Crecer desde la seguridad. Esa es una de las premisas marcadas por Marcelino. Después de recibir cinco goles en las tres primeras jornadas, ante Atlético, Espanyol y Levante, el Valencia CF ha conseguido cerrar la portería en las dos últimas jornadas, ante Betis y Villarreal. Es un principio, otro paso más en la recuperación. No encajar y confiar en que el equipo crezca en el apartado creativo, que los atacantes cojan ese punto con el que pueden marcar la diferencia en el área. Esa es la idea. El bloque de Marcelino no conseguía terminar imbatido en dos partidos de LaLiga consecutivos desde principios de abril, cuando se enlazaron dos victorias ante Leganés y Espanyol (0-1 más 1-0). Hay un dato que refuerza la sensación de mejora defensiva. Después del récord negativo -en la era Marcelino- de disparos a puerta concedidos ante el Espanyol (nueve), el Valencia ha ido corrigiendo y reduciendo el volumen de goles encajados-paradas de Neto o Jaume: cuatro disparos del Levante, dos del Betis y uno del Villarreal. No se ha producido una revolución futbolística, pero sí un arreglo.

La disminución tiene que ver con la estabilidad competitiva de Gayà, la responsabilidad de Gabriel Paulista, el ánimo colectivo y la progresión de Mouctar Diakhaby, cada vez más seguro, más sólido en sus intervenciones. En Vila-real, jugó su quinto partido con Gabriel como pareja. Los procesos son fundamentales y avanzar en la adaptación ayuda. El francés -21 años- no ha tenido un contexto no fácil para empezar, desde su estreno en la recta final del partido del Atlético, cuando entró por Ezequiel Garay. Jugar sus primeros partidos en LaLiga, llegado desde Francia (después de una temporada compleja en Lyon), como recambio de Garay y con Murillo como competencia tiene un valor. Ante el Levante, Diakhaby jugó su mejor partido desde el punto de vista estadístico, pero en La Cerámica conquistó el reconocimiento general de aficionados y crítica. Coquelin fue la gran noticia del domingo, con permiso de los buenos minutos de Guedes y del rendimiento de Gabriel y Diakhaby en el eje de la defensa. La prueba ante Gerard Moreno y Carlos Bacca -más Toko Ekambi- era importante.

Alto, fuerte y formal

Seguro que Marcelino tenía otro plan con Diakhaby, pero los acontecimientos han acelerado los tiempos. Mouctar llegó por pulir, resulta obvio que está tierno en algunos apartados (como es natural), pero también lo es su crecimiento. Cada vez está mejor en la toma de decisiones, mejor arropado y más mesurado. Ante el Villarreal mostró su versión más práctica, sólo Gayà terminó con más intervenciones (73 del pedreguero por 71 del francés) y se fue a los 59 pases. Sólo falló cuatro. El efecto de jugador alocado se está corrigiendo. Cada vez utiliza mejor su físico, espectacular para intimidar, aunque Diakhaby todavía no explote todas sus posibilidades en los duelos. Marcelino tiene que seguir trabajando. El central también es consciente de que tiene la materia prima, pero sólo con trabajo sacará partido de ese margen de mejora. Diakhaby ha sumado más de lo que ha restado y Vila-real debe reforzar su camino. Las estadísticas son rotundas. Mouctar destaca en muchos de los apartados estadísticos en los que está obligado a destacar y en alguno más. Más allá de los despejes y los duelos aéreos (lógico por su altura), su número de balones recuperados es significativo. Es el número uno del Valencia.