Kihsan tiene un significado muy especial para Geoffrey. El nombre procede de la suma de la K de Kondogbia e Ihsan, el segundo nombre de su primogénito. Kihsan es la fundación con la que desde finales de 2016 ayuda en República Centroafricana. El objetivo principal es ayudar para que los niños centroafricanos puedan acceder a una educación más digna. El conocimiento es la forma de crear oportunidades para los Kondogbia.Geoffrey lo tiene claro: «Desde el momento que fui padre me di cuenta de la importancia de ayudar a los niños. Entonces creamos esta asociación con miembros de mi familia. Lo primero que intentamos es reestructurar las escuelas. Proporcionamos material escolar, construimos clases y baños, compramos pupitres, pizarras. Todo para que los niños puedan estudiar en buenas condiciones». Kihsan crece poco a poco. «Nosotros queremos ayudar, ¿por qué no enfocar nuestra actividad en otras cosas», aseguró el futbolista para los periodistas de RFI.

Kondogbia tiene claro la capacidad que tiene para influir y apoyar. En uno de los países más pobres del mundo, la fuerza de los proyectos Kondogbia tienen un plus. Por eso, su apuesta por representar a República Centroafricana ha sido acogida con admiración en toda África.

«La rebelión está en marcha»

El compromiso con sus raíces se ha hecho evidente siempre. Francés y centroafricano, Kondogbia tiene sus principios arraigados. «Fuera del fútbol, no estoy en venta», ese fue el mensaje contra el tráfico de esclavos que hace cerca de un año el futbolista mostró en su camiseta interior al terminar el partido ante el Espanyol en Cornellà-El Prat. Aquella imagen dio la vuelta al mundo. En su cabeza estaba reivindicar lo que sucedía y sucede en Libia. Kongodbia se solidarizaba con las personas subastadas, problema que la CNN denunció entonces a través de un documental. En redes sociales fue más contundente: «La rebelión está en marcha. Apoyo a las personas explotadas en Libia. Libertad».