El Valencia CF Dos partidos exigentes que marcarán de forma precisa el impacto -positivo- del triunfo ante el Huesca y la temperatura competitiva del equipo. Es un déficit constante desde hace varias semanas: Marcelino y los jugadores necesitan enlazar una serie de tres o cuatro partidos con final feliz para suavizar o eliminar la sensación de que esto no va a arrancar nunca.

El Valencia CF afronta retos tremendos en 2019 y debe romper con la dinámica de sufrimiento constante -insostenible a medio plazo- en la que se ha instalado. Primero, por el desgaste emocional, que afecta directamente al exceso de tensión, a las dudas y a la escasez de confianza de los futbolistas. Segundo, porque, cuando la diferencia entre el éxito y el fracaso es tan frágil, identificar los méritos es un imposible. En un contexto así, cumplir objetivos mínimos o progresar sería un milagro. En favor de Marcelino están el talento y el amor propio de la plantilla, que se resiste a caer. En contra... tiene muchos otros elementos. Por ejemplo, las sanciones de Carlos Soler y José Carlos SolerGayà. Dos bajas tremendas en un equipo golpeado por las lesiones.

Mendizorrotza será más difícil todavía, por el momento que vive el bloque de Abelardo y por las ausencias. Sin Gayà entrará en escena GayàToni Lato, todavía con dolor por el golpe de Antonio Valencia. El lateral izquierdo estará listo, pero la ausencia de Soler deja descubierta la sala de máquinas. Kondogbia no vuelve hasta finales de febrero y Francis Coquelin. El tiempo de recuperación de su problema muscular eran dos-tres semanas. Reparar a Coque vuelve a ser fundamental. La preocupación con la que Marcelino se expresó en sala de prensa es comprensible y advierte del problema. No cuenta con Gonçalo Guedes, Kevin Gameiro también está convaleciente y el jugador que puede recuperar es Paulista, una posición que tiene salvada con Garay, Diakhaby y Vezo. El centro del campo contra el Alavés está perfilado, de izquierda a derecha: Cheryshev, Parejo, Wass y Ferran. Uros Racic sería la alternativa para el banquillo. No hay más. Coquelin hace mucha falta.

Otra perspectiva desde el 8º

Por lógica y necesidad, Marcelino pidió eficacia y salud para 2019. Pegada y vaciar la enfermería. El míster subrayó la importancia de competir sin algunos de sus pilares fundamentales y con un grupo de futbolistas que considera tierno para mostrar su mejor versión en situaciones de estrés negativo. Marcelino repitió que al equipo le falta confianza para sacar todo lo que lleva dentro. Eso es indiscutible. El germen está en la falta de victorias y en las decisiones equivocadas también. La igualdad del campeonato mantiene la llama de la esperanza viva.

Los tres puntos ante el Huesca impulsaron el salto a la mitad alta de la clasificación, con distancia recortada ante Sevilla, clasificaciónSevillaBetis. El cambio de perspectiva también es importante para oxigenar el coco. La zona de Europa League Las expectativas son peligrosas y recuperar la palabra Champions sería una imprudencia porque la brecha sigue siendo importante. Para seguir creciendo, el Valencia debe estabilizarse en competiciones europeas. Ese discurso se ajusta mucho más a la realidad, por ahora. Paso a paso. El equipo no se rinde, pero debe terminar con el suplicio. Ante Alavés y Valladolid el crédito del proyecto estará en juego.