Después de la exhibición de goles en Wembley frente al Tottenham (2-4) la prensa en Barcelona diagnosticó la recuperación completa del equipo de Ernesto Valverde, incluso, hubo en la Ciudad Condal quien se atrevió a pensar que la tarea de marcar goles en València sería también 'coser y cantar' de la mano -y los geniales pies- de Leo Messi. Sin embargo, el partido de este domingo no tuvo nada que ver con la experiencia culé en Inglaterra. En Mestalla el Barcelona se encontró en una verdadera batalla, en la que el Valencia bloqueó la mayoría de ataques rivales con dos líneas de cuatro firmes y ordenadas. Sólo una acción a la altura de Messi -el disparo del argentino que entró ajustado al poste izquierdo de Neto- evitó la primera victoria blanquinegra en casa.

El Valencia, aún sin el fruto deseado del triunfo, prosiguió con la línea de mejoras de los últimos envites: Celta, Real, Manchester... y Barcelona, el último en sumarse a una lista con tres empates y los tres puntos de Anoeta. El denominador común en este serial es la solidez y sobresaliente trabajo defensivo. En ataque, en cambio, los blanquinegros continúan siendo tan inocentes como en los comienzos de la temporada. Un día más los protagonistas en positivo del equipo fueron los Garay, Gabriel, José Gayà, Kondogbia, un trabajador Carlos Soler y, por fin, un concentrado Cristiano Piccini en el lateral derecho. Por allí intentó abrir agujero el Barça con las combinaciones entre Messi, Coutinho y Jordi Alba, lateral con alma y permisos de extremo.

El golpe a los dos minutos de Garay (1-0) condujo rápidamente el tuétano del duelo al campo valencianista. Más aún con la lesión de Guedes a los diez minutos. Cheryshev salió al césped por el portugués con el propósito de hacer correr al Barça hacía, pero solidarizarse en las ayudas a Gayà. En el otro costado Carlos Soler realizó un encuentro notable desde el punto de vista del sacrificio, la presión y un pundonor constante. El '8' se convirtió en un mediocentro más que ayudó a Kondogbia y Parejo a secar las ideas y los caminos a Busquets, Arthur y Rakitic. Con y sin Guedes, el Valencia dispuso de alguna ocasión clara en el primer acto para el segundo tanto. Batshuayi, destacado en el juego de espaldas, no remató con el instinto que se supone a los killers. Kondogbia y Gayà lo hicieron con bastante más peligro.

En el segunda mitad el Valencia logró avanzar las líneas, asfixiando más a un Barça neutralizado. Una aparición de Coutinho en el área, abortada con eficacia por Gayà, fue su único peligro. El equipo crece en competitividad, pero sigue sin rematar la faena.