Cuerpo técnico y jugadores son conscientes de que, llegados a este punto, toca pasar a los hechos. Hace tiempo que las palabras ya no valen. El movimiento se demuestra andando, pero en el caso del Valencia CF se prueba galopando. Primero, ante el Sevilla. Después, ante el Eibar y así sucesivamente. Marcelino tiene las ideas claras: para generar situaciones de gol, entrar fuerte en el partido y encender Mestalla, todo de una, necesita "velocidad, intensidad, ritmo y llegadas, pasar y correr". Después del partido ante el Ebro, el míster resumió en sala de prensa los valores imprescindibles para jugar y competir. Ayer, los trasladó al césped de la Ciudad Deportiva. La mañana del miércoles estuvo enfocada cien por cien a la final del sábado ante el conjunto hispalense. El entrenamiento fue muy bueno, realmente intenso. "Hay que moverse", reclamó Marcelino. "Un metro que me mueva, dos metros que le doy al compañero para que acierte en el pase", subrayó a continuación. El entrenador estuvo muy activo, machacó el ataque rápido y las combinaciones a toda velocidad. "Pase, pase, pase, pase... otra vez". Las consignas resonaron en Paterna.

Contra la monotonía, los recursos planos y esa versión previsible que termina agotando y haciendo vulnerable al equipo, Marcelino quiere un Valencia CF activo al máximo, con los mecanismos bien engrasados. Quiere un Valencia dinámico al máximo sin que eso signifique perder precisión. Se trata de avanzar, de ir arriba y de buscar un pase o soltar maniobra con la que quebrar las líneas del adversario. El objetivo es ser agresivos en campo contrario, para recuperar y para profundizar, para buscar la yugular del Sevilla. "Pasar y correr", atacar y generar espacios. Cuando toque defender en repliegue bajo, la idea es explotar el nivel de solidez adquirido. Marcelino aleccionó a Garay o Daniel Wassy también reforzó cada acierto.

Completo, de principio a fin

La electricidad en Paterna fue auténtica. Rodrigo no pudo participar todavía con el grupo, pero las líneas maestras del plan para el Sevilla se están empezando a dibujar. El delantero es imprescindible -como se hizo evidente en el Bernabéu- y trabajará sin descanso para poder ejercitarse con el grupo mañana... aunque asume que jugará con dolor. Lo ha hecho antes y lo volverá hacer ahora. Ante el Ebro, los menos habituales entraron en el once titular y eso le brindó a Marcelino la oportunidad de estrujar la sesión con el equipo que se medirá al Sevilla. El bloque de Pablo Machín superó ayer al Villanovense en Copa del Rey (con más suplentes que titulares) y tendrá un día menos para preparar la visita a Mestalla. Marcelino apostó con acierto por exprimir al máximo esas horas de diferencia.

El Valencia CF busca una actuación completa, desde el primer hasta el último minuto. Los futbolistas son conscientes de que en Turín fueron de más a menos y de que en el Bernabéu fueron de menos a más. Ante el Sevilla necesitan recuperar el nivel exhibido ante Young Boys, Getafe o Rayo. Brillantez, sacrificio y eficacia en las áreas, aunque el nivel del conjunto hispalense esté un peldaño por encima. El nivel de intensidad -mental y físico- no admite más picos de sierra. Mover el avispero y moverse como avispas, será tan importante como dominar y resistir. El equipo interpreta el encuentro en clave de final, ante un adversario grande. Con todo lo que eso implica. Es el momento para dar un golpe de mando, para competir y ganar. Atlético, Barça Old Trafford, Turín y el Bernabéu han endurecido la piel del equipo. Ese bagaje tiene que salir a relucir ahora. Marcelino ha empezado a reforzar los automantismos, quiere profundidad, conectar fácil y con precisión. La línea está marcada.