Gayà, Garay, Coquelin, Guedes, todos se han jugado el físico por el Valencia CF. También Kondogbia estaba dispuesto a forzar para jugar en el Coliseum. Después del mazazo sufrido ante el Girona, el equipo asumió que era el momento para no guardarse nada, para echar el resto. Ese compromiso se ha sentido en el campo, con la retribución vital del triunfo. No hay casualidad, como ocurría en las derrotas. El procedimiento de ruptura y reacción tiene valor en fondo y forma. Young Boys y Getafe guardan más juego que nombre, pero han obligado a empalmar dos partidos de alto voltaje -por ritmo, agresividad y pizarra- en menos de cuatro días. En un marco donde la capacidad para superar el examen competitivo de Bordalás estaba en duda, Marcelino ha ganado crédito repitiendo bloque, repitiendo victoria y repitiendo respuesta: personalidad, categoría y un nivel colectivo notable.

El principio de reacción no tiene que ver con un único protagonista, pero Guedes es básico en la función por la mezcla de coraje, atrevimiento y talento. Neto, Daniel Wass, la pareja Garay-Gabriel, Gayà, Mina, Coquelin... Todo se ha unido, con Guedes en el foco. Marcelino le exprimió al máximo ante el Girona, pese a que regresaba de lesión y dio síntomas de fatiga. Terminó agotado, pero sin secuelas. Ante el Young Boys acumuló 75 minutos de acción y varios golpes. Pese al parte de guerra, fue titular en Getafe y sumó otros 84 minutos. El atacante tuvo otra participación plena de sacrificio (así se siente en el número de duelos ganados) y calidad. Gonçalo tuvo dos apariciones de genio durante la primera parte. Pudo romper el partido con dos asistencias que dejaron a Rodrigo mano a mano con Soria. Pese al cansancio, pese a los golpes, pese a la falta de ritmo, pese a tener que pensar y ejecutar a toda velocidad, Guedes pudo romper el partido con dos pases de gol. Sólo faltó el acierto final, como sucedió ante el Girona.

Marcelino y el futbolista apostaron por asumir los riesgos en siete días trascendentales antes del parón. Guedes al 50% es capaz de marcar la diferencia para el Valencia. Incluso en este contexto de necesidad suma factores imprescindibles. Sin estar todavía a tope, su presencia aporta soluciones esenciales por su especialidad en el uno contra uno, por último pase o por golpeo de media distancia. La estadística le destaca en todos los apartados. Por todo eso, por su capacidad para conducir a toda velocidad y poner al Valencia en el área rival, concentra la atención total de los rivales. Guedes dinamiza e intimida. La exigencia que plantea libera al resto. Ese escenario obliga a doblar la marca, abre espacios y aumenta el estrés. Controlar a Rodrigo, Mina, Soler, Parejo y Guedes a la vez es más difícil. La clave es que coincidan los mejores en su mejor versión... cuestión que todavía no se ha producido esta temporada.