Será difícil olvidar el debut; goleada tremenda ante Croacia, finalista hace un par de meses del Mundial de Rusia. José Luis Gayà cumplió un sueño en el Martínez Valero, cerca de casa, con su familia y amigos de Pedreguer. El tiempo convertirá el momento -especial- en el primer paso internacional de un futbolista destinado a jugar muchos más partidos con la Selección. Firme, sólido e inteligente, Gayà completó una actuación perfecta, sin errores. La llamada de Luis Enrique le ha llegado en un momento pleno por fiabilidad y compresión del juego. Con sólo 23 años se comporta como un veterano. No es líder valencianista por casualidad, tiene claras las prioridades: equilibrio y picardía para sumarse al ataque. En el minuto 54, una de sus internadas terminó en un centro al área (perfecto) que Rodrigo no remató por centímetros. La conexión Valencia CF estuvo cerca de explotar. Gayà mezcló bien con Isco en la banda y sumó como vértice bajo-alto en una zona que después dibujó un fogoso triángulo con Ceballos.

Gayà ha compartido Sub-21 con muchos de los futbolistas que ahora arman el bloque de la Selección. El lateral izquierdo ha sido una pieza importante en inferiores, en todas las categorías. La llegada a la absoluta era un paso natural por ADN. Su último gran campeonato lo jugó en Polonia, donde Celades le apartó -sorprendentemente- de la titularidad en la fase final de la Eurocopa Sub-21 para dársela a Jonny. Participó en la final... pero no hubo forma ante Alemania. Allí estuvieron Kepa, Pau López, Saúl, Ceballos, Rodrigo o Asensio, también Soler. Una generación que puede desquitarse en esta Nations League. Como muchos de sus compañeros de entonces, Gayà ha acelerado durante el último año. Con Marcelino ha potenciado su mejor versión y se ha endurecido. Defiende mejor, es un marcador más intenso y mantiene la capacidad para sorprender en ataque. Gayà hizo que lo difícil pareciese fácil y no lo es tanto. En esta nueva etapa que se abre, el de Pedreguer y Marcos Alonso han puesto alto el listón.

El lateral izquierdo comenzó sufriendo, como toda la Selección, durante los primeros 20 minutos. En esa fase, el equipo no encontró la forma de saltar el pressing alto de los croatas. Gayà apretó los puños, no se descosió y se mostró como un elemento fiable. Las estadísticas son rotundas: no fue regateado, cometió pocas pérdidas y fue extremadamente meticuloso. Terminó con un 98% de acierto en el pase. Únicamente tuvo un fallo en 64 entregas. El dato tiene una triple vertiente: fue práctico en el tramo de asedio croata, participó con acierto en los minutos en los que se rompió el partido y terminó absolutamente crecido, asociándose y llegando, rompiendo también por los pasillos interiores. Lo disfrutó.

Croacia armó la banda banda que debía atacar a Gayà con Kovacic (interior) y Sime Vrsaljko, que se fue lesionado a los 20 minutos. Por el exlateral del Atlético -ahora en el Inter- entró otro interior, Marko Rog. El dominio fue absoluto. Problemas cero, como demuestran el número de intervenciones defensivas de Gayà. Los croatas estuvieron 70 minutos sometidos por completo. El valencianista vuelve con su primera gran prueba internacional superada, con nota. El sábado toca el Betis, con extremos tremendos, pero este Gayà está a nivel Champions.