Ayer al mediodía el Valencia CF comunicó una de las mejores noticias, sino la mejor, que puede darles: la renovación de Marcelino García Toral. El técnico asturiano, que firmó por dos años en el momento de su fichaje por el club de Mestalla, llegó en la jornada de ayer a un acuerdo total para prolongar su contrato por una temporada más, hasta el 30 de junio de 2020. Este mediodía (12:30) está previsto que comparezca en sala de prensa junto al presidente de la entidad, Anil Murthy. Se trata de una apuesta por la continuidad, llevada y ejecutada con un gran manejo de los tiempos por parte de Mateu Alemany -al que la etiqueta de óptimo negociador se le queda pequeña- y que asegura una pieza fundamental.

El asturiano, acompasado por el director general y la confianza de Peter Lim con Anil Murthy ejerciendo su papel de correa de transmisión con Singapur, no solo ha logrado romper la tendencia destructiva de los últimos años sino que, además, devolver al Valencia CF a la Champions supone cumplir de una tacada las etapas que el club, internamente, había planificado en varias temporadas. Proyecto Marcelino.

Se comprometió en mayo de 2017 por dos temporadas con el club de Mestalla, hasta el 30 de junio de 2019. Había entrado ya, por tanto, en su último año de contrato, aunque ya sabía desde hace meses que la intención del club era prolongar la relación después de una primera temporada en la que los resultados y la relación entrenador-club fueron excelentes.

El técnico, que ya en su presentación, cuando una parte del entorno dudaba sobre si 'pegaría la espantada' en caso de que el club no le inspirara credibilidad y responsabilidad en sus movimientos, se mostraba convencido de que cumpliría esos dos años en el banquillo «como mínimo» y ha venido mostrando su predisposición para negociar esa ampliación de su vínculo porque se cree el proyecto de Peter Lim. Es decir, el máximo accionista le demuestra con hechos que este es un proyecto ambicioso aunque con los pies en el suelo. Y a Marcelino le gusta pisar tierra firme.

El criterio, a todos los niveles de la cúpula, también era firme y compartido. La contribución de Marcelino ha sido providencial para que el club hoy sea más fuerte. Su impacto ha sido definitivo en el campo y ha devuelto al Valencia CF a la expectativa competitiva que le marca la historia. Cede el foco a la plantilla pero él es el líder en el día a día y la referencia absoluta; la pieza que vertebra el proyecto y de la que no se puede prescindir salvo cambio de ciclo. Su papel es clave para dar continuidad al crecimiento y mantenerse en la Champions League las próximas temporadas, hoy en día la prioridad absoluta para dar viabilidad al proyecto.

La noticia ha sido celebrada en el vestuario: los hace mejores. Los jugadores, durante la sesión de ayer, aprovecharon para felicitarle. Los plazos puede decirse que se han adelantado. Y es que, aunque las conversaciones llevan en marcha desde hace tiempo, Mateu puso una fecha que queda lejana. Fue hace dos semanas. El director general dijo lo siguiente: «A Marcelino le he manifestado mi deseo de que esté aquí mucho tiempo, se ha hablado con su agente pero julio y agosto son meses malos. No hay prisa, tiene un año de contrato y espero que en septiembre volvamos a hablar seriamente de su situación». Marce dijo sí muy rápido.

Todas las partes, cómodas

El propio Anil Murthy, a principios de junio, insistía en que aun siendo un frente prioritario, no había prisa: «Estamos cómodos... Nunca había urgencia de hablar de renovación, no se va. Está muy contento con el club, con cómo lo gestionamos, con Lim también tiene buena relación y con la ciudad. Yo creo que va a seguir. ¿Cuánto tiempo? En el fútbol nunca sabemos». Mínimo, 2020.