Hace 29 años, el 31 de mayo de 1989 nació en Gladsaxe, muy cerca de Copenhague, Daniel Wass. Con el paso del tiempo el joven danés aprovecharía técnica e inteligencia táctica para jugar al fútbol desde cualquier posición. Hoy se abre hueco desde el lateral diestro en el once de Marcelino, forjado con la base del año pasado. Su esposa Mie y sus hijas Sofia y Filippa son los pilares sobre los que se apoya un futbolista con «hambre» de Champions.

Buenos días, Daniel. ¿A qué nivel de confianza está hoy el equipo? Hay dos realidades contrapuestas. Por un lado, en la clasificación sigue el 15º

—Tenemos más confianza. Para mí, para todo el grupo, la posición 15 no es la realidad. El equipo ha jugado buenos partidos, es competitivo, pese a acumular tanto empate y alguna derrota. El ejemplo más loco nos pasó contra el Girona en casa. Fue increíble que perdiéramos ese partido. Luego también está el tema del VAR, creo que varias veces nos perjudicó. Pero es la vida, el fútbol es un deporte loco. La confianza está bien, como siempre, aunque ganar los últimos dos partidos, uno en un campo difícil como Getafe, nos refuerza.

—Ha dicho «como siempre». ¿De verdad, no ha habido en este comienzo momentos de más dudas y dificultad?

—Sí. Claro. Pero no como la gente cree. Después de muchos empates la gente ha hablado de que el Valencia está mal... Siempre hemos creído en nosotros, tenemos confianza y todos los días trabajamos duro por un objetivo. Ganar todos los fines de semana. Mirando los partidos, este equipo normalmente tendría más puntos. Es el fútbol.

—Un paso clave que aún falta por dar es el de vencer el primer partido de Liga en Mestalla. Este sábado, contra el Rayo Vallecano, es el día.

—Evidentemente, el Valencia puede ganar cualquier partido. Quien nos ve sabe que jugamos bien, que somos fuertes, un bloque junto, aunque no estamos consiguiendo muchos goles. Y es verdad que nos falta ganar partidos, especialmente, en nuestro estadio. La afición está con nosotros y es muy importante que ganemos con ellos en Mestalla.

—Precisamente, desde la derrota con el Girona (0-1), de la que habló antes, se observa un Valencia mejorado con Wass en el lateral derecho, ¿cómo se encuentra en la parte derecha de la defensa? ¿Cómodo?

—Sí, estoy bien. Estoy en el Valencia CF para ayudar lo máximo. Soy un futbolista polivalente, juego en cualquier posición y ahora me toca en el lateral. Como lateral, sé que lo que me ayuda a hacerlo bien es ofrecer mi 100% dentro del campo.

—Es una posición que conoce perfectamente. Desde hace ocho años con el Brondby en Dinamarca, también en Francia y, más tarde, en Vigo.

—Sí, sí. No sé si perfectamente (se ríe), pero conozco los movimientos de un lateral porque he jugado bastante en esa demarcación. Aquí es un poco diferente, defensiva y ofensivamente, pero no tengo problemas. Me siento cómodo jugando y ayudando al equipo.

—¿Pensó que en el Valencia también acabaría jugando ahí; por ejemplo, cunado charló por teléfono en verano con Marcelino ya le avisó?

—Hablé con Marcelino y me dijo: «Daniel, tú puedes jugar en muchas posiciones, en el lateral también». Yo le contesté: «Sí, sin problemas, voy al Valencia para colaborar en cualquier posición y dar lo mejor de mí». Así que si juego de lateral lo hago al 100%.

—Cuando empezó a jugar al fútbol, en posiciones de ataque, no se imaginaría que en su carrera profesional actuaría en tantas posiciones. Creo que en el 'tablero' las ha ocupado todas menos la portería.

—¡Casi todo! (Sonríe). Pero a mí me encanta el fútbol y lo más importante para mí es jugar al fútbol, como sea: lateral, extremo... con cualquier posición, si puedo jugar al fútbol estoy contento.

—Por curiosidad, ¿de qué jugaba cuando todavía era un niño en las escuelas de Copenhague??

—En banda, extremo... delantero también, pero hace muchísimo tiempo (ríe). Más en la banda.

