Mestalla ha agotado su paciencia y ha explotado. La afición del Valencia pitó y sacó los primeros pañuelos de la temporada al final del partido. Los de Marcelino García Toral ya no empatan. Pierden. El equipo cayó derrotado a manos de un Girona que afrontaba el partido con siete bajas titulares. Decepcionante. Como los números de la temporada. Una victoria, ocho empates y dos derrotas, lejos de los puestos Champions y con el peor arranque goleador de la historia. El Valencia es incapaz de ganar. Está negado y no solo cara a puerta. El equipo se estrelló contra un gigantesco Bono -el portero marroquí del Girona- y contra el VAR, pero también contra sus propios errores. Como el de Kondogbia en el gol de Pere Pons o los de Marcelino en los cambios. El técnico sacó a Carlos Soler del partido cuando más lo necesitaba y bloqueó el ataque haciendo coincidir a los cuatro delanteros en los minutos finales. La crisis comienza a escribirse en mayúsculas.

El Valencia quiso meterle ritmo al partido desde el primer minuto. Robó con intensidad, corrió en transiciones rápidas, presionó arriba, recuperó verticalidad y, después de mucho tiempo, finalizó jugadas en unos primeros veinte minutos para la esperanza. El cambio tenía nombre y apellido: Gonçalo Guedes. El portugués marca el estilo del equipo. Su solo presencia condiciona el juego del Valencia. Más directo, con más pegada, mejor. Cinco disparos en poco más de un cuarto de hora. Los de Marcelino parecían haber encontrado el camino. Una recuperación y una galopada de Guedes por banda izquierda fue el origen del primer disparo de Coquelin. Las ocasiones, aunque sin fútbol brillante, se sucedían. Gol anulado a Rodrigo por claro fuera de juego, recorte y disparo a pie cambiado de Guedes, remate de Santi Mina a centro de un Wass que se multiplicaba por banda y jugada individual de Rodrigo.

Guedes revolucionó el ataque y contagió a un equipo que nunca dejó de buscar la portería. Su sociedad con Gayà lo hacía mejor. A uno y al otro. Juntos encontraron el gol con pase en profundidad de Guedes, pase atrás de Gayà desde la línea de fondo y remate de Kondogbia. El francés le pegó con el corazón y, después de un rechace, por fin el balón llegaba a la red. Por fin. El equipo lo celebraba con rabia. También Mestalla. Y en medio de esa liberación colectiva apareció el VAR para revisar con lupa la jugada y avisar a Alberola Rojas de que el balón estaba fuera cuando Gayà lo golpea. Lejos de irse del partido, el Valencia siguió insistiendo con un Wass que vivía en campo contrario. De sus botas salió un preciso envio a la cabeza de Rodrigo. El testarazo del delantero fue bueno, pero la estirada de Bono todavía mejor. Mestalla ya cantaba el gol. Todavía más clara fue la siguiente llegada. También por la derecha, pero esta vez con el guante de Carlos Soler. Bono salvó a bocajarro a remate de Guedes y Mina la entrelló en el larguero en el rechace. ¡De locos! El Girona pedía a gritos el descanso. 13 remates del Valencia por solo dos de los de Eusebio Sacristán. Era increíble que el partido se marchara al descanso con empate a cero.

Injusto mazazo

Pero el fútbol es cruel y la primera oportunidad clara que tuvo el Girona fue para dentro. Así de indigesta comenzó la segunda parte. Error clamoroso de Kondogbia, remate de Roberts, mano milagrosa de Neto y gol de Pere Pons en el rechace. ¡Qué mazazo! Desquiciante. El Valencia, por suerte, reaccionó y se levantó rápido. Menos mal. De nuevo Rodrigo se plantaba solo delante de Bono y de nuevo el portero marroquí se hacía grande para ganar el mano a mano y erigirse en el gran héroe del Girona y del partido. No había forma de batirle. El Valencia era incapaz. Tampoco lo conseguía Santi Mina en una cabezazo picado abajo a centro de Soler. Bono paraba lo imparable. Otra vez. Desesperante. Marcelino sentaba a Carlos para dar entrada a Batshuayi. El cambio no gustó a Mestalla. Primera pitada al técnico. El público se impacientaba. El partido pedía a Soler por medio y fue el primero en marcharse al banquillo. Los nervios estaban a flor de piel. En la grada y en el césped. Kondogbia entraba a destiempo, Guedes hacía la guerra por su cuenta y Batshuayi, el cambio de Marcelino, no aportaba nada. El belga también estrenaba silbidos. La última bala del entrenador fue dar entrada a Ferran y Gameiro a la vez. Los cuatro delanteros coincidían juntos, pero se molestaron más que otra cosa y a penas recibieron balones. Solo uno de Ferran a Batshuayi que el belga desaprovechó una vez más. Guedes tuvo la última, de falta, a la escuadra, pero allí salió la mano del de siempre. De Bono. Silbidos y pañuelos. El día que el Valencia tenía que ganar, perdió. Otro paso atrás y van muchos.

Ficha técnica:

0 - Valencia: Neto, Wass (Ferran, m.85), Garay. Gabriel Paulista, Gayà, Carlos Soler (Batshuayi, m.74), Coquelin (Gameiro, m.85), Kondobia, Guedes, Santi Mina y Rodrigo.

1 - Girona: Bono, Ramalho,Bernardo, Muniesa, Pedro Porro, Pere Pons, Borja García (Soni, m.86), Aleix García, Planas, Roberts (Granell, m.78) y Doumbia (Alcalá, m.60).

Gol: 0-1, m.48: Pere Pons.

Árbitro: Alberola Rojas (Comité castellano-manchego). Amonestó a por el Valencia a Gayà, Coquelin, Kondogbia y Gabriel Paulista y por el Girona a Doumbia, Muniesa, Planas y Bono.

Incidencias: encuentro disputado en Mestalla ante 38.745 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el ex jugador del Valencia Ángel Iglesias 'Machicha' y por el aficionado Paco Rius.