Se supone que la temporada del Centenario era para saltar de celebración en celebración, pero los sueños, sueños son, y la realidad es tozuda y cruel; el valencianismo va de chasco en chasco. Así está la cosa a día de hoy. El Valencia CF y no se trata de caer en la leyenda de años atrás, en aquello de que con ganar al Madrid y al Barça se salva la temporada, porque no se salva y porque pocas maneras hay más ambiguas y efectivas de empequeñecer al Valencia CF, pero en esto del fútbol no hay mejor método para olvidar el presente que ganar. Al equipo de Marcelino lMarcelinoe sobran los motivos para saltar hoy al césped Primero porque la clasificación y no puede perder más comba con el Sevilla, que se presenta a medio plazo como el gran rival en la lucha por entrar en la Liga de Campeones y además es el próximo rival en Mestalla. Segundo porque mola ganar y en el Bernabéu más. Y el fútbol se alimenta de momentos, sensaciones y victorias inolvidables.

Siendo Unai Emery entrenador del Valencia CF dijo una vez Pedro Cortés a ver si algún día cazamos un elefante porque no había manera de ganarle al Madrid y al Barça y tuvo que ser el Lagarto Juan Antonio Pizzi quien rompiera el maleficio con aquella victoria en el Camp Nou. Nadie daba un duro por un equipo que se plantó en la Ciudad Condal dando pena pero se llevó los tres puntos con todo merecimiento. Aquel Valencia tuvo la dosis exacta de valentía que se le puede reclamar hoy en día a Marcelino. Que el Valencia, para ser un equipo competitivo ha de tener en una buena defensa su mejor virtud no lo niega nadie, como nadie niega tampoco que en la actualidad está defendiendo francamente bien, pero será por lo de la manta o será porque el entrenador se pasa con 'la barraca', pero ataca poco, y así es complicado ganar a un grande. Puede dar ante el Rayo Vallecano, pero sin ir más lejos, no dio ante la Juventus. De entrada ya avisa el técnico y dice que el planteamiento de hoy será similar al de Turín.

La mencionada victoria del Valencia de Pizzi en el Camp Nou fue un punto de inflexión en el imaginario colectivo del valencianismo que se relamía pensando que empezaba todo de cero y no fue así porque últimamente los proyectos duran demasiado poco en Mestalla y el de Marcelino también está en entredicho. El entrenador asturiano necesita cazar un elefante porque en unos meses de la 2018/19 ha dilapidado primero el crédito y después el cariño que logró entre la afición en la temporada 2017/18. Este equipo y este proyecto piden una victoria que se instale durante años en la memoria de la calle, que sea comentada allá donde dos valencianistas se encuentren, en un bar, en un ascensor o en la sede de una peña. A Marcelino le faltan muchos puntos, pero también algo de épica porque el fútbol no se limita a presumir de estadísticas de esas que solo él y Mateu Alemany

Hasta Nuno tuvo su momento para la epopeya con aquel remate de Otamendi, casi tan imperial como el de Ayala en Málaga. El Ratón le dio una liga al Valencia CF con aquel testarazo y por lo tanto es casi un sacrilegio compararlo con ganarle al Real Madrid, pero como pasó con el Valencia de Pizzi en el ante el Barça, aquella victoria también auguraba otro proyecto que embarrancó demasiado pronto. Harán bien Marcelino y sus futbolistas, y Mateu Alemany y Anil Murthy, en salir de las estadísticas y los balances contables y asomarse a la ventana para comprobar que fuera empieza a llover. Ganar hoy en el Bernabéu puede ser tan importante o más, que por ejemplo esquivar el pago de la multa de Europa