Geoffrey Kondogbia es el pilar maestro del Valencia CF 2018/19, el futbolista que no podía faltar en el proyecto para el Centenario y la Champions, en una temporada tremenda por la exigencia y el objetivo mínimo de mantener el estatus de Liga de Campeones. Así lo entienden Marcelino, Mateu Alemany, Anil Murthy, la propiedad y todos los valencianistas. Por categoría, potencial, rendimiento y mercado, los 25 millones de euros invertidos para atar el fichaje definitivo del centrocampista se consideran una ganga, aunque la cifra es importante.

Después de un mes y pico de desconexión, el francés ha vuelto con las ideas claras y la mentalidad justa. Está identificado con el club al máximo, Marcelino le hace sentir líder y va reaparecer en la mejor competición del mundo a nivel de clubes, la Champions. Kondogbia piensa a lo grande, aunque su concentración esté en el día a día y el partido a partido. El francés ha disfrutado y ha trabajado durante el verano. Llega lanzado.

Kondogbia no es un caso único; es uno de los representantes ideales del espíritu del equipo. Ambición y responsabilidad se mezclan a partes iguales. Dentro del grupo están convencidos de que los refuerzos son claves para impulsar un salto, pero también el margen de mejora de una base joven, que no ha tocado techo. Neto, Jaume, Gayà, Lato, Montoya, Vezo, Murillo, Gabriel, Soler, Ferran, Rodrigo, Santi Mina, Coquelin...Cada uno en un punto de cocción distinto, pero con la garantía del salto que les ha proporcionado el contexto de alto rendimiento establecido por Marcelino.

Trabajo desde la base

El año pasado no tuvo un verano ideal, aunque tuvo final feliz. Su cabeza estaba fuera del Inter, primero, y en el Valencia CF, después. Trabajó a las órdenes de Luciano Spalletti hasta finales de agosto y tuvo que declararse en rebeldía para forzar su salida. Participó y trabajó, pero el contexto -confianza, rol, modelo de juego, método- no tuvo nada que ver con el que encontró aquí. Kondogbia siente que tiene ese margen, que su nivel puede ser mejor todavía con una pretemporada completa a las órdenes de Marcelino. Ese trabajo de base fundamental -para toda la temporada- le faltó el año pasado. Ahora lo va a tener. Aún así, ofreció una versión arrolladora en su debut en el Bernabéu, a los pocos días de aterrizar. Kondogbia demostró de todo lo que es capaz, pero es un animal competitivo y quiere más.