Han pasado 20 años desde que el Valencia entrenado por Claudio Ranieri se impuso con un gol de Miguel Ángel Angulo en Mestalla a un Villarreal CF debutante en Primera División. Fue un 20 de septiembre de 1998 y entre los amarillos destacaban los cedidos blanquinegros Palop y Albelda, Robert, Serer, Gerardo, un tal Paco Salillas y un goleador rumano que había llegado ese verano con 30 años de la Real Sociedad, Gica Craioveanu. En junio del 99, apenas cuatro días más tarde de que el Valencia se coronase campeón de Copa en La Cartuja, el Sevilla condenó en la promoción al descenso a los villarrealenses. Como en un cruce del destino, los andaluces tuvieron que pagar otro año de penitencia en el infierno de Segunda mientras el Villarreal, que subió de inmediato, terminó séptimo en Primera, al borde de la UEFA.

Por aquellos tiempos, prácticamente nadie podía imaginar que los duelos Villarreal-Valencia, y viceversa, serían en el comienzo de este curso 2018/19 un derbi tan consolidado y saludable. A lo largo de 18 temporadas en los adentros del siglo XXI únicamente existe un cara a cara de rivalidad vecinal que se ha repetido más veces en la Liga que las 34 del Valencia-Villarreal. Se trata del Barcelona-Espanyol. Los culés jamás han descendido y los periquitos se mantienen en la élite nacional desde que ascendieron en 1994 de la mano de José Antonio Camacho. Si en los últimos años el Madrid-Atlético ha vivido siete episodios que lo encumbran como derbi por excelencia en Europa, puede decirse que el choque entre amarillos y blanquinegros se ha doctorado en la liga española.

El Villarreal-Valencia se ha asentado como un derbi estrella en la competición madre, no sólo por cantidad de enfrentamientos, sino también por la capacidad competitiva de los dos equipos; lejos de igualarse en Cataluña, donde los espanyolistas casi siempre se han enfrentado al Barça mirándolo desde la zona media o baja de la clasificación. La continuidad del Valencia CF entre los equipos punteros -con excepciones en los años de Koeman, Neville o Ayestaran- y los resultados de gestión en Vila-real de la familia Roig y José Manuel Llaneza, fomentada en la labor de entrenadores como Irulegui, Víctor Muñoz, Pellegrini o Marcelino, han dado los frutos de un derbi entre dos clubes de peso tanto en el mapa nacional como en el europeo. En lo que va de siglo el Valencia-Villarreal se ha jugado cinco veces más que el popular Sevilla-Betis y hasta en diez ocasiones más que el clásico del País Vasco, Athletic-Real Sociedad.

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En un recorrido completo por la historia, el duelo entre valencianistas y groguets está a sólo un paso -el que se dará el domingo- de convertirse en quincuagenario; es decir, según la minuciosa base de datos del VCF, ciberche.net, de sumar su partido número 50 desde que estrenaron la serie con una primera ronda de Copa a partido único en la que se impuso el Villarreal en los penaltis. En el 93, en cambio, el Valencia se tomó la revancha eliminando a los castellonense por un global de 8-1 en los cuartos de final. En la vuelta, jugada en Mestalla, un jovencísimo Juan Sánchez debutó como titular anotando un hat-trick.

Desde octubre de 2000 se ha jugado ininterrumpidamente, a excepción del curso 12/13, en el que el Submarino militó en Segunda. La dimensión de este derbi se manifiesta en la dificultad que entrañan para el Valencia los partidos con el Villarreal -el equipo valenciano que más daño le ha hecho en la Liga- o también en las competidas semifinales de UEFA de mayo de 2004, cuando vencieron los blanquinegros gracias a un gol de penalti de Mista. En los últimos cinco años el Valencia cayó tres veces en La Cerámica y pudo ganar en dos; la última, en el curso 16/17 con tantos de Soler y Mina. La pasada campaña los amarillos certificaron su pase a la Liga Europa al ganar 1-0, tanto de Mario Gaspar.