«El Barça siempre hace lo mismo. Viene y coge lo que le da la gana», repetían una y otra vez en Paterna a principios de década. La escuela del Valencia CF sufrió durante muchos años la tiranía del Barcelona. Se juntó el poder de atracción del proyecto de La Masía y la fragilidad del modelo de cantera de aquel Valencia. Robos y más robos hasta que Rufete cambió la tendencia. «Si el Barça nos quita jugadores, se los quitaremos a ellos», decía el de Benejúzar. Rochina, Grimaldo, Palau, Álex, Villalba, Isierte, Enric o Abel Ruiz. Muchos fueron los canteranos que emigraron al Barça. Entre ellos, Rodrigo Tarín. El central -natural de Chiva y nacido el 5 de julio de 1996- puso rumbo al Barça en edad cadete. Allí creció siete años hasta convertirse en un peso pesado del filial, pero el primer equipo jamás le abrió las puertas. No renovó, quedó libre y este verano firmó tres temporadas en el ´Lega´ a sus 22 años. Su aterrizaje en la élite no ha podido ser mejor. El valenciano debutó en Primera en la jornada 6 a lo grande tumbando al Barça en una noche histórica en Butarque. Desde entonces es indiscutible para Pellegrino. Repitió de inicio contra Betis y Rayo y las dos victorias ´pepineras´ han coincidido con Rodri en la defensa. El sábado cumplirá otro sueño. Pisará Mestalla por primera vez. SUPER contactó ayer con él. Está emocionado. Sigue llevando al Valencia en el corazón. Se nota. Asegura sin tapujos que es el equipo de su vida, afirma que jugar en Mestalla será tan especial como debutar en Liga y explica que jamás se habría marchado si el club hubiera apostado tan fuerte por la cantera como lo hace ahora. «Ahora se cuida más al jugador y se presta más atención a las posibles fugas», apunta Rodri. Razón no le falta. El niño ´robado´ vuelve a la que nunca dejó de ser su casa.

Polémica salida de Paterna

Desde los 8 años. La edad con la que ingresó en la escuela del Valencia. «No había jugado a fútbol antes. Solo en el colegio, en la calle y en los partiditos de verano. Me encantaba el fútbol, pero por circunstancias mis padres no me pudieron apuntar antes. Mi padre me veía jugar con los amigos y le hacía ilusión que yo aprendiera en un gran club y que disfrutara del fútbol y por eso me apuntó». Entró en la línea social de la escuela y solo tardaron cinco meses en pasarlo a la línea federada de élite. Había jugador.

Paterna lo vio crecer durante siete años en los que fue «feliz». Estuve en la escuela del Valencia desde benjamín de primer año hasta el año de cadete de primer año. Coincidí en torneos con Gayà, Lato, LatoCarlos Soler, también con Javi Jiménez, Pedro Chirivella, Fran Villalba, con muchos en la selección valenciana y en la española. También con Santi Mina en el COTIF con la Sub´19. Lo recuerdo porque fue muy feliz allí».

Más peliaguda fue su salida. En el Valencia dolió y mucho, pero Rodrigo siempre fue de cara. A sus 14 añitos ya tenía una personalidadfuera de lo normal. «La cantera en ese momento no estaba como está ahora. No se apostaba de la misma manera. Las cosas pasaron rápidos, empecé a jugar en la selección, me empezaron a llamar todos los equipos y no recibí una propuesta seria del Valencia. No es que yo no estuviera feliz en el Valencia, lo estaba, porque es mi casa y es el club de mi vida, pero vino el Barça, me ofreció un proyecto deportivo y personal ambicioso y nos gustó mucho. Se me presentó la oportunidad y la acepté. Yo fui de cara al Valencia porque te tengo gran cariño al club y le dije que había tomado la decisión de irme. Ellos no supieron ofrecerme nada serio desde un principio. Cuando yo tomé esa decisión el modelo de la escuela era muy distinto al de ahora, ahora se cuida más al jugador y se presta más atención a las posibles fugas. El Valencia ha dado un gran paso en ese aspecto. Mi padre me preguntó: ´¿Estás preparado para irte de casa?´ Le dije que sí con 14 años».

En el Barça creció como jugador, tocó todas las categorías inferiores de la selección española hasta la Sub-19 y se hizo fuerte en el filial hasta que una lesión en el cruzado y Gerard López -19 partidos consecutivos sin alinearle- se cruzaron en su camino. La llegada García Pimienta al banquillo del Barça B en el último tramo de temporada le catapultó y le permitió llamar la atención de muchos equipos. El Leganés apostó fuerte y Rodrigo no se lo pensó. «El primero que mostró interés fue el Leganés, era un interés muy real, me sentí valorado y no me lo pensé ni medio segundo».

De La Masía a Butarque

Rodrigo siente que ha acertado. No tuvo protagonismo en las primeras cinco jornadas, pero la sexta cambió su vida y la del 'Lega'. Debutó en Primera como titular, contra el Barça y con victoria (2-1). «Todo el mundo sueña con debutar en Primera, es el sueño de todos los niños, yo encima debuté contra mi ex equipo y encima le ganamos. Mejor no pudo ser, me lo cuentan hace medio año y no me lo creo».

Desde entonces lo ha jugado todo. En la injusta derrota contra el Betis en el 88´ y en el segundo triunfo (1-0) ante el Rayo. Lo del sábado en Mestalla será otra cosa. No es un partido más. Rodri cumplirá un sueño tan grande como su debut. «Pisar Mestalla va a ser tan especial casi como mi debut en Primera. Si eres de València y has jugado en el Valencia, jugar en Mestalla es tu gran objetivo. Me hace especial ilusión porque de pequeño iba y me encantaba. Recuerdo partidos de Champions de ir con el equipo después de entrenar y comerse un bocadillo en la grada. Será especial ver la felicidad de los mío, ellos han sufrido mucho conmigo, lo han pasado mal también y se merecen disfrutar de esos momentos».

¿Veremos algún día a Rodrigo Tarín con la camiseta del Valencia otra vez? «El Leganés es el club que me ha metido en Primera y le voy a estar agradecido toda mi vida, pero claro jugar en el Valencia es un sueño para cualquier valenciano». Es uno de los nuestros. Bienvenido.