La pretemporada apenas ha empezado pero la plantilla se ha tomado muy en serio las pruebas físicas y de resistencia desde el primer día. La Champions y el Centenario suponen dos alicientes añadidos para un equipo que está dispuesto a pisar el acelerador a fondo otra vez después de una temporada de alto nivel a las órdenes de Marcelino y el trabajo comienza ya. En los últimos dos días los técnicos han medido las capacidades de los jugadores mediante una serie de test de los que se extraen una serie de resultados para calcular el umbral del rendimiento y las primeras conclusiones a extraer son verdaderamente positivas.

Los futbolistas han regresado en buena forma, especialmente dos en concreto. Se trata de Geoffrey Kondogbia y Rúben Vezo, que han destacado por encima del resto. Según ha podido saber SUPER, ambos han marcado los mejores registros en las pruebas físicas llevadas a cabo durante estos dos primeros días en la Ciudad Deportiva. Aunque pueda resultar llamativo, Vezo es uno de los jugadores con mejor condición física del equipo. El portugués, de hecho, es quien ostenta el pico más alto de velocidad registrado en un partido oficial de la pasada temporada. Ni Guedes, ni nadie más. Un verano más ha vuelto a demostrar que llega lanzado y con ganas a la pretemporada.

El caso de Kondogbia, aunque es una realidad que se le puede suponer dada su exhuberancia física, tiene su miga. Y es que el centrocampista se ha tomado muy en serio este verano. Ha pasado sus vacaciones en distintos puntos del planeta, de Marbella a París o la República Centroafricana, de donde procede su familia, pero eso no le ha impedido trabajar a tope para ponerse a punto. El francés, como informaba este periódico en su edición de ayer, siente que por muy alto que fuera su rendimiento en la temporada 17/18, todavía tiene un margen de mejora y está decidido a atacarlo.

'Kondo' conoce a la perfección cuáles son sus condiciones y quiere optimizarlas para darle un rendimiento todavía mayor al Valencia CF. De este modo, está convencido de que una pretemporada con la exigencia que marca Marcelino puede catapultarlo a otra velocidad. El verano pasado, con su futuro completamente en el aire al punto que llegó a declararse en rebeldía durante una semana en la que no entrenó con los demás, no pudo completar una buena preparación.