lexander Frei, Ivan Rakitic, los hermanos Degen, Ivan RakiticXherdan Shaqiri... Todos han salido del FC Basel, Basilea hasta el mandato de los modernos en el fútbol. El club de St. Jakob-Park ha abanderado el impulso del balompié suizo durante las últimas dos décadas y ha construido un modelo de referencia. El Young Boys tiene sello propio, pero la línea de su proyecto tiene muchos puntos en común, corre en paralelo.

A la sombra de monopolio del Basilea (ocho títulos de liga consecutivos, por ejemplo), el club de Berna ha ido construyendo el equipo que floreció como campeón la temporada pasada, reciclando e incorporando piezas, algunas como Gilles Yapi Yapo o Renato Steffen fichados por su enemigo íntimo. No hay casualidades. En la última década ha acumulado varios subcampeonatos, tres seguidos hasta la Swiss Super League 2017/18. Estrella Roja, Tottenham, Mónaco, Borussia Mönchengladbach o CSKA de Moscú le habían impedido llegar a la Champions. Adi Hütter rompió la primera barrera ganando en Suiza y Gerardo Seoane ha producido el gran salto tras liquidar al Dinamo de Zagreb en la última previa. El Young Boys ha tomado el relevo del Basilea y el cambio de poder se escenificó el pasado mes de septiembre, cuando el club de Berna trituró a los azulgrana en el Wankdorf (7-1). Ahora es turno para el Young Boys que cabalga hacia su segundo título de liga al hilo con 11 puntos de ventaja sobre su perseguidor, el Basilea.

El empate ante el Valencia CF brindó la primera gran noche de su historia en la Valencia CFChampions El Basilea ha dejado alto el listón. La temporada pasada repitió en octavos tras superar a CSKA de Moscú o Benfica. Durante su gran ciclo ha empatado en templos como Old Trafford o Anfield y ha conseguido eliminar a sus inquilinos, Manchester United y Liverpool en la fase de grupos, donde les hizo doblar la rodilla en St. Jakob-Park. En 2013 rozó la final de la Europa League, pero se topó con el Chelsea de Rafa Benítez. Bajo la dirección de Murat Yakin, consiguió liquidar a Zenit o Tottenham y lanzó al estrellato a jugadores como Sommer, Dragovic, Fabian Frei, Stocker, Streller o Mohamed Salah. El Basel demostró hasta donde puede llegar un equipo cuando hay una idea, una estructura fuerte y se trabaja con sentido... con la ayuda de mecenas potentes dentro de su ecosistema. No hay milagros. Es talento e inversión.

David von Ballmoos, Steve von Bergen, Kevin Mbabu, Djibril Sow, Leonardo Bertone, Christian Fassnacht o Guillaume Hoarau son los herederos en color negro y amarillo. Las coordenadas se repiten. Christoph Spycher es el director deportivo y otra leyenda como Stéphane Chapuisat forma parte de la secretaría técnica. Los dos contribuyeron al crecimiento del club sobre el césped. Tras el adiós de Hütter en el banquillo, se ha apostado por un entrenador joven y con personalidad: Gerardo Seoane. No hay dramas y sí continuidad o evolución dentro del estilo. Futbolistas como Miralem Sulejmani o Hoarau aportan experiencia al máximo nivel europeo, Von Bergen -de vuelta tras jugar en la Bundesliga o la Serie A italiana- con el plus de ser suizo. Se han recuperado talentos locales que no cuajaron en su primera aventura en el exteterior, como Benito, Sow, Mbabu o Ulisses García. La cantera es otra piedra angular, con Von Ballmoos, Lauper Aebischer, Bertone, Wüthrich, Marzino o el histórico Wölfli como representantes activos. Se intenta fichar a los futbolistas de calidad de la Swiss Super League, como Fassnacht, Nsame, Pedro Teixeira, Sékou Sanogo o Jordan Lotomba (lesionado, pero relevo potencial de Mbabu).

Y se acude a mercados normalmente olvidados por los cazatalentos de las grandes ligas: Assalé llegó desde el Mazembe del Congo, Moumi Ngamaleu del Altach austriaco, Schick del Sturm Graz y Camara de la liga israelí. Media docena están destinados a competir en un fútbol superior. La Champions es clave; ha permitido mantener toda la columna vertebral del campeón y revalorizar a los buenos, a todos los niveles. La cadena de montaje está en marcha.