Isco vuelve a estar bajo sospecha. Así ha sido cada temporada desde que llegó al Real Madrid donde siempre ha tenido que demostrar un poco más que el resto para tomar posición o mantener su estatus. Su rendimiento no es muy distinto al de jugadores como Marcelo, Carvajal, Casemiro, Ramos, Modric, Asensio, Bale o CarvajalCasemiroRamosModricAsensioBaleVarane pero los defectos se le notan más al malagueño, por actitud equivocada o por entrega en el trabajo... al menos en apariencia. Su caso, abierto en canal por Santiago Solari, sólo tiene un camino: cambio, sacrificio, personalidad y reivindicación sobre el campo. De lo contrario, no habrá marcha atrás esta vez. Tras la derrota en Eibar todo el Madrid quedó marcado, pero Isco, suplente (jugó 27 minutos), pagó los platos rotos. Solari le mandó a la grada en Roma, en un partido importante y con mucha profundidad en fondo y forma. Después, las explicaciones del entrenador giraron en torno a dos condiciones: el trabajo y el nivel físico. Nada irreversible, si las dos partes quieren.

Isco está obligado a resetear, porque en algo se ha equivocado y no tiene fuerza para matar mordiendo. Solari, que ha marcado la línea con una decisión de entrenador muy potente, tiene que mantener el listón alto y sostener la meritocracia ante el vestuario porque Isco no es la única figura acomodada en el éxito y el riesgo de partir el vestuario se siente. Los próximos partidos serán un termometro preciso en el caso. De palabra, Solari le ha brindado la oportunidad de reponerse y le ha mostrado un camino... que está por ver si toma. El argentino ya ha demostrado que no le va a proteger (públicamente le ha etiquetado como «uno más», degrandándole a soldado raso, otro golpe), pero el míster tampoco puede permitirse el lujo de perder a un jugador que ha dado cuatro Champions y que desencadenaría una tormenta con un único final: la salida del '22'. Al cien por cien es un jugador indiscutible, pero no lo está y no ha dado el paso, como no lo han dado Asensio o Bale, pero ninguno es responsable de los errores en la planificación de los últimos años. El Madrid tiene un problema que va más allá de haber medido mal el peso de Cristiano y es la figura de ZidaneEl gran vacío está en el banquillo y Solari, en el foco. El sábado, el Valencia CF de Marcelino intentará pescar en río revuelto.