Paso adelante contra la Real Sociedad en Anoeta, salto de calidad en Old Trafford frente al mismísimo Manchester UnitedOld Trafford y qué mejor forma para redondear esta semana de recuperación que con un triunfo contra el Barcelona. En Mestalla y a lo grande. Se lo merece el equipo y se lo merece una afición que todavía no ha visto ganar a los suyos en casa en este año del Centenario. Y ya van cuatro partidos entre Liga y Champions. No hay mejor noche que esta para estrenarse. Es el momento perfecto. El Valencia se ha reencontrado con sus mejores sensaciones, se encuentra en continuo crecimiento, ha recuperado la mejor versión de muchos de sus pilares básicos como Geoffrey Kondogbia, Gonçalo Guedes, Dani Parejo, Ezequiel Garay o Francis Coquelin y vuelve a dar indicios de ser ese equipo competitivo de Marcelino García Toral capaz de ganar a cualquiera. ¿Y por qué no al Barça?

Los de Ernesto Valverde aterrizan después de exhibirse a los ojos de toda Europa en Wembley y con un Leo Messi extraordinario. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. Los azulgranas arrastran muchas dudas e inseguridades en la Liga. De hecho, acumulan tres jornadas sin ganar. Empataron contra el Girona y el Athletic de Bilbao y cayeron derrotados a manos del colista Leganés en su último desplazamiento liguero. El Barça no está fino, es endeble en defensa sin Umtiti, frágil mentalmente y depende más que nunca de Messi, pero aún así es peligroso. Aún así es el líder.

Marcelino lo sabe y por eso exigirá al equipo la regularidad, la intensidad y la concentración durante los noventa minutos que faltó en este primer tramo de temporada. Solo así será posible. Old Trafford enseñó el camino a seguir. Si el Valencia quiere tumbar al Barça tendrá que parecerse a ese equipo sólido, intenso y compacto de Manchester que multiplicó sus ayudas en defensa y fue capaz de dejar la portería a cero contra los Lukaku, Rashford, Alexis y compañía.

La idea del técnico es mantener el bloque de Old Trafford. Los titulares han tenido tiempo suficiente para recuperarse del desgaste físico del martes y no sería extraño ver un entramado defensivo idéntico con Neto bajo palos, Piccini, Garay, Paulista y Gayà en línea de cuatro y la pareja Kondogbia-Parejo en el doble pivote. Guedes es fijo en la izquierda y también Rodrigo como segundo delantero. El Valencia ha ganado en estabilidad defensiva y lo único que falta ahora es crecer en ataque. Esa mejora tiene nombre y apellido: Rodrigo Moreno. Marcelino espera y desea la mejor versión del hispano-brasileño. La necesita. Los únicos cambios con los que el técnico podría refrescar el once son Carlos Soler y Kevin Gameiro. El 'chino' apunta a la derecha en sustitución de Coquelin y en busca de mayor profundidad y transiciones rápidas. El francés, por su parte, marcó el gol de la primera victoria de la temporada en San Sebastián, descansó en Inglaterra y su perfil de delantero más dinámico y rápido para jugar a la contra que Michy Batshuayi encaja mejor en el partido que plantea Marcelino. Será un once de gala. La ocasión lo merece.

Ojo con González González

También Mestalla se vestirá de gala. Se podría colgar el cartel de 'no hay billetes'. Y es que, quedan menos de mil entradas por vender. La afición recibirá al bus del equipo en la Avenida de Suecia y hará de Mestalla un infierno para el Barcelona. Hay muchas ganas de celebrar una victoria en casa ante el Barça. Algo que no pasa desde la visita de 2008, hace diez años, con aquel golazo de Baraja desde la frontal. El Valencia juega contra la estadística, pero también contra los árbitros. Old Trafford dejó un mal sabor de boca. Para colmo, pita González González, el árbitro del VAR que perdonó a Mario Gaspar tras su entrada salvaje a Coquelin en el Villarreal-Valencia. Paciencia, mucha ilusión y más fútbol. Hoy nos toca sonreír.