El Valencia CF. Recuperar su identidad original y reforzar los principios que le llevaron a competir con estabilidad y alcanzar cotas de rendimiento muy altas, en el apartado colectivo e individual. Los resultados, sobre todo, por las dudas que transmite el grupo sobre el terreno de juego. Los futbolistas son incapaces de leer momentos del partido e interpretar situaciones que antes resolvían con sencillez, de manera automática. Los rasgos de la apuesta por defender fuerte -de manera comprometida- y salir al contragolpe a toda velocidad se han diluido.

Los problemas se han detectado, los motivos están claros y la confianza es total: hay margen para crecer y se va a mejorar. Por eso, cuerpo técnico y jugadores trabajan para reconstruir la zona cero. La explosión generada por estos primeros cinco partidos -sin victoria- ha dañado el crédito de líderes, responsables de la planificación y refuerzos, pero la fuerza de Marcelino y Mateu Alemany se mantiene, aunque su discurso haya perdido claridad y profundidad. Cuestión natural por la tensión del momento, que es real. Pese a la sensación de ansiedad y exceso de revoluciones en sus decisiones, el míster está tranquilo, desde la responsabilidad y la exigencia. Y la plantilla también. Serenidad. El objetivo está marcado: volver a ser un equipo, con todos los valores que implica.

Todas las partes son conscientes de que no han dado el nivel esperado, no han dado el nivel mínimo. Hay futbolistas importantes que no están en su mejor momento, pero la capacidad para levantarse está fuera de duda. En el vestuario están mentalizados; mejorar pasa para ir todos a una, conscientes de que cada paso adelante va a ser difícil. Metas sencillas primero. Por ejemplo, portería a cero, como sucedió ante el Betis. Hay que cambiar la dinámica, ya. Empezando por el Villarreal Enlazar un par de triunfos es fundamental para reforzar el trabajo, para volver a creer y despejar las dudas. Los malos resultados han mordido sobre la autoestima del bloque. Todo parece peor de lo que es en realidad. Gameiro no se ha olvidado de marcar goles y GameiroGuedes

Margen de mejora

Por eso, es básico volver a ganar y potenciar las certezas que permitan recuperar las virtudes de la temporada pasada. Hoy, el Valencia sigue teniendo los defectos de 2017/18 y sus puntos fuertes han perdido punch. En el club están convencidos de que el cuerpo técnico terminará desarrollando el potencial del grupo, también de Piccini, Mouctar Diakhaby o Batshuayi. Marcelino busca soluciones, pero no va a tocar el sistema. «Por unos resultados negativos, no podemos cuestionar lo que llevamos haciendo durante muchos meses y expresar dudas a los jugadores. Creemos en nuestro trabajo y en cómo transmitirlo», aseguró el míster el miércoles.

Todos los rivales esperan al Valencia y compiten al extremo, dándole el tratamiento de club Champions. Además, está lidiar con otro peligro: las expectativas. El debut ante el Atlético confundió algunos términos. El Valencia sólo fue superior cuando el depósito de la gasolina de los rojiblancos entró en reserva. El mérito fue hacer sentir ese desgaste. Uno de los puntos marcados es recuperar la solidaridad, el espíritu de sacrificio y la intensidad como organizador, como vertebrador del sistema. Esa es la mentalidad que llevó a la Juve a resistir más de una hora con diez y que les permitió hacer la diferencia. Bernardeschi, Matuidi, Mandzukic, Emre Can... Todos sufrieron por el equipo. El Valencia ncesita ganar más duelos, en ataque y en defensa. Necesita uno contra uno, con y sin balón.

Un bloque demasiado largo

El Valencia tiene que ser más compacto, jugar más junto... ahora se dibuja como un equipo largo, por eso está tan inseguro. La ayudas no llegan, los espacios son excesivos. Por eso, defiende peor y ataca peor. La presión es tibia y desordenada. Los rivales saltan rápido las líneas y atraviesan el campo con facilidad. No hay recuperación tras pérdida. Cuestión que se está notando desde la jornada uno. La acción que termina en el penalti de Parejo a Cancelo es el mejor ejemplo. Presión alta, pero con la defensa muy atrás. Parejo llega tarde a cerrar a Pjanic y el bosnio lanza a Bernardeschi, al que Guedes no puede seguir. Wass termina roto. Conducción hasta la frontal y balón a la banda, devolución, diagonal y balón a Alex Sandro que centra al área para la llegada de Cancelo. De lateral a lateral. Todo en una jugada: dudas, banda derecha abierta, centro lateral, hiperbasculación defensiva y Parejo equivocado tras correr de área a área.

Vezo no solucionó los problemas en la banda derecha. El equipo no supo interpretar la posición interior-intermedia de Matuidi, los movimientos de Cristiano, las ayudas de Bernardeschi y la proyección de Alex Sandro. Ya sucedió ante el Betis, con Júnior -arriba y abiero- e Inui, entre líneas. La inferioridad en número en la medular se nota, más todavía sin el despliegue de Kondogbia, más todavía si el rival lanza a sus laterales y no hay forma de recuperar el balón. La Juve acentuó las carencias y se volcó sobre la derecha.

Guedes sin pretemporada, Garay y Kondogbia lesionados, GarayCoquelin jugadores básicos lejos de su mejor forma, la brecha en el lateral derecho, el proceso de adaptación en el que siguen inmersos los fichajes, la falta de ritmo de Guedes, la sombra de ausencias como Zaza y la duda que siembra la derrota. Marcelino combate una tormenta perfecta. Todo resta, todo está pasando a la vez. Es demasiado. Competir con este contexto sería difícil para cualquier equipo.

Marcelino ya ha empezado a agitar el grupo en busca de respuestas. Ganar en Vila-real es clave. Faltaban los once titulares, pero el míster reclutó once jugadores del filial porque no puede permitirse bajar la intensidad del entrenamiento. La prueba terminó 4-0. En el arranque del entrenamiento, Marcelino marcó el ritmo. Lanzó un desafío a sus futbolistas poniéndoles como reto generar ocho ocasiones de peligro en 35 minutos. Intentó motivarlos, tocarles la fibra: «Va, que algunos estáis todavía de pretemporada y estamos en competición». La mirada está puesta en La Cerámica. La buena noticia es que la calidad está... también que en LaLiga hay pocos equipos con el nivel físico, técnico y táctico de la Juve.