Diakhaby progresa adecuadamente. A punto de acabar el primer cuatrimestre de la temporada, el central nacido hace 21 años en Vendome se resuelve como la única certeza de entre todos los fichajes. Al Valencia CF no le funcionan los Guedes, Kondogbia, Batshuayi y Valencia CFGuedesBatshuayiGameiro, mientras que la contribución de Piccini, Wass o Cheryshev está bajo sospecha. En ese panorama la aparición del '12' puede interpretarse como una noticia más que positiva. Se da la circunstancia de que, descontado Racic, que juega habitualmente en el filial, el francés es el más joven de los recién llegados y a la vez el único que a estas alturas de temporada está dando la talla con respecto a las expectativas depositadas en su fichaje. Cierto es que ha contado con la complicidad por parte de Marcelino en el reparto de oportunidades, algo que no ha tenido MarcelinoMurillo, pero nada le ha venido dado. Destaparse como alternativa fiable a la dupla Garay-Gabriel Paulista entrañaba cantidad de riesgos y Diakhaby ha sabido aprovechar esa confianza para arrancarse la etiqueta de cuarto central cumpliendo cada vez que se le ha requerido ha cumplido. Según la casa de estadística Whoscored, en sus diez participaciones oficiales con el Valencia CF siempre raya el notable, oscilando todas entre el 6,34 y el 7,39 sobre un máximo de 10.

El tiempo y el rendimiento determinarán si estamos ante un central de época, una inversión óptima, un jugador sin huella o, incluso, si saldrá por la puerta de atrás pero hasta la fecha solo ha dado síntomas de haber cumplido con un exigente proceso de adaptación que va del aspecto físico -tuvo deberes extra para ajustar su cuerpo en verano a los parámetros 'marcelinianos'-, al cultural, la táctica o el idioma y eso es digno de reconocimiento. Sus compañeros, de hecho, le hacían pasar por el 'Sant Vicent' días atrás para celebrar su integración tras un buen partido en Turín. Había mucho más que una anécdota tras esa escena. Ha demostrado capacidad para sobrevivir a los momentos en los que ha estado más expuesto debido al descontrol y los miedos en defensa -al principio de curso- y cada día da más pinceladas en positivo. Aplicado en la anticipación, sensible en los despejes y en la salida -ha interpretado muy bien que no debe complicarse- y solvente en el cuerpo a cuerpo, 'Diakha' muestra las virtudes que en su primer año con el primer equipo del Olympique de Lyon le convirtieron en uno de los centrales jóvenes con mayor proyección del continente.

Precio... y capacidad goleadora

Los duelos con Higuaín en la Champions redoblaron su cotización al punto de ser considerado, para muchos, como el heredero natural de Umtiti en Lyon. Sin embargo, su segunda temporada amenazó con dar al traste con esa consideración tan alta. Poco protagonismo, nerviosismo, errores de bulto... Diakhaby era un jugador bajo mínimos de confianza. De hecho, el día que el Valencia CF pasó a la acción para ficharlo el jugador cometió un error gravísimo que le costó al OL un gol -y la derrota- contra el Estrasburgo. El seguimiento estaba hecho y el jugador ya había pasado el corte. El club, con Longoria a la cabeza, tenía decidido su fichaje y ese error en el Stade de la Meinau no cambió nada. Así funciona el 'scouting' de un club profesional. Cuando lo más natural hubiera sido escandalizarse, el Valencia CF atacó todavía más su fichaje. El precio de salida eran 20 millones pero el club lo sacó por 15, una cantidad considerable aunque asumible, dada la escasez de jugadores así en su posición y con la convicción de que con el margen de mejora que se le supone teniendo en cuenta su juventud daría buen rendimiento y aumentaría pronto su precio. Su partido contra la Juve, donde solo una prodigiosa mano de Szczesny evitó su gol, y su tanto contra el Sevilla advierten de que, además de cumplir atrás, es un jugador capaz de sumar en ataque, especialmente en jugadas a balón parado: con 21 años suma 8 goles en la élite, nada mal para ser central.