayudaron muchísimo durante el calentamiento, durante el partido... Gracias a Dios aquel día me salió un partido completo.

Y llega a Balaídos y falla la primera ocasión que tiene en la élite.

Fue una jugada un poco extraña para mí. Cuando Vietto se la lleva a línea de fondo y la pone yo no sabía por dónde iba a venir el balón. Va raso y cuando me llega no me la esperaba ahí. Estaba el defensa delante y cayó al suelo. Cuando me di cuenta tenía al portero encima, intenté picarla por un lado y la sacó. Es la mayor espina de este año. Se me quedó el control un poco atrás, tuve que cambiar la forma del cuerpo y se me hizo de noche.

Recuerdo a Marcelino dos días después de aquello corrigiéndole los movimientos de ataque en Paterna.

Sí, de lo único que no hablamos fue de la ocasión en sí. Fue una charla táctica sobre movimientos para crear sorpresa ante la defensa rival, todo para mejorar porque la ocasión son circunstancias del partido, un día las fallas y otro las metes.

Sabrá que la segunda temporada es la más exigente, el jugador deja de ser una sorpresa y sube la exigencia. ¿En qué tiene que mejorar?

Este año el míster me ha insistido mucho en tareas defensivas, a hacer muchas ayudas a los compañeros. Para ser un futbolista top mundial tienes que manejar todos los registros, tanto en defensa como en ataque, y eso se lo agradezco mucho.

Hemos hablado mucho del pasado y presente, miremos al futuro. ¿Cuál es su objetivo el próximo curso?

Mi objetivo, como el de todo el equipo, será hacer un buen papel en la Champions, hacer un buen papel en LaLiga y brindar muchas alegrías a la afición, que tanto se lo merece.

La Champions, el centenario... Estamos ante una temporada única.

Va a ser una temporada que puede marcar historia. Tener un objetivo como la Champions en el año del centenario... ¿Quién no tiene ganas de afrontarlo? Es una suerte. Parece de película. La cantidad de jugadores que han luchado por este escudo y no han tenido esta suerte... Es increíble, yo hace dos días estaba en la grada de Mestalla, celebrando los goles como un aficionado más.

¿Recuerda vivir algún partido de Champions animando en Mestalla?

Estuve en un par de partidos, si te digo la verdad yo siempre he sido más de ver el fútbol en casa antes que de ir al campo porque en Mestalla me ponía muy nervioso. Lo pasaba un poco mal. En la televisión mejor, más tranquilo, si pierdes los nervios no te ve nadie (ríe).

Dos renovaciones en cuestión de meses, cláusula de 100 millones de euros, el primero del 2000 que juega en Liga... ¿Siente el cariño del club?

Sí, el club ha apostado muy fuerte por mí, esa es una de las circunstancias por las que me he quedado y estoy muy agradecido. Son cosas que ni yo me creo. Soy feliz en el Valencia CF y quiero seguir creciendo como futbolista aquí. La afición, además, nos demuestra un cariño increíble a los canteranos y eso me ha ayudado a soltarme.

¿Sabe dónde está su techo?

Creo que sería un error marcarme un techo, cada uno lo va descubriendo temporada a temporada, espero no tener techo y hacer un buen papel esta próxima temporada, veremos dónde puedo llegar.

La apuesta por usted marca un precedente muy positivo para los jugadores de la cantera. Envíe un mensaje a los chicos que vienen de abajo y sueñan con llegar al primer equipo.

Que trabajen, que se crean que pueden llegar, porque cada jugador cuando se emplea a fondo puede llegar a cualquier sitio y aquí está el ejemplo.