Llegó al fin la tan ansiada victoria del Valencia Mestalla. Tres meses después del último triunfo, tenía que ser una fecha tan señalada como el día de Reyes la que regalase el acierto perdido a los valencianistas. La moneda, al fin, cayó de cara para los de Miguel GrauFran Navarro por partida doble y Pascu con una genialidad aflojaron la soga a un filial que, aunque todavía en la zona baja, se queda tres puntos del noveno clasificado.

Los valencianistas viajaban a Barcelona con bajas muy sensibles. El primer equipo privó al filial de contar con dos baluartes como Kang In Lee y Uros Racic Además, las bajas por lesión de Álex Blanco, Miki Muñoz, Sito y Javi Jiménez, unidas a la sanción de Fernando Román dejaban al filial en cuadro. El técnico valencianista daría la alternativa a jugadores menos habituales como Carlos Badal, Guillem Molina y Pablo Jiménez.

La matinal festiva, no obstante, arrancaba de la peor manera. El Mestalla recibía muy pronto el primer mazazo con un gol en contra en el primer minuto de juego y los fantasmas volvían a planear sobre el terreno de juego. El gol de Max, no obstante, lejos de anestesiar al filial blanquinegro le obligó a dar un paso al frente.

Tan solo diez minutos más tarde, Fran Navarro anotaba un gran gol de cabeza tras un milimétrico centro de Vicente Esquerdo. El de Calpe y el de Pinedo conectaron por vía aérea para poner la igualada en el marcador y agitar el avispero. Tras el tanto, ambos equipos lucharon por conquistar la vara de mando. La posesión, como era previsible, la conseguía el Espanyol. Los pericos protagonizaron una serie de acercamientos y obligaban a Cristian Rivero a emplearse a fondo para mantener las tablas en el marcador. Los valencianistas, pacientes, buscaban salir al contragolpe y cuando parecía que el primer acto iba a acabar con empate, Fran Navarro daba otro zarpazo al partido atacando un balón largo y picando la pelota ante el portero.

Concluía la primera mitad con el de Pinedo en versión superhéroe y con una remontaba que daba aliento para afrontar el segundo acto. Al Mestalla se le ponía por delante un contexto menos habitual esta temporada, el de defender el marcador. Los primeros compases iban a ser complicados, pues los locales, al igual que con el primer tanto, saldrían en tromba a por el gol, pero el Mestalla no parecía dispuesto a ceder su tan ansiada victoria y defendía con uñas y dientes evitando cualquier opción de empate.

Con la situación controlada y entrados en la última fase del partido, el temor a volver a quedarse a las puertas del triunfo se disipó gracias a un golazo de Pascu desde la misma línea del centro del campo después de ver al portero adelantado. El de Santa Pola se vestía de Rey Mago para deleite de los allí presentes y daba al Mestalla una victoria vital para su cometido de salir de los puestos de descenso. El rendimiento está tomando una trayectoria ascendente y el ansiado triunfo ha de servir como un punto de inflexión para el año nuevo.