El césped artificial del estadio del Young Boys preocupa al vestuario del Valencia. Los futbolistas no tienen malos informes del terreno de juego sintético del Stade de Suisse -inaugurado en 2005 en el mismo lugar del histórico Wankdorf-. Son más bien buenos. El césped es de última generación, está homologado por la UEFA y fue escenario de citas importantes a nivel de clubes -final de la Copa suiza- y de selecciones nacionales. Es sede de Suiza. Sin embargo, el vestuario no acaba de fiarse. El césped siembra dudas. De hecho, los jugadores han decidido desplazar todo tipo de botas de fútbol para testar en el entrenamiento con qué tacos se encuentran más cómodos. Los utilleros ya están alertados de la peculiaridad de la superficie y la voluntad de los jugadores de probar todo tipo de botas de fútbol. Hay que adaptarse. El césped no puede ser excusa.

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No lo fue para Manchester United hace un mes. A José Mourinho le preguntaron por el césped sintético en la previa del partido y acabó hablando del tenista Roger Federer. «No quiero usar el césped artificial como una posible excusa por una mala actuación. Todos sabemos que es diferente, pero lo pensé estando en una reunión de la UEFA en Ginebra la semana pasada. ¿Y qué puedo decir? Puedo dar como ejemplo, como estamos en Suiza, la casa de uno de los mejores tenistas de la historia como es Roger Federer. Estoy seguro que a veces no está feliz de jugar en este tipo de superficies, pero debe jugar y debe ganar. Todos sabemos que tiene una superficie favorita, pero él debe ganar en las superficies que no le gustan». El equipo inglés se adaptó a la exigencia del césped del Stade de Suisse y goleó (0-3) al Young Boys. Lo mismo tiene que hacer el Valencia.

Marca de la casa

El césped artificial se ha convertido en una seña de identidad del Young Boys desde que el Stade de Suisse fue inaugurado el pasado 30 de julio de 2005. De cara a la Eurocopa de 2008 y por obligación de la UEFA, fue sustituido por un tapete de césped natural de origen alemán. Sin embargo, a principio de década recuperó su superficie sintética. El club se identifica con el césped artificial y cree en sus prestaciones porque reduce los costes de mantenimiento y garantiza unas condiciones del césped óptimas a lo largo de toda la temporada. Algo que con un terreno de juego de césped natural y con una climatología adversa a los pies de los Alpes suizos se convierte en casi imposible para otros clubes. El Wankdorf es todo menos un patatal. No hay excusas.