Sábado doce de enero de 2019, cuatro y cuarto de la tarde. Mestalla. En lo que al Valencia CF se refiere no hay más verdad que esta. El club ha hecho cuanto está en su mano para generar el contexto ideal, para que los futbolistas sean capaces de entender lo que hay en juego sin que les pese la responsabilidad. Es el último partido de la primera vuelta y de no ganarlo, el equipo la terminará con solo cuatro victorias. Números indignos para una entidad de la historia y el calado social del Valencia CF, pero así de crudo es el fútbol. Un equipo en teoría mejorado respecto al que la temporada pasada fue cuarto y se metió en la Liga de Campeonesque también es el mismo, está discutido a todos los niveles a pesar de que ha recibido un apoyo público del que se puede decir que no hay precedentes.

«No contemplo otra posibilidad que no sea ganar. No he tenido ningún ultimátum del club. Desde el primer día he tenido el apoyo y el cariño sincero del club, además agradezco el apoyo público a Mateu Alemany». Son palabras de Marcelino. Si sabe que tiene un ultimátum no lo dice, y aunque no se le haya comunicado, es hombre de fútbol y a sus espaldas lleva demasiados partidos en la élite como para no saber que se la juega. Como dice la canción, se le nota en la mirada. El director general del Valencia, Mateu Alemany, saltó al ruedo a darle todo el apoyo del que fue capaz, pero aunque tuvo la oportunidad de hacerlo no dijo que pase lo que pase hoy en Mestalla el técnico asturiano se sentará en el banquillo el próximo martes en el encuentro de Copa del Rey ante el Sporting de Gijón.

Hay buenas noticias

Pero Marcelino no tiene en su favor solo el apoyo del club, que ha demostrado de manera sobrada que no tiene la intención de tirarlo y le está esperando hasta límites poco comunes en la Liga española, recupera a Coquelin Tener al francés no solo le ofrece la posibilidad de poner un doble pivote más lógico, con un futbolista de corte ofensivo y organizador, y a su lado un recuperador. Francis es mucho más. Es energía y sobre todo, es personalidad. El Valencia CF de Marcelino es ahora mismo un equipo que vive prisionero de sus propios miedos, tiene la confianza por los suelos y los nervios se le comen. En los dos últimos partidos ha dado suficientes muestras para afirmar que le cuesta mucho superar cualquier mala noticia o contratiempo que suceda durante el encuentro, por ello la presencia de Coquelin es vital. Para el técnico, el francés es ahora maná caído del cielo, alimento de los dioses en este deambular por el desierto en busca de la victoria prometida.

Y junto a Coquelin, hoy han de dar un paso adelante y significarse futbolistas como Gayà, Parejo, Neto, Paulista o GayàParejoNetoPaulistaGaray gente ya curtida a quienes se les debe exigir la suficiente capacidad como para superar la presión de vestir la camiseta del Valencia CF en partidos como este. También es buen día para calibrar hasta qué punto la plantilla que han confeccionado Mateu Alemany y Marcelino es solvente en lo anímico en los momentos de crisis: «Este equipo entrena muy bien, a pesar de la negatividad de los malos resultados, trabaja y convive de forma positiva. El equipo está cerca de ganar siempre, hemos perdido muy poco y generamos ocasiones. Lo principal es que los futbolistas adquieran su nivel de confianza máximo. ¿Cómo? Ganando, seguro con dificultad. Fallar ocasiones, el no hacer gol nos lleva a estar más pendientes de no perder que de jugar y ganar. A la afición le pediría que cuando tengamos momentos de incertidumbre con su apoyo seguro que los vamos a resolver» dice el técnico, pero la mejor receta para recibir, es primero dar.