Santi Mina apareció para rescatar al Valencia de Marcelino de uno de los ridículos más espantosos en sus cien años de historia. Colista del Grupo III de Segunda B y con solo diez futbolistas desde el minuto 30 de partido, el CD Ebro no solo plantaba cara sobre el césped de La Romareda sino que además se adelantaba en el marcador en el 62. La aparición del gallego, con dos goles en la recta final del choque, libra al técnico asturiano de tener que explicar lo inexplicable, pero no de que se disparen todas las alarmas después de ver lo que dio de sí su equipo frente a un rival técnicamente de Tercera División y en inferioridad numérica durante 60 minutos.

Un disparo de Kevin Gameiro que, para variar, se estrelló en el portero era prácticamente todo el bagaje ofensivo del Valencia CF hasta ese minuto 30 en que el árbitro, el catalán Estrada Fernández, mostraba la segunda amarilla al brasileño Tiago Portuga. Dos cartulinas claras aunque siempre es una decisión rigurosa dejar a un equipo con diez por dos únicas acciones sin mediar acción violenta alguna en ninguna de ellas.

Así, de ahí hasta el final el equipo de Marcelino, que ya dominaba y disfrutaba de una posesión intrascendente, empezó a rondar el área y encontrar la portería. El Ebro, que se defendía con orden y muchos efectivos, alcanzaba el descanso con el primer éxito del empate a cero, un marcador ya de por sí pírrico para el Valencia CF, aunque lo peor no tardaría en llegar.

Con el único cambio de Batshuayi por el habitual desacierto de Gameiro el Valencia salió a romper la igualada en la segunda mitad, estuvo a punto de lograrlo con un destello del debutante en partido oficial Kangin Lee, que estrelló un zurdazo en el poste, pero la cosa sucedió al revés. El conjunto aragonés, además de defender, había empezado a exigirse más y en un saque de falta desde la izquierda el defensa Amelibia aprovechaba el inoportuno resbalón de Lato para rematar de cabeza en solitario y batir a Jaume.

El golpe descolocó todavía más al equipo de Marcelino y durante algunos minutos no habría palabras para calificar lo que estábamos viendo. Con la entrada de Coquelin por Vezo, pasando Wass al lateral derecho, el Valencia recuperó pulso suficiente para encontrar a Santi Mina, que con un buen movimiento en el área y mejor disparo lograba el empate.

Le quedaban orgullo y energías al Ebro para intentar todavía algo más, especialmente en las acciones a balón parado que le concedía el empate, pero el 1-2 acabó cayendo por su propio peso. En uno de los constantes balones al área de Wass Mina conectó la cabeza para batir de nuevo a Salva y certificar la victoria.

Y, por cierto, el Valencia encarrila de esta manera la primera eliminatoria copera, vuelve a ganar después de cinco partidos sin hacerlo y vuelve a marcar dos goles, algo que no lograba desde el Derbi del pasado 2 de septiembre.