Mestalla acoge el primer partido de la temporada en pleno éxtasis. El fichaje de Michy Batshuayi y las más que probable llegadas de Gonçalo Guedes y Kevin Gameiro han disparado la ilusión en el valencianismo. Ningún dato refleja mejor ese estado de ánimo que el número de abonados a estas alturas del verano. Este viernes, a diez de agosto todavía, se superó la cifra de 40.000 socios para la temporada 2018/19. Casi un lleno asegurado teniendo en cuenta que hay 3.000 asientos bloqueados por la normativa UEFA para diferentes usos, existen localidades comprometidas por el club con patrocinadores y convenios, un mínimo obligado de entradas a la venta y un 5% del actual aforo de Mestalla -en torno a 48.000 localidades- que debe ser reservado para afición visitante junto al preceptivo perímetro de seguridad. El club continuará vendiendo los últimos abonos disponibles a los aficionados que hicieron en su día la pre-reserva por riguroso orden de incripción.

El club está satisfecho por la excelente acogida que ha tenido el 'abono total' durante el verano y los jugadores se sienten reforzados por el apoyo de su grada. Pero si alguien celebra estos datos es Marcelino García Toral. El técnico es consciente de que el porcentaje de asistencia media a Mestalla va a aumentar con respecto a la temporada pasada y ese mínimo importante de espectadores va a convertirse en un plus para el equipo en partidos de casa contra rivales 'a priori' más asequibles. El balón al final es quien manda, pero el ambiente y la comunión entre el equipo y la afición está garantizada. El técnico lo celebra. «Realmente creo en su importancia en el rendimiento y en los buenos resultados del equipo, estamos ante una temporada muy complicada pero muy ilusionante. Vamos a necesitar mucho a la afición en esos partidos en teoría menores, es una temporada de mucho desgaste y entre todos tenemos que conseguir la estabilidad del club. No vale lograr la clasificación para la Champions y quedar el 12. Volver a jugar la Champions indica que vamos a crecer y puedes ser uno de los principales equipos de Europa», decía.

En medio de esa inyección de esperanza llega el primer contacto entre el equipo y la afición. Será esta noche con la primera gran entrada de Mestalla, con la presencia del nuevo murciélago Batshuayi y con un Trofeo Naranja con tintes de ensayo general para la Liga. Es el último partido amistoso antes del debut del 20 de agosto y Marcelino se lo tomará como si el Bayer Leverkusen fuera el mismísimo Atlético de Madrid. La idea, de hecho, es alinear a un once titularísimo. Ya lo hizo el asturiano el verano pasado. El técnico debutó en la Liga contra Las Palmas prácticamente con la misma alineación con la que disputó el Naranja. Contra el Atalanta jugaron Neto; Montoya, Vezo, Javi Jiménez, Gayà; Cancelo, Parejo, Medrán, Carlos Soler; Rodrigo y Zaza. Contra los canarios, solo una semana después, repitieron hasta nueve. Solo hubo dos cambios obligados. Garay se recuperó de sus molestias y entró directo al centro de la defensa por Javi y Nacho Vidal ocupó el lugar del lesionado Montoya. El resto, exactamente los mismos.

Esta vez puede suceder lo mismo. ¿Por qué once apuesta Marcelino? Neto apunta a la portería, Piccini y Gayà serán los laterales, Kondogbia y Parejo son fijos en el doble pivote, Soler es el dueño de la derecha y el ataque será para Rodrigo y Santi Mina con permiso del mercado y de un Batshuayi aún sin ritmo de competición -se incorporó al Chelsea el lunes-. Las dudas están en los centrales. Paulista se ha recuperado de su fractura en la vértebra y se une al abanico de posibilidades de Marcelino: Garay, Diahkaby, Murillo y hasta un Vezo que este viernes ya entrenó como lateral derecho. La otra incógnita está en la izquierda. Wass y Ferran Torres compiten por un puesto a pie cambiado. El Naranja de esta noche puede despejar dudas y, de paso, saldar la deuda pendiente de Marcelino con el año pasado. «A ver si este año sí lo podemos ganar». Los éxitos se escriben desde su exigencia.