Kang In estará en la convocatoria para el partido ante el Huesca. Ese es el plan del cuerpo técnico. El atacante cuenta absolutamente. Las lesiones le han abierto la puerta, pero la apuesta tiene fondo más allá de la necesidad puntual. Marcelino está encantado con la actitud del futbolista en el trabajo diario. Kang In es un diamante en bruto, pero más importante todavía es su mentalidad. El surcoreano tiene el chip del primer equipo activado: se deja moldear, pero marca territorio reclamando respeto con juego y personalidad. El proceso no es fácil y Marcelino está intentando medir cada paso con inteligencia, sin necesidad de incinerar las etapas. Al contrario, todas las partes están intentando dar valor a lo que tiene valor: su respuesta competitiva en los partidos y su mejora en los entrenamientos. "Aprieta, Kang In, aprieta". Esa fue una de las arengas del míster durante la sesión del jueves. El canterano no participó con el Mestalla ante el Peralada -miércoles- para amortiguar los riesgos y para no restarle frescura. Lo mismo sucederá el sábado ante el Villarreal B, Kang In no jugará el derbi de filiales. La prioridad está en preparar bien el choque ante el Huesca y tener opciones de calidad en el banquillo, aunque el segundo equipo se esté jugando la vida también. Pese a la dualidad, la continuidad de Kang In en la lista del primer equipo sólo puede recibir la etiqueta de éxito para el proyecto.

El dorsal -34- marca su estatus, pero Kang In está cada vez más integrado en el vestuario. Nacido en 2001, el surcoreano ha sido titular en los dos partidos de la eliminatoria de Copa del Rey ante el CD Ebro -arrancando en el once titular- y ya ha estado en el banquillo ante Manchester United y SD Eibar. En las últimas semanas ha vivido su estreno oficial en Mestalla, ha vivido un triunfo de prestigio en la Liga de Campeones y un desplazamiento hasta Ipurua. Esta será su tercera convocatoria consecutiva. El Valencia exige nivel más rendimiento, una condición doble que Kang In empezó a sacadir durante la pretemporada, que coronó con un gran gol en el Trofeo Naranja ante el Bayer Leverkusen. Después de ese partido Marcelino advirtió de sus posibilidades y así lo ha hecho públicamente cada vez que ha surgido la oportunidad.

El runrún de la grada

Kang In ha tenido dos partidos de Copa del Rey, pero le falta estrenarse en LaLiga. En los dos partidos ante el Ebro estuvo bien, sobre todo, en Zaragoza. En Mestalla le costó un poco más, pero demostró coraje y determinación. Incluso se atrevió a opositar para ejecutar un libre directo con Kondogbia y Batshuayi, que finalmente ejecutó el delantero belga. Kang In recibió varios golpes, uno en la nariz que le ha obligado a lucir una protección. No se cortó, siguió pidiéndola y apareció por la banda izquierda, por la banda derecha y tuvo unos poquitos minutos como delantero. Sin Kevin Gamerio y sin Gonçalo Guedes, el canterano es uno de los futbolistas que pueden cubrir todo el frente del ataque.

Mestalla tiene ganas de ver jugar y de disfrutar de Kang In. El atacante es nuevo, tiene talento, genera expectativas y la gente espera cosas nuevas de un futbolista al que se le adivina un punto de genio. Todavía está abriendo las alas, pero el runrún -en positivo- se produce cada vez que toca la pelota. Kang In ha caído bien y en la mano de Marcelino está la gestión del magnífico recurso. Para un equipo que por momentos advierte ciclos de depresión, la energía del surcoreano es oxígeno puro. Sumar y ganar es una cuestión obligatoria ante el Huesca; Kang In está deseando demostrar al máximo nivel que es ese tipo de futbolista que se crece ante el reto.