El Mestalla ya se ha puesto en marcha. Miguel Grau arranca ciclo con una plantilla reequipada con una importante base del Juvenil 2017/18, algún refuerzo de seguridad -como Fernando Román- y la continuidad de futbolistas con más trayectoria en el filial como Fran Navarro, Marc Ferris, Marco Valero, Miki Muñoz, Miguel Merentiel y Matheus Aias. La idea está clara: crear un equipo nuevo, formar y potenciar. El objetivo es competir al máximo, pero la prioridad es preparar a los jugadores para el gran salto al primer equipo o para fútbol de élite, aunque eso implique sacrificios y derrotas. La filosofía encaja con la visión del entrenador y también con la de Pablo Longoria. Miguel Grau ya ha demostrado que evolución y resultados son compatibles, incluso van de la mano. El reto es ilusionante al máximo.

Mateu Alemany ha subrayado -con hechos y de palabra- que la cantera es sagrada dentro del proyecto. Anil Murthy también ha machacado con la apuesta en sus discursos. Lo importante es que jugadores que ya dieron un paso al frente en el filial, como Hugo Guillamón, sigan en línea ascendente. Lo mismo que Pascu (presente en dos convocatorias la temporada pasada) o Jordi Escobar. Emilio Bernard, Iñaki Pardo, Carlos Badal y Marc Baró ya han aparecido en la categoría de bronce. Camino despejado y rol creciente. Ahora es turno para Pablo Jiménez, Martín Lapeña, Esquerdo, Carlos Pérez, Óscar Poveda, Xavi Estacio y Guillem Molina o Diego Huesca.

Miguel Grau conoce a esta generación a la perfección. En noviembre tomó el relevo por Lubo Penev desde el Juvenil y es fundamental para entender el giro del Mestalla, por misión -sobre todo- y personalidad competitiva; fue aspirante a la zona de play-off hasta la recta final. El míster heredó un bloque y poco a poco fue dándole forma, tomando como referencia la estructura de Marcelino en la posición en la que pueden dar el salto según los técnicos, segundo punta y mediocentro, respectivamente. Paso a paso, acertando en el cómo, el dónde y el cúando. Grau quiere balón, equilibrio, continuidad, ritmo... va a dar alas a jugadores de talento. Fran Villalba y Gonzalo Villar sirven como referencia. Estaban estancados y con Grau alcanzaron un nivel altísimo. En la pretemporada se van a poner los primeros ladrillos. Todavía habrá salidas, refuerzos y cambios, pero la línea está marcada.

La Segunda B y el sueño de la Youth League

Miguel Grau tendrá que exprimir la pretemporada al máximo para encajar las nuevas piezas y hacer equipo, aunque la mayoría han coincidido. El Mestalla está destinado a ir de menos a más. Los nuevos tendrán que adaptarse a una categoría tremenda como es Segunda B. En cuestión de semanas, van a pasar de jugar en una categoría en la que dominan y se sienten superiores a todos los niveles (División de Honor) a competir en un contexto donde hay clubes que se juegan la vida, con futbolistas muy expertos, fuertes en el apartado físico y con un tipo de fútbol muy distinto.

El mejor Mestalla será difícil de ver al principio. La permanencia es el principio, el objetivo lanzar una generación que también competirá entre semana en la Champions juvenil, la Youth League. El doble foco es tremendo. En Europa podrán aparecer una mayoría: todos los nacidos a partir del 1 de enero del 2000 y tres refuerzos del 1 de enero y el 31 de diciembre de 1999.