"¿Entiende el VAR?", se le preguntaba a Marcelino García Toral después de que el nuevo sistema de videoarbitraje no castigara a Philippe Coutinho por un manotazo en la cara de Dani Parejo. El técnico del Valencia reconoció que no es un sistema "perfecto" y que se han producido demasiadas "interpretaciones dispares" en los dos primeros meses de campeonato. Sin embargo, el asturiano cree que a la larga el nuevo sistema de videoarbitraje conseguirá que el fútbol sea más justo. "El VAR no es perfecto, es verdad que hay interpretaciones dispares a veces, pero posibilita que haya acciones que se conceden y que antes no se hacían. Ahora hay menos errores y eso condiciona el partido para que sea más justo", decía. El VAR, de momento, más que impartir justicia genera dudas y confusión. Tiene mucho por evolucionar en los próximos años -ojalá en meses-. Es una evidencia. La nueva tecnología ahora mismo es imperfecta y el Valencia, visto lo visto en las ocho primeras jornadas, lo está sufriendo en sus carnes.

El VAR, de momento, no convence. Ni al Valencia ni a muchos equipos de la Liga española. El Atlético de Madrid, de hecho, encabezó las protestas solicitando al Comité de Árbitros una aclaración sobre lo criterios del sistema. Marcelino y sus jugadores tiene motivos para, por lo menos, dudar de la fiabilidad del VAR. En cuatro de los ocho primeros partidos de Liga el nuevo sistema de arbitraje no ha sido justo para el Valencia. Empezando por la segunda jornada en Cornellà. El criterio a la hora de castigar las manos lleva locos a los entrenadores esta temporada. También por supuesto a Marcelino. El árbitro del VAR contra el Espanyol, Melero López, revisó unas manos de David López a disparo de Mina y para sorpresa de todos no observó voluntariedad en la acción del central perico. El partido siguió como si nada para desespero de los valencianistas.

El mal sabor de boca todavía fue mayor en la quinta jornada frente al Villarreal. El VAR, esta vez a los mandos de González González, actuó sin piedad en la expulsión de Dani Parejo por una dura entrada a Funes Mori, pero no se atrevió a aplicar el mismo criterio en una falta salvaje todavía más peligrosa de Mario Gaspar a Mario GasparFrancis Coquelin. "Entradas como las de Parejo hay muchas y como las de Mario a Coquelin pocas", decía el segundo de un Marcelino que también vio la roja por protestar. Y con razón que lo hacía. La historia se repitió una semana después contra el Celta de Vigo en Mestalla. El VAR no apareció para castigar un claro penalti de Gustavo Cabral. El argentino empujó al belga en el área sin intención de jugar la pelota. Más claro era imposible. El Valencia también se quejó aquella noche de dos penaltis por empujones a Wass y WassRodrigo, pero el gran error del VAR fue no avisar a De Burgos Bengoetxea de la acción antirreglamentaria sobre Michy. Era penalti de libro. Digno de VAR. Y así hasta la noche del pasado domingo en Mestalla. El responsable del VAR, Sánchez Martínez, no quiso tomar partido en la agresión de Coutinho sobre Parejo que solo fue castigada por el árbitro principal -de nuevo Hernández Hernández- con una tarjeta amarilla. Poco castigo.

Más errores que aciertos

El VAR se atasca con el Valencia en jugadas demasiado claras. Por suerte no todo son errores. Sin ir más lejos, el domingo contra el Barcelona acierta confirmando al árbitro por el pinganillo que no existía penalti de Gayà sobre Luis Suárez por mucho que le pidiera Piqué a González González verlo en la pantalla. El VAR también fue justo para dar validez a un gol del Espanyol. La imagen demostraba que Esteban Granero lanzó una falta que golpeó en el larguero defendido por Neto y botó dentro de la portería. EL VAR también fue definitivo en el derbi contra el Levante. Acertó en el gol de Roger porque no había fuera de juego previo y también en el penalti de Toño sobre Soler que transformó Parejo. El VAR acierta, pero también falla. Demasiado todavía. Normal que, de momento, haya convencido a pocos. Al Valencia, menos. Ahí están las imágenes.

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Los 10 errores del VAR contra el Valencia CF