—Siempre hay un lugar en el campo que al futbolista le llena más, ¿escorado a la banda en la línea media es el suyo?

—Para mí, lo más importante es jugar. ¿Tengo una posición favorita? Claro, en el medio diría, pero estoy feliz jugando de lateral. Se trata de jugar. En Getafe jugué de lateral derecho, ganamos... no se puede estar más contento. Esto es así. Si juego, estoy cómodo en cualquier lugar del campo. Me encanta el fútbol y jugarlo desde cualquier posición.

—De regreso al pasado, una curiosidad. Quedaba poco para acabar la Liga con el Celta y en la prensa de su país comentó que se veía «jugando en otro sitio, tal vez, un club Champions». ¿El Valencia CF estaba ya en su cabeza, existía la posibilidad?

—Lo que transmití en la prensa es que quería jugar en Europa, la Champions. Recuerdo que con el Celta el año que jugamos la Liga Europa fue especial. Entonces, jugué Europa League por primera vez, alcanzamos las semifinales y vi una competición preciosa. Luego uno tiene más hambre de jugar en Europa, de dar un paso más. Me iba a otro equipo y mi deseo era jugar en la Champions League. Es la idea que comuniqué en la prensa. Mi sueño era continuar en España en un equipo más grande que el Celta. El Valencia está entre esos clubes, ese día no sabía que vendría. Si juegas competición europea, aumenta el hambre del futbolista. Y poder disputar la Champions es todo un sueño.

Los secretos del último lateral derecho del Valencia CF

Los secretos del último lateral derecho del Valencia CF

—Francia y España, aparte de Dinamarca, los países en los que ha trabajado y en los que ha vivido. ¿Se queda con España?

—Sí, la vida es más cómoda. Para mi familia, también. Desde mi punto de vista, lo primero es que la familia se encuentre bien. Si los tuyos se sienten bien, un jugador juega más a gusto, más cómodo, más contento. A mi familia le encanta este país, mis niñas hablan perfectamente el español, mejor que el danés... Me siento muy feliz aquí.

—Es una persona muy familiar, ¿no?

—¡Sí! La familia para mí es un pilar básico. La vida en familia. Para todo futbolista el hecho de estar bien en casa, con los tuyos, le va a hacer estar bien en el campo. La familia es el apoyo principal. Si ellas están cómodas, yo también lo estoy para poder dar lo mejor de mí.

—Ahora que lleva varios meses dentro del equipo, del club, le pregunto: ¿El Valencia CF es tan grande como usted creía?

—¡Sí! Yo he jugado contra el Valencia en Mestalla, he sentido el estadio, la afición, incluso, me entrené una vez en Paterna con el Celta... Ya sabía como eran sus instalaciones. Por supuesto, es un club muy grande.

—Uno de los puntos fuertes de este club es la comunión con la afición. Siempre fue muy duro para los rivales sumar puntos en Mestalla. Por eso, se ha hecho raro tanto empate como local. ¿Hablan dentro del vestuario de la necesidad de hacer del estadio un fortín para remontar el vuelo hacia las plazas de Champions?

—Es así. Sinceramente, somos fuertes en casa, pero nos falta ganar. Todo el equipo y el cuerpo técnico quieren ganar todos los partidos... y se puede porque somos un equipo muy fuerte. Muy fuerte. En los últimos nueve partidos de la Liga sólo encajamos cuatro goles. Eso es una gran ayuda. No sólo de la defensa, del trabajo de todos...

—Es verdad. En esos nueve partidos, desde la jornada 4, el Valencia es el mejor bloque defensivo de la Liga. Y en el global, el segundo mejor tras el Atlético de Madrid.

—Es importante para nosotros. Es evidente que ahora faltan goles, pero de los delanteros, los medios, de todo el conjunto. Como los atacantes ayudan a la defensa a defender, defensas y medios debemos ayudar a meter goles. El fútbol es un deporte de equipo. Somos muy fuertes, controlamos muchos partidos, pero necesitamos ganar más. Girona, Celta, empates en los que tuvimos muchas ocasiones para sumar los tres puntos... y ellos con un tiro marcaron uno. La mala suerte ha influido. Pensamos en ganar, confiamos en nosotros y seguro que vamos a ganar más partidos a partir de este momento.

—El discurso que se desprende del vestuario no se centra en la clasificación ni en los nueve puntos de desventaja con el cuarto. Entiendo que creen que todavía hay tiempo suficiente para entrar entre los cuatro primeros de la Liga. Ir a Champions.

—No nos centramos en la distancia, para mí, todo es posible. El Valencia tiene 'una plantilla de la hostia'. El míster puede hacer cambios y no se pierde fuerza. Si hablamos de la actual Champions, después de que el Manchester ganara en el estadio de la Juve, ahora es más difícil, pero podemos ganarles, creemos mucho en nuestra capacidad. Creemos en que vamos a ir hacia arriba en la Liga y esto va a pasar. Seguro.

—En España Berizzo, Unzué y Marcelino le han entrenado. ¿Qué le atrae más de cada técnico?

—Los tres son muy diferentes. Berizzo prioriza el uno contra uno, mucha fuerza. Unzué es más del estilo del Barça, el tiki-taka, el toque... y Marcelino valora más la idea de equipo. Me gusta eso, el Valencia es un bloque, trabaja junto en el campo, en los conceptos defensa-ataque. No necesitamos únicamente tener la pelota todo el partido, utilizamos bien el contragolpe. Más cosas. Podemos controlar el partido con la pelota, también podemos tener una pausa, tranquilidad, y hacer daño a la contra.

—¿Quizá, el estilo de Berizzo es más parecido al de Marcelino?

—Sí... porque piensan más en la fuerza, en estar juntos. A Berizzo le gusta el juego de uno contra uno en todas las zonas del campo y para eso se necesita una idea colectiva sólida, para trabajar cada uno en su función. Unzué también es un buen entrenador, pero me gusta más el estilo de aquí en el Valencia.

—¿Y en el mensaje, en lo personal?

—Marcelino es un míster con el que se puede hablar tranquilamente. Cree mucho en nosotros, es positivo todos los días. Eso me gusta.

—Pese a que los resultados no son buenos, Marcelino siempre habla bien del equipo. ¿Esa manera de actuar refuerza la moral del grupo?

—Eso es, con nosotros siempre es positivo. Tenemos confianza en él. Ni un día, creo, hemos pensado en perder la confianza en el entrenador. Vamos con pensamiento positivo al trabajo... sólo necesitamos ganar más partidos. Y ahora vamos a ganar seguro.

—Por lo que se ve en un vídeo del club, donde mide su puntería con Jaume en un divertido juego, no ha tenido ningún problema para adaptarse al vestuario.

—Ninguno (ríe). Me ayuda mucho el hecho de hablar español. Este es un equipo fuerte, unido, jóvenes y más mayores... En los entrenamientos se trabaja bien. Juntos. El vestuario es positivo y está unido.

—En el vídeo se le ve acercando su pelota a la meta sin que Jaume se entere... Pensábamos que por el norte de Europa eran más 'legales'.

—(Sonríe) ¡Es una broma! Jaume me conoce bien, es un buen chaval.

—Con Carlos Soler también se le ve hablando mucho. ¿Ha habido conexión por esa banda derecha?

—Muy buena, sí. Es un muy buen chico, me gusta hablar con él, nos entendemos bien los dos; pero con Jaume, Santi (Mina), Dani (Parejo), con todos. Hablo con todos.

—La última. A uno, como aficionado al fútbol, se le hace extraño no verle desde hace un par de años con la camiseta roja de Dinamarca. ¿Por qué no juega con la selección?

—Es una buena pregunta. No sé...

—Se hablaba de un problema con el seleccionador...

—No, no sé si es un problema, él dijo en la prensa que necesito jugar mejor de lo que juego... La realidad es que no estoy en la selección, estoy en el Valencia CF, cómodo, centrado aquí, bien con mi familia en la ciudad, pero claro, yo quiero también jugar con la selección. Ahora no me pasa, así que disfruto del Valencia, de jugar en este club.

—Su voluntad de volver es evidente.

—Sí. Lo dije muchas veces, nunca dije no a la selección de Dinamarca, pero son momentos.