No corren buenos tiempos para los delanteros del Valencia. Rodrigo Moreno, Michy Batshuayi y Kevin Gameiro salieron de vacío de San Mamés. Otro partido más. Sus números no están a la altura de un ataque de equipo de Champions. Solo juntan tres goles entre los tres después de diez jornadas de Liga. Un registro desolador. Pero cuando las cosas van mal todavía pueden ir peor. Que se lo pregunten a Batshuayi. Marcelino García Toral sentó al internacional belga en el descanso. Al técnico no le gustó nada el comportamiento del delantero durante los primeros 45 minutos. El belga falló un claro mano a mano en el minuto 17 con una mala definición y un peor control y a partir de entonces, se perdió en protestas y batallas individuales que pudieron perjudicar y mucho al equipo.

La jugada que agotó la paciencia de Marcelino llegó el minuto 40. Batshuayi tuvo una disputa con Yeray, el árbitro navarro Undiano Mallenco pitó a favor del central vasco y el belga, lejos de aceptar la decisión y recuperar su posición, se encaró con el linier en una protesta que pudo dejar al Valencia en inferioridad numérica. Podía haber visto la roja. No la vio, pero como si la viera a efectos del entrenador. A Marcelino no le gustó nada su reacción. El técnico ha insistido mucho durante la semana en la necesidad de controlar jugadas evitables como los penaltis -todavía escocía el de Parejo en Suiza- y las amonestaciones por protestar. Poco caso le hizo Batshuayi. Su gesto hacia el asistente desesperó tanto a Marcelino que, inmediatamente, ordenó calentar a Kevin Gameiro en la banda de San Mamés. El francés intuía que iba a entrar en la segunda parte y el belga también parecía saber su destino al descanso. Nada más entrar al túnel de vestuarios se quitó la camiseta enrabietado. No volvería más al césped. Minutos después se confirmó lo que parecía claro desde fuera. Marcelino lo sentaba. De la ducha al banquillo. Tirón de orejas. Estaba castigado.

Una decepción para el jugador y para el propio Marcelino. El asturiano había decidido dar continuidad al belga en el once titular después de que marcara el primer gol del Valencia en la Champions el pasado martes. Su gol contra el Young Boys en Suiza le permitió hacerse una hueco en la alineación de este sábado. Sin embargo, de poco le sirvió. La confianza de Marcelino le duró 45 minutos. El problema del Valencia es que la salida de Gameiro no cambió nada deportivamente. El francés no estuvo fino a la hora de finalizar una buena acción individual de Rodrigo y una posición antirreglamentaria suya evitó que un remate de cabeza de Kondogbia subiera al marcador. Para colmo, Rodrigo estrelló un balón a la madera en un cabezazo que la temporada pasada hubiera acabado en gol. El Valencia va a necesitar a Santi Mina.