Una de las grandes conclusiones que deja el primer 'stage' del Valencia en Suiza es el estado de forma con el que ha arrancado la pretemporada Carlos Soler. El 'chino' ha sido el futbolista más regular en los primeros tres amistosos del verano contra el Galatasaray, Laussane y PSV Eindhoven. Jugando por dentro y también por fuera. El año pasado cuajó una gran temporada en la nueva posición de banda derecha que le tenía reservada Marcelino García Toral en su centro del campo. Sin embargo, la sensación que quedó es que todavía tenía margen de mejora. Que todavía podía crecer y mejorar por fuera a medida que acumulara partidos y confianza. Marcelino cree en una mejor todavía más determinante de Soler en el carril derecho. Está convencido de que Carlos puede ser aún más decisivo de lo que ya es. Y no solo con su fútbol combinativo con ayudas por dentro, sus asistencias, sus diagonales o su capacidad cada día mayor para encarar y marcharse de su marca por velocidad. Marcelino también le ha pedido más goles. El técnico quiere que Soler pise el área, acabe jugadas y aumente sus registros realizadores del año pasado para erigirse, todavía más, en ese centrocampista total del fútbol español en el que ya se ha convertido.

Carlos puede dar un salto de calidad en sus cifras goleadoras. El propio jugador lo sabe y ya se ha puesto manos a la obra esta pretemporada. El pasado sábado en Holanda sumó su primer gol en su cuenta particular. El 0-1 del Philips Stadion fue una demostración de recursos dentro del área. Soler recibió un pase interior de Rodrigo, se deshizo de su rival por medio de un regate eléctrico con los dos pies y batió al portero con la ayuda del rebote. Fue el primer gol del año y no será el último. Marcelino y el propio jugador está convencido. El técnico acabó la temporada con la sensación de que sus hombres de banda pudieron aportar más goles. Gonçalo Guedes firmó 5 en Liga y uno en Copa del Rey, mientras que el propio Soler se quedó en uno en las dos competiciones. Marcó en la segunda jornada contra el Real Madrid a finales de agosto en el Santiago Bernabéu y ya no volvió a hacerlo con la camiseta del Valencia. Sí lo hizo con la camiseta de la selección española sub-21 en septiembre en Estonia. Es el camino. Soler vio puerta en Holanda y, de momento, cumple con el reto de Marcelino.

Soler ha empezado la temporada pletórico con hambre de Centenario y ganas de ser más protagonista en el Valencia de lo que lo fue la pasada temporada. Su elección del dorsal '8' en detrimento del '18' que hereda Wass no es una casualidad. Es una manera de colgarse galones y asumir responsabilidades en el equipo a pesar de su juventud. Eso mismo es lo que está demostrando en el campo. Carlos ha sido de lo mejor en los tres primeros amistosos. Contra el Galatasaray manejó la primera parte junto a Racic en el doble pivote. Fue el auténtico 'jefe'. Encima llegó al área y provocó una falta que él mismo lanzó alta. Volvió a estar bien contra el Lausanne. Empezó en la derecha, pero creció cuando se desplazó al centro junto a Kondogbia. Tocó fácil, buscó la portería y dejó un pase interior a Kangin de lujo. El sábado contra el PSV volvió a rayar a un gran nivel. Esta vez, siempre en derecha. Se asoció, ayudó, encaró, llegó al área y marcó con un regate sobresaliente. No se puede pedir más.

Carlos tiene asumido perfectamente que su posición con Marcelino esta temporada será de nuevo la banda derecha. Eso sí, sabe que puede ser la primera opción cada vez que se caigan Parejo, Kondogbia o Coquelin por sanción o lesión y está dispuesto a ponérselo difícil al entrenador. Sus dos primeros partidos en Suiza son la prueba.

Otra de las motivaciones de Soler esta temporada es la selección. Hay nuevo entrenador, cambio de ciclo y Soler está llamado a formar parte de la regeneración. Con o sin goles